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Jellyfish

Drama Sarah Taylor es una joven de quince años que cuida de sus hermanos pequeños y de su madre que sufre transtornos mentales que la obligan a permanecer gran parte del tiempo en cama. Sarah se ve obligada a trabajar a tiempo parcial además de sacar adelante su curso escolar y cuidar de su familia. La joven encontrará una inesperada vía de escape para su frustración y su exceso de responsabilidades. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
18 de abril de 2019
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante la ausencia de reseñas me ha parecido interesante orientar un poco más a todos aquellos que tengan interés por la película, por el cine social en general, el cine y la salud mental o el cine que tiene algo que decirnos.
Vi hace 10 días la película en el festival de cine y salud mental Lo Spiraglio de Roma y me gustó mucho, tengo que decir que a la postre fue la ganadora del festival que cumplía su novena edición.
Sarah, Liv Hill, de quince años, se ve obligada a cuidar de sus dos hermanos pequeños y de su madre que sufre unas atroces depresiones y trastorno bipolar (creo) y que le obligan a permanecer largos periodos de tiempo en cama, siendo la mayor parte del tiempo inoperativa; para colmo son una familia humilde y Sarah se ve obligada a trabajar a tiempo parcial en un garito de juegos. La suma de todo ello supone un peso imposible de sobrellevar para una adolescente que, además, tiene que sacar adelante su curso escolar. La joven encontrará una vía de escape a su frustración...
Como ya he comentado el film sigue la tradición del mejor cine social británico, especialmente deudor de Ken Loach y más concretamente, en mi opinión, de Ladybird ladybird, quizá también Kes; Hay algunos temas que se repiten: El desamparo familiar, la pobreza, la imposibilidad de salir adelante con dignidad, el papel de los servicios sociales (presentes en la mayoría de este tipo de cine) y algunos más.
Espectacular Liv Hill, tan joven y con una gran variedad de registros, metida en el papel y con un extraordinario potencial. Magnífico James Gardner generando un crescendo dramático, no siendo en absoluto previsible y convencional y creando una atmósfera en la que el espectador se ve atrapado; sin duda estamos ante un talento emergente.
Filmado en Margate, pequeña localidad marítima en el condado de Kent (Inglaterra), un sitio lleno de lugares comunes, de costumbres adquiridas, de relaciones interpersonales repetidas por los siglos de los siglos, de perjuicios hacia lo que no es “normal”, de un provincialismo asfixiante. Esto es un problema para una adolescente crítica, inteligente, con aptitudes, además pobre, que ha tenido que crecer a marchas forzadas y que se empeña en llevar una vida normal, algo que es imposible.
La película no es contemporizadora, no busca complacer y tampoco el lado fácil, es una historia directa y contundente, sin aderezos y convincente. Los temas son amplios y variados, además de los ya mencionados: El exceso de responsabilidad en la adolescencia, la salud mental, la educación, el peso del entorno, la familia, la pobreza, etc.
En líneas generales una película muy aconsejable, una vez más, pasará desapercibida en España, emocionante, con una excelente fotografía, intensa, honesta, con leves toques de humor y de esperanza y que plasma una realidad de manera realista y nada maniquea.
Como aspectos negativos decir que la narrativa del film es bastante convencional y hay cierta economía de medios en escenas del instituto al que va Sarah; la actuación de Liv se come las restantes actuaciones y el resto de los personajes quedan ligeramente desdibujados.
Aconsejo Jellyfish a todos aquellos interesados en los temas citados, a quienes piensen que la creación (y por extensión el arte) puede imitar y retratar las vidas de los seres humanos, a quienes les ha interesado el cine social en general, el británico en particular.
samuel beckett
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21 de julio de 2019
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene esta pequeña opera prima, en la onda del cine social british de los primeros Loach, Leigh o Frears, tan buenas ideas, y supone tal descubrimiento su actriz protagonista, de gran naturalidad y frescura frente a la cámara (y cuyo personaje, pese a su juventud, tiene que lidiar con el cuidado de sus hermanos pequeños por la irresponsabilidad de una madre alcoholizada, desastrosa y a la deriva), que se le perdona su a veces precaria factura visual y algún exceso argumental no demasiado coherente.

'Jellyfish' es una de esas películas agradables de descubrir gracias a su presencia en festivales. En este caso yo la he disfrutado en uno online, el Atlántida Film Fest, que se inventó Filmin hace ya nueve ediciones. Y es que desgraciadamente este tipo de cine, pequeño y modesto en producción y eco mediático, pero grande en ideas, emoción y efectividad, está destinado casi exclusivamente a los certámenes cinematográficos, donde puede ser descubierto por cinéfilos inquietos y curiosos, ávidos de descubrir joyitas escondidas entre su programación.
Amor Perro
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4 de julio de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El joven director británico James Gardner nos presenta su opera prima, en la cual también ha escrito el guion junto con Simon Lord. La película toca temas en los cuales nos vamos a sentir muy identificados. Todo parece indicar, por lo menos con esta primera película, que su cine va por el mismo camino que el realizado por Ken Loach. La cinta ha pasado por el festival de cine de Edimburgo donde ganó el premio a la mejor actriz, también ha formado parte de la sección oficial del festival de cine de Tribeca, pero donde más premios cosechó fue en el Dinard British Film Festival donde ganó mejor película, mejor guion y mención especial a la interpretación femenina. Ahora la podemos ver dentro de una nueva edición del Atlàntida Film Festival dentro de la sección Generación.

Nos cuenta la historia de Sarah, una chica de quince años que tiene que llevar el peso de toda su familia, su madre tiene una enfermedad que no le permite hacerse cargo ni de ella ni de sus dos hermanos pequeños. En el colegio se siente completamente desplazada y no empatiza con ningunos de sus compañeros y encima para colmo es explotada en el trabajo que tiene en unos recreativos.

La vedad que Sarah es muy avispada para su edad, siempre encuentra contestaciones a todo tipo de provocaciones por parte de sus compañeros, por eso su profesor de teatro le recomienda que para sacar toda la furia que lleva dentro se dedique al mundo de los monólogos.

La película es muy dura, refleja bastante bien el mundo de la crisis económica y de las familias necesitadas, Profundiza a fondo en la vida cotidiana de las familias trabajadoras es un ciudad costera, donde tanto la luz, como los sonidos serán piezas fundamental en la trama.

Todo el peso de la película lo lleva la joven protagonista, papel interpretado de una manera sobresaliente por la actriz Liv Hill (habrá que estar muy pendiente a sus próximos trabajos), ella sola se come la pantalla, tiene una fuerza y una energía sobrenatural, su trabajo provoca en el espectador momentos de risa, de llanto y de ternura. También destaca la actuación de los dos niños pequeños y la del profesor que ayuda a Sarah.

Para mi gusto ha sido otra gran sorpresa de este año, muy bien dirigida, con una atmósfera que atrapa y con unos planos y una fotografía impresionantes. Muy recomendable.

Lo mejor: La soberbio actuación de Liv Hill
Lo peor: Aunque el guion esta bien, la historia que nos cuenta la hemos visto muchas veces.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
LASO83
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17 de junio de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un drama independiente británico que de teja hecho polvo. Parte de un guion de James Gardner, que también dirige (siendo este su primer largometraje). Claramente busca la autenticidad de la historia, y consigue crear con mucho acierto unos buenos personajes, sobre todo el de Sarah.

Conocemos a Sarah Taylor, de quince años, vive en una casa de la que van a ser muy pronto desalojados. En ella viven sus dos hermanos pequeños y una madre maniaco depresiva que se pasa el día en la cama durmiendo y llorando. Sarah es la única que cuida de todos con un mediocre trabajo en una sala de juegos. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos para poner comida en la mesa y pagar la electricidad, todavía se ve obligada a comprometerse con prácticas un poco aberrantes para ganar una cuantas libras adicionales. 

La paradoja es que su profesor ve en ella un sentido del humor ácido, con el que podría hacer monólogos. Pero la chica con todo lo que está pasando es difícil que pueda sonreír, es más tiene un carácter agrio, que lo único que está pidiendo a gritos es ayuda.

La acción se sitúa en la ciudad pesquera de Margate (a unos 90 km de Londres), que conoció mejores tiempos, algo que también ayuda a darle ese triste realismo social con aires al cine denuncia de Ken Loach.

La actriz Liv Hill  proporciona una sorprendente actuación, llena de ira y resentimiento, con una resistencia asombrosa a pesar de todas las desgracias que le van sucediendo. Tampoco se queda atrás el papel de la madre Sinead Matthews una madre depresiva bipolar que consigues odiarla desde el primer momento que aparece en la pantalla.

Una triste y dolorosa historia, que a veces puede parecer algo exagerada, pero que nos abre bien los ojos a los problemas de muchas personas en esta loca sociedad.
Destino Arrakis.com
videorecord
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