Mujeres al ataque
2014 

4,5
6.269
Romance. Comedia
Tras enterarse de que el hombre con quien sale (Coster-Waldau) está casado, una mujer (Cameron Díaz) descubre además que tiene mucho en común con su esposa (Leslie Mann), por lo que ambas deciden vengarse de él y sus infidelidades. Contarán también con la ayuda de su actual amante (Kate Upton). (FILMAFFINITY)
12 de mayo de 2014
12 de mayo de 2014
32 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para comenzar señalar que soy de chileno y por cierto vivo en este país, lo menciono puesto que las películas que llegan acá rozan lo nefasto, es difícil ir al cine, ver que hay en cartelera y encontrar algo relativamente decente. Por las cosas de la vida fui con una amiga y un amigo, totalmente decididos a ver algo, y luego de un par de sucesos terminé entrando a ver esta porquería, ¡oh, qué desgracia!.
Acerca de la película en sí, el guion fue hecho por un orangután con serios problemas mentales, las "actuaciones" rozando lo catastrófico, pero regreso, es que lo del guion es funesto, no hay nada no predecible ni obvio, no hay nada chistoso más que un par de gags de risa fácil, no es creíble en ningún momento, el humor es radicalmente infantil o para descerebrados (y créanme que en la sala la gente lo estaba pasando muy bien). Me pregunto cuántos directores de cine, o futuros directores soñarían (es más, estos sueños serían eróticos) con que les dijeran que tienen este gran presupuesto para hacer algo grande, e ideas deben haber de sobra. Y qué se concluye: esto es el comercio, esto es lo que vende, estos son los gustos impuestos, ¿y qué se le va a hacer?
Acerca de la película en sí, el guion fue hecho por un orangután con serios problemas mentales, las "actuaciones" rozando lo catastrófico, pero regreso, es que lo del guion es funesto, no hay nada no predecible ni obvio, no hay nada chistoso más que un par de gags de risa fácil, no es creíble en ningún momento, el humor es radicalmente infantil o para descerebrados (y créanme que en la sala la gente lo estaba pasando muy bien). Me pregunto cuántos directores de cine, o futuros directores soñarían (es más, estos sueños serían eróticos) con que les dijeran que tienen este gran presupuesto para hacer algo grande, e ideas deben haber de sobra. Y qué se concluye: esto es el comercio, esto es lo que vende, estos son los gustos impuestos, ¿y qué se le va a hacer?
13 de junio de 2014
13 de junio de 2014
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Winston Churchill decía que “el humor es una cosa muy seria”. Y esa aparente contradicción que desprende la frase no es tal si se interpreta correctamente. El hecho de hacer reír no ha de entenderse como un ejercicio simplón o insustancial en el que las carencias de talento y originalidad carezca de importancia. Muy al contrario, hay que tomárselo en serio para que resulte un éxito. Gran parte de las cintas de humor que llegan a las carteleras se asientan sobre tópicos manidos, tramas desgastadas, personajes planos y guiones que, en vez de desarrollar una historia, se limitan a concatenar una serie de gags con mayor o menor gracia. De manera que la mayoría de las comedias no son tomadas en serio ni por sus productores, ni por sus guionistas ni por sus directores y por ese camino el género está perdiendo la brillantez que reflejó hace algunas décadas. Es cierto que Jason Reitman, Alexander Payne, Wes Anderson, Woody Allen o incluso David O. Russell son pilares muy notables de la industria norteamericana y que en Europa se eleva el nivel del otro lado del Atlántico pero, analizado en su conjunto, el estado de salud de la comedia es preocupante y “No hay dos sin tres” es un nuevo síntoma de la enfermedad que aqueja a uno de los géneros más representativos del Séptimo Arte.
El irregular cineasta Nick Cassavetes, hijo del actor y realizador John Cassavetes (uno de los pocos profesionales que ha sido nominado al Oscar a mejor actor, guionista y director en diferentes años y por distintos trabajos) y de la actriz Gena Rowlands, generó en sus inicios unas magníficas expectativas tanto delante como detrás de las cámaras, envolviéndose en un halo de joven promesa que con el paso del tiempo se ha ido desvaneciendo. Las realizaciones de “Una mujer entre dos hombres” y “El diario de Noa” ofrecían momentos interesantes, incluso brillantes, que invitaban a seguir la evolución de este neoyorkino. Sin embargo, sus últimos proyectos han resultado decepcionantes y, por lo que se refiere a “No hay dos sin tres”, se suma a la corriente de banalización de un tipo de cine que merece mayor respeto.
Cuenta la historia de una mujer que, tras enterarse de que su pareja sentimental es un hombre casado, se alía con la esposa de éste para diseñar una venganza conjunta. Para ello, ambas recurrirán a proporcionar una tercera amante al esposo infiel. Salvo contadas secuencias aisladas, el conjunto carece de gracia y originalidad, de diálogos irónicos y mordaces y de personajes ingeniosos. En definitiva, adolece de los ingredientes básicos para devolver a la comedia a su nivel de antaño. De hecho, se sitúa a la altura de cualquier telefilm de las sobremesas del fin de semana. Ese plus de calidad que justifica el desplazamiento de los espectadores a las salas de proyección y que marca la diferencia entre la pequeña y la gran pantalla no existe.
En cuanto a los protagonistas, reconozco su esfuerzo, máxime si se tiene en cuenta el escaso material del que disponen para llevar a cabo una buena interpretación. Cameron Díaz sigue siendo incapaz de rentabilizar unos correctos inicios profesionales en títulos como “La máscara”, “Ella es única”, “Una historia diferente” o “Very Bad Things” y deambula a la caza de algún proyecto que huela a éxito de taquilla en busca de un reclamo físico para conseguir dicho objetivo. Le acompañan un célebre rostro televisivo del pasado (Don Johnson) y una joven modelo (Kate Upton) para lograr esa combinación que le suponga al productor la máxima rentabilidad económica. En ese sentido, la meta se ha traspasado con creces, ya que con un presupuesto inicial de cuarenta millones de dólares se ha obtenido hasta el momento una recaudación de ciento setenta. Lástima que, en su obsesión por los beneficios, hayan abandonado por el camino la verdadera esencia del cine.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
El irregular cineasta Nick Cassavetes, hijo del actor y realizador John Cassavetes (uno de los pocos profesionales que ha sido nominado al Oscar a mejor actor, guionista y director en diferentes años y por distintos trabajos) y de la actriz Gena Rowlands, generó en sus inicios unas magníficas expectativas tanto delante como detrás de las cámaras, envolviéndose en un halo de joven promesa que con el paso del tiempo se ha ido desvaneciendo. Las realizaciones de “Una mujer entre dos hombres” y “El diario de Noa” ofrecían momentos interesantes, incluso brillantes, que invitaban a seguir la evolución de este neoyorkino. Sin embargo, sus últimos proyectos han resultado decepcionantes y, por lo que se refiere a “No hay dos sin tres”, se suma a la corriente de banalización de un tipo de cine que merece mayor respeto.
Cuenta la historia de una mujer que, tras enterarse de que su pareja sentimental es un hombre casado, se alía con la esposa de éste para diseñar una venganza conjunta. Para ello, ambas recurrirán a proporcionar una tercera amante al esposo infiel. Salvo contadas secuencias aisladas, el conjunto carece de gracia y originalidad, de diálogos irónicos y mordaces y de personajes ingeniosos. En definitiva, adolece de los ingredientes básicos para devolver a la comedia a su nivel de antaño. De hecho, se sitúa a la altura de cualquier telefilm de las sobremesas del fin de semana. Ese plus de calidad que justifica el desplazamiento de los espectadores a las salas de proyección y que marca la diferencia entre la pequeña y la gran pantalla no existe.
En cuanto a los protagonistas, reconozco su esfuerzo, máxime si se tiene en cuenta el escaso material del que disponen para llevar a cabo una buena interpretación. Cameron Díaz sigue siendo incapaz de rentabilizar unos correctos inicios profesionales en títulos como “La máscara”, “Ella es única”, “Una historia diferente” o “Very Bad Things” y deambula a la caza de algún proyecto que huela a éxito de taquilla en busca de un reclamo físico para conseguir dicho objetivo. Le acompañan un célebre rostro televisivo del pasado (Don Johnson) y una joven modelo (Kate Upton) para lograr esa combinación que le suponga al productor la máxima rentabilidad económica. En ese sentido, la meta se ha traspasado con creces, ya que con un presupuesto inicial de cuarenta millones de dólares se ha obtenido hasta el momento una recaudación de ciento setenta. Lástima que, en su obsesión por los beneficios, hayan abandonado por el camino la verdadera esencia del cine.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
19 de julio de 2014
19 de julio de 2014
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me estreno "criticando" con esta peli y es que después de verla no entiendo muy bien por qué tiene una puntuación tan baja. Empecemos con lo malo:
Lo peor sin duda es el montaje brusco de varias escenas que hacen hasta daño a los ojos.
Y ya está. Eso es lo único malo. Lo demás gustará más o menos pero está bien ejecutado y funciona. Aunque la película va de infidelidades, al final, su éxito reside en la amistad que forman estas tres mujeres (en especial la del personaje de Cameron Diaz y Leslie Mann). Tres mujeres que aunque empiezan siendo un cliché (la triunfadora fría, la ama de casa engañada y la amante sexy), sus historias acaban estando lo suficientemente bien desarrolladas como para empatizar con ellas y olvidar las las "tipicidades" que las persiguen.
Estoy segura que esta misma película, con el mismo tipo de humor e incluso con menos sentido pero siendo una buddy movie hubiese tenido una puntuación más alta.
Lo peor sin duda es el montaje brusco de varias escenas que hacen hasta daño a los ojos.
Y ya está. Eso es lo único malo. Lo demás gustará más o menos pero está bien ejecutado y funciona. Aunque la película va de infidelidades, al final, su éxito reside en la amistad que forman estas tres mujeres (en especial la del personaje de Cameron Diaz y Leslie Mann). Tres mujeres que aunque empiezan siendo un cliché (la triunfadora fría, la ama de casa engañada y la amante sexy), sus historias acaban estando lo suficientemente bien desarrolladas como para empatizar con ellas y olvidar las las "tipicidades" que las persiguen.
Estoy segura que esta misma película, con el mismo tipo de humor e incluso con menos sentido pero siendo una buddy movie hubiese tenido una puntuación más alta.
15 de mayo de 2014
15 de mayo de 2014
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nick Cassavetes es el hijo del Cassavetes más reconocido y admirado del cine, pero su cine poco tiene que ver con el de su padre, John.
Con películas en su haber como The Notebook y My Sister’s Keeper, ahora regresa con una comedia que pone en el centro a tres diferentes tipos de mujeres.
Cameron Diaz es Carly, una mujer muy exitosa pero soltera, que en el fondo quiere conocer al hombre de su vida pero mientras tanto la pasa bien, y es así como conoce a Mark.
Leslie Mann es Kate, una mujer dedicada a ser esposa, sin hijos, sin muchos amigos y de una personalidad por momentos aniñada. Su marido, Mark, es su vida y su sostén.
Y Kate Upton es Amber, el mayor cliché de una película llena de clichés y con un punto de vista muy notoriamente machista: rubia, de pocas neuronas, con unos buenos pechos, pero las mejores de las intenciones. Y claro, otra de las conquistas de Mark.
“Mujeres al ataque” (título con el que se estrenó en Argentina) pone en foco a tres mujeres que se unen para un solo propósito: arruinarle la vida al hombre que les arruinó las suyas.
Tres mujeres que nunca hubiesen sido amigas si no fuera por este hombre y sus ganas de vengarse. Se le intenta poner glamour a la película, y la vestuarista Patricia Field es responsable de que en muchas escenas así suceda, pero a la vez, ésta cae en chistes fáciles y muchas veces escatológicos, y no siempre tan graciosos.
El trío es desparejo, además. Mientras Leslie Mann, como una mujer sumisa y ciegamente enamorada al comienzo y luego como una especie de insoportable compañera que se va tornando querible, es sin duda quien sale mejor parada, sabiendo pasar por diferentes estados y emociones de manera más que eficiente.
La actuación de Cameron Diaz es, por momentos, exagerada y la de Kate Upton, casi inexistente. El hombre que se termina convirtiendo en el centro de las vidas (vacías, por lo visto) de estas tres mujeres está interpretado por Nikolaj Coster-Waldau, que no llega a ser el hombre seductor que nos quieren hacer creer, aquel por el que las mujeres suspiran y se rinden no más al verlo venir.
La participación de Don Johnson como el padre de Carly es un agradable detalle sin embargo. La de Nicki Minaj, casi prescindible.
A la larga, Mujeres al ataque (título horrible pero esperable) es un film que poco aporta al género y que falla principalmente en la construcción de personajes dignos femeninos. El poder femenino no se retrata así, de una manera tan machista.
Tampoco lo que a simple vista es el tema principal, el de la infidelidad, está bien tratado, más bien de un modo superficial, nunca se ahonda en por qué este hombre necesita todo el tiempo estar conquistando mujeres, si es una cuestión de inseguridad, si siempre fue así o se convirtió en eso tras los años de matrimonio, o si es su forma de sentirse poderoso, o vaya uno a saber cuántas posibilidades más hay.
Sí, hay algunas escenas graciosas, pero también otras que dan casi vergüencita ajena, además de un montaje por momentos desprolijo, sin mucha coherencia entre escena y escena. Y el final termina siendo tan previsible como uno podría suponer.
http://elespectadoravezado.com.ar/index.php/criticas/2-hemos-visto/1408-qthe-other-womanq-mujeres-al-ataque-esa-rubia-debilidad
Con películas en su haber como The Notebook y My Sister’s Keeper, ahora regresa con una comedia que pone en el centro a tres diferentes tipos de mujeres.
Cameron Diaz es Carly, una mujer muy exitosa pero soltera, que en el fondo quiere conocer al hombre de su vida pero mientras tanto la pasa bien, y es así como conoce a Mark.
Leslie Mann es Kate, una mujer dedicada a ser esposa, sin hijos, sin muchos amigos y de una personalidad por momentos aniñada. Su marido, Mark, es su vida y su sostén.
Y Kate Upton es Amber, el mayor cliché de una película llena de clichés y con un punto de vista muy notoriamente machista: rubia, de pocas neuronas, con unos buenos pechos, pero las mejores de las intenciones. Y claro, otra de las conquistas de Mark.
“Mujeres al ataque” (título con el que se estrenó en Argentina) pone en foco a tres mujeres que se unen para un solo propósito: arruinarle la vida al hombre que les arruinó las suyas.
Tres mujeres que nunca hubiesen sido amigas si no fuera por este hombre y sus ganas de vengarse. Se le intenta poner glamour a la película, y la vestuarista Patricia Field es responsable de que en muchas escenas así suceda, pero a la vez, ésta cae en chistes fáciles y muchas veces escatológicos, y no siempre tan graciosos.
El trío es desparejo, además. Mientras Leslie Mann, como una mujer sumisa y ciegamente enamorada al comienzo y luego como una especie de insoportable compañera que se va tornando querible, es sin duda quien sale mejor parada, sabiendo pasar por diferentes estados y emociones de manera más que eficiente.
La actuación de Cameron Diaz es, por momentos, exagerada y la de Kate Upton, casi inexistente. El hombre que se termina convirtiendo en el centro de las vidas (vacías, por lo visto) de estas tres mujeres está interpretado por Nikolaj Coster-Waldau, que no llega a ser el hombre seductor que nos quieren hacer creer, aquel por el que las mujeres suspiran y se rinden no más al verlo venir.
La participación de Don Johnson como el padre de Carly es un agradable detalle sin embargo. La de Nicki Minaj, casi prescindible.
A la larga, Mujeres al ataque (título horrible pero esperable) es un film que poco aporta al género y que falla principalmente en la construcción de personajes dignos femeninos. El poder femenino no se retrata así, de una manera tan machista.
Tampoco lo que a simple vista es el tema principal, el de la infidelidad, está bien tratado, más bien de un modo superficial, nunca se ahonda en por qué este hombre necesita todo el tiempo estar conquistando mujeres, si es una cuestión de inseguridad, si siempre fue así o se convirtió en eso tras los años de matrimonio, o si es su forma de sentirse poderoso, o vaya uno a saber cuántas posibilidades más hay.
Sí, hay algunas escenas graciosas, pero también otras que dan casi vergüencita ajena, además de un montaje por momentos desprolijo, sin mucha coherencia entre escena y escena. Y el final termina siendo tan previsible como uno podría suponer.
http://elespectadoravezado.com.ar/index.php/criticas/2-hemos-visto/1408-qthe-other-womanq-mujeres-al-ataque-esa-rubia-debilidad
20 de mayo de 2014
20 de mayo de 2014
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cameron Diaz protagoniza una nueva comedia romántica para seguir luciendo palmito y seguir cobrando unos buenos millones a pesar de que a la mujer ya se le notan arruguitas en los ojos.
En The other woman Cameron nterpreta a Carly, una abogada de éxito que vive una perfecta vida en Manhattan y acaba de ligarse al perfecto hombre madurito. Ella no puede estar más entusiasmada con su nueva conquista, e incluso llega a pensar que este hombre puede suponer algo importante en su vida… hasta que descubre que su nuevo novio en realidad está casado con una mujer desesperada. Tan desesperada que, al enterarse de la infidelidad de su marido, en vez de hablar con él, decide hablar con Carly.
Aunque Carly tiene bastante claro que no quiere volver a saber nada de un hombre que la ha engañado tan descaradamente, es incapaz de deshacerse de su pobre mujer, que la visita a su trabajo y la sigue hasta su casa solo para poder hablar con alguien sobre cómo su perfecta vida de ama de casa americana se está viniendo abajo desde que supo que su marido le era infiel. Lo malo es que juntas descubrirán que el marido de una y novio de la otra las está engañando con una tercera mujer, a la que no dudarán en localizar para establecer contacto con ella. Viendo cómo está el panorama, las tres mujeres tomarán la decisión de vengarse del miserable hombre que las ha unido.
Es bastante interesante ver una película protagonizada por mujeres que son capaces de sacar sus armas para acabar con un hombre que las ha utilizado y mentido, superar sus baches y saber seguir con sus vidas adelante, persiguiendo sus sueños y luchando por sus carreras. Pero todas estas cosas no hacen de ‘No hay dos sin tres’ una gran reflexión sobre las relaciones de pareja, la infidelidad, o sobre la mujer moderna e independiente. Lo que no es tan interesante es cómo este planteamiento se lleva a cabo en esta película.
¿Que te ríes? Pues sí, ‘No hay dos sin tres’ tiene algunas escenas divertidas, sobre todo las protagonizadas por Cameron y Leslie Mann, que interpreta a la pobre mujer traicionada, pero al fin y al cabo esta es una película bastante floja tanto en la forma como en el contenido.
En The other woman Cameron nterpreta a Carly, una abogada de éxito que vive una perfecta vida en Manhattan y acaba de ligarse al perfecto hombre madurito. Ella no puede estar más entusiasmada con su nueva conquista, e incluso llega a pensar que este hombre puede suponer algo importante en su vida… hasta que descubre que su nuevo novio en realidad está casado con una mujer desesperada. Tan desesperada que, al enterarse de la infidelidad de su marido, en vez de hablar con él, decide hablar con Carly.
Aunque Carly tiene bastante claro que no quiere volver a saber nada de un hombre que la ha engañado tan descaradamente, es incapaz de deshacerse de su pobre mujer, que la visita a su trabajo y la sigue hasta su casa solo para poder hablar con alguien sobre cómo su perfecta vida de ama de casa americana se está viniendo abajo desde que supo que su marido le era infiel. Lo malo es que juntas descubrirán que el marido de una y novio de la otra las está engañando con una tercera mujer, a la que no dudarán en localizar para establecer contacto con ella. Viendo cómo está el panorama, las tres mujeres tomarán la decisión de vengarse del miserable hombre que las ha unido.
Es bastante interesante ver una película protagonizada por mujeres que son capaces de sacar sus armas para acabar con un hombre que las ha utilizado y mentido, superar sus baches y saber seguir con sus vidas adelante, persiguiendo sus sueños y luchando por sus carreras. Pero todas estas cosas no hacen de ‘No hay dos sin tres’ una gran reflexión sobre las relaciones de pareja, la infidelidad, o sobre la mujer moderna e independiente. Lo que no es tan interesante es cómo este planteamiento se lleva a cabo en esta película.
¿Que te ríes? Pues sí, ‘No hay dos sin tres’ tiene algunas escenas divertidas, sobre todo las protagonizadas por Cameron y Leslie Mann, que interpreta a la pobre mujer traicionada, pero al fin y al cabo esta es una película bastante floja tanto en la forma como en el contenido.
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