No Offence (Serie de TV)

Sorpresa mayúscula me llevé con esta serie, lo tiene todo, empezando por un gran sentido del humor y mucha mala leche. Las dos temporadas vistas hasta ahora (ojalá hagan más) tienen un caso principal que se resuelve al final, pero en cada capítulo hay una intriga o aventura paralela. Los guiones están muy bien urdidos en cuanto a sus tramas, pero es que además los diálogos y los propios accidentes de cada caso pueden ser desternillantes.
Todo ello gracias a unos personajes absolutamente brillantes en su concepción: la jefa gorda, activa, decidida y mandona; las dos chicas de carácter antagónico y complementario, y el resto de los polis del grupo cada uno con su particularidad, todos ellos tienen algo que decir, se hacen comprender y aportan sólidas interpretaciones. La dirección, trepidante y al mismo tiempo comprensible, y el mover tanta gente, buenos y malos, sin que se convierta en un batido de "cosas que pasan", sino que se vea un hilo argumentario claro e interesante es lo que marca la diferencia para hacer de No Offence una gozada. Bueno, y las risas que te echas entre víctima y víctima.

Vista hasta ahora la primera temporada No Offence me parece una serie original y lograda.

Las (desastrosas) vidas personales de tres las protagonistas son el telón de fondo de las (desastrosas) vidas de los detenidos, sospechosos y víctimas de los casos que investigan.

No Offence muestra la Inglaterra de los hooligans, de las extensiones y las uñas postizas, de la gente que veranea en Magaluf o Benidorm y de la borrachera el sábado por la noche, como norma.

Pero todo esto contado con vitalidad y mucho humor, sin victimismos y con crítica social - sin duda - pero muy alejada del adoctrinamiento o el buenismo.

De policías que son simplemente seres humanos que se equivocan o aciertan pero que, en todo caso, hacen las cosas lo mejor que saben.