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Una señal de esperanza

Drama Jakob era el propietario de un popular café del barrio judío de una localidad de Polonia. Después de la ocupación, sobrevive como puede en el ghetto implantado por el ejército nazi, antes de correr la misma suerte que su mujer, asesinada en un campo de concentración. Un día, por casualidad y estando cerca de un oficial alemán, oye las noticias por una radio, las cuales no son nada favorables para Hitler. Después de contarlas a los ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
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7
18 de mayo de 2007
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gueto, los nazis, el holocausto... son palabras o conceptos que en un principio no se asocian a un actor con el registro de Robin Williams. Pero sorprendentemente Robin nos asombra gratamente metiéndose en el pellejo de uno de los millones de judíos castigados cruel e innecesariamente en tiempos para olvidar... o para no olvidar, que sirva de ejemplo y nunca jamás se vuelva a repetir algo parecido.

Da gusto ver a Robin haciendo algo serio.
7
29 de mayo de 2017 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
107/21(27/05/17) Infravalorada producción estadounidense realizada por del francés de origen húngaro Peter Kassovitz (padre del director Mathieu Kassovitz, que juega un papel en la película), un sugerente drama con punzantes dosis de humor negro, a la que es imposible no comparar por su temática con la italiana de Roberto Benigni “La vida es bella” (1997), y es que las dos en el marco del Holocausto judío, y en las dos los protagonistas son dos imaginativos mentirosos que mediante sus invenciones crean un mundo de ilusión que de esperanza, en el transalpino a un niño, y en el del galo a todo un desesperanzado gueto polaco, pero en mi modesta opinión me es mejor y más disfrutable “Ilusiones de un mentiroso”, y es que me resulta más profunda y me despierta dilemas morales más incisivos y creíbles, que la maniquea e hiper-sensiblera (pastelosa, almibarada, no apta a diabéticos,…) que me pinta un campo de concentración cual parque temático. La americana está ambientada en 1944 en un gueto polaco durante el holocausto, basándose en el libro de 1969 de Jurek Becker, superviviente del gueto donde se ambienta, el de Lodz (Polonia), llevada anteriormente a la pantalla en el film de la Alemania del Este (RDA), “Jakob der Lügner” (1974) de Frank Beyer, para la que el escritor del libro hizo el guión, estando Armin Mueller-Stahl también en el reparto, ganando el Oscar en 1977 a mejor película extranjera. Película que promueve con inteligencia el debate de si es mejor vivir con una mentira que nos da esperanza o hacerlo con una verdad desoladora, no cayendo la cinta en lo gore, o la violencia ya manida de los nazis, se centra en la miseria y hambre del gueto, en crear una atmósfera deprimente desalagüeña y esto lo consigue si efectismos artificiosos. En el reparto destacan un buen puñado de actores que saben emitir emociones, con un buen Robin Williams (una broma de mal gusto su nominación a los Razzie), un brillante Armin Mueller-Stahl, y un excelente Alan Arkin.

El escenario es un gueto judío (sin nombre) en Polonia en 1944. El judío Jakob (Robin Williams) por accidente escucha una emisión de noticias que indica la guerra va mal para Alemania, que las tropas soviéticas están a solo 400 km de ellos, comparte esta noticia en secreto con el judío Mischa (Liev Schreiber), pero este cree equivocadamente que tiene una radio (algo prohibido por los nazis). La noticia se propaga por el gueto, dando esperanzas de que la salvación puede estar cerca. Tendrán importancia en el relato personajes como: Un viejo médico (Armin Mueller-Stahl), un actor (Alan Arkin), un barbero profundamente deprimido, Kowalski (Bob Balaban) y una niña de 10 años llamada Lina (Hannah Taylor Gordon), quien fue ayudada a escapar de un tren de la muerte de sus padres y se encontró con Jakob, que la tiene escondida.

Film que te engancha desde su turbador inicio, mezcla de lo humorístico (con el chite sobre Hitler), lo lírico, el protagonista judío (Jakob) sentado en medio de una calle, vemos a gente tras él correr a sus casas dejando vacía la calle, viento, él está impasible mirando un árbol tras el muro del gueto, de pronto una hoja de periódico aparece por lo alto del muro guiada por el anárquico (cual pluma en “Forrest Gump”), Jakob comienza a perseguirla por el gueto en busca de noticias, varias veces a punto de cogerla, esto sirve para veamos de fondo la miseria y podredumbre del lugar, llegando a lo inquietante, cuando llega a una (desierta) plaza donde vemos en primer plano cuatro cuerpos ahorcados sobre un patíbulo, estremecedor, y todo acompañado por una música hebrea (mezcla de violín y clarinete). Este primer tramo siembra una semilla sugerente sobre el resto del metraje por la mezcla de tonos.

Relato que analiza de modo ambiguo y con carga reflexiva de cuál es el mejor modo de dar esperanzas a unas personas en caída libre, sobre si el bálsamo puede ser el placebo de unas mentiras piadosas que levanten el ánimo artificialmente, o es mejor vivir en la cruda y sangrante realidad, teniendo en cuenta que esta esperanza manufacturada puede tener contraproducentes consecuencias, pues la explosión incontenida de esperanza puede crearte un halo invisible de adrenalina que pases de ser pasivo a revolucionario combativo, pero esto también tiene su reflexión sobre si es mejor morir lentamente, sin oponer resistencia o lo digno es morir luchando la opresión y la tiranía; Por el otro lado está la verdad un muro a veces insalvable, inamovible y por tanto pétrea, que nos puede aplastar.

Narración valiente en su registro de mezclar humor sutil con el drama inherente al entorno, no sintiéndose el desarrollo manipulador o sensiblero, propio de la idiosincrasia hebrea, evolucionando la historia de modo fluido, como se nota la gente en el gueto ilusionada, ello en juego divertido contrastándolo con el peso que se le viene encima al que ha provocado el tsunami de ilusión en un maña mejor, la responsabilidad que le ha caído, un cuasi-Dios capaz de con sus palabras “placebo”, y como decía cierto superhéroe (Spiderman, creo) “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

En su defecto cabría achacarle que la idea no está exprimida todo lo que debería, tiene más potencial y se podría haber dado más matices y ampliar más la idea central; Asimismo adolece de falta de tensión narrativa, se nota algo lineal y monocorde.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Robin Williams compone un rol que le va de maravilla, un tipo cualquiera, que intenta pasar desapercibido pero por azar le cae una enorme responsabilidad a sus espaldas, mostrando capacidad de emitir emociones, su rostro es modulado de modo veraz, aunque se echa en falta más aprovechamiento del factor radio falsa, dar más cancha a su capacidad con la imitación como en la escena con la niña imitando a Churchill. Armin Mueller-Stahl da una lección de saber estar, de carisma, de mesura, de orgullo, de saber que la “invención” puede ser la mejor medicina para un gueto aquejado de una ola de suicidios, excelente su magnetismo y majestuosidad, maravilloso como domina la situación cuando lo llevan a atender a un gerifalte nazi. Bob Balaban encarna con mucho temple y encanto al barbero depresivo, gran amigo de Jakob, con el que mantiene ententes vibrantes, representa potencialmente la mentalidad del gueto, sin esperanza es mejor no seguir por inercia por un camino de espinas, pero si hay un halo de ilusión al que agarrarte el ser humano se asirá. Liev Schreiber da vida al beligerante Mischa, lo hace bien, mostrando rabia y mucha ingenuidad. Alan Arkin encarna a un veterano actor, tipo escéptico, representa potencialmente en el gueto al ser pasivo y dócil que espera que algo cambie, sin el poner nada de su parte, muy buenos sus momentos, dotando a su personaje de mucha humanidad. Hannah Taylor-Gordon (conocida curiosamente por encarnar a la más famosa niña judía, Ana Franken en "Anne Frank: the whole story"), capaz de emebstir a su rol de una tremenda ternura.

“Hitler va a un adivino que le dice que va a morir en una fiesta judía. ¿Cómo puede decir, se pregunta. Porque, dice, cada vez que muere será una fiesta judía” (Jakob).

La puesta en escena rezuma realismo, con un sobresaliente diseño de producción de Luciana Arrighi (“Sentido y sensibilidad” o “Ana y el Rey”), recreando el gueto entre Budapest (Hungria) y Lódz (Polonia), emitiendo el patetismo y la infelicidad, aumentando esta sensación de autenticidad con el fenmonal diseño de vestuario de Wieslawa Starska (“El hombre de mármol” o “Europa, Europa”), filtrado esto por la notable fotografía de Elemér Ragályi (“Rasputin” o “Corn Island”), resaltando la ruindad en que vive el gueto, con un patinado grisáceo, con cielos en los que nunca se ve el sol, con muchas secuencias a media luz o en oscuridad, impregnándonos del estado de ánimo mortecino del lugar. Se añade una deliciosa y cuasi-mágica música de Ed Shearmur (“Sky Captain” o “Sin control”), con unas melodías de toques étnico hebreos estimulantes, muy bien amoldados los acordes de violín y toques de clarinete, envolviéndose sus sonidos a la trama de modo formidable.

Spoiler:

El final podría haber sido mejor, pero tampoco está mal como Jakob se imagina como puede ser el futuro del tren que ha salido del gueto, de un modo onírico lo vemos, han detenido el tren las tropas USA, y frente a ellos, sobre el campo, una banda de música toca un alegre tema con tres bailarinas y cantan.

Trama un poco diferente en algunas partes del libro; Lina (la joven que escapó del tren de deportación) no está viviendo con Jakob desde el principio, se encuentra con ella en su camino a casa desde la estación de la Gestapo al principio de la película; La noticia de la radio se le dice primero a Mischa para evitar que éste intente robar papas fuera de un tren militar alemán; Jakob nunca es capturado e interrogado, sino que es deportado junto con el resto de los Judíos y presumiblemente, muere en un campo de exterminio; En el final alternativo de la película está Jakob asesinado en frente del gueto, sin embargo en el final alternativo del libro, es asesinado en un intento de fuga.

En conjunto me queda un film muy entretenido, a lo que se suma su carga de reflexión de cómo los sres humanos podemos necesitar a veces que nos engañen para poder seguir adelante. Fuerza y honor!!!
6
9 de junio de 2011 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película por dirigida por Peter Kassovitz es un remake del film alemán "Jakob, el embustero" dirigido por un Frank Beyer que adaptó la novela "Jakob el embustero" de Jurek Becker.
El divertido Roben Williams encarna el papel de un Judío que sobrevive cerrado en un gueto bajo las leyes de los alemanes, los mismos que mataron su mujer en un campo de concentración. Por suerte o por desgracia, Jakob Heym escucha una noticia radiofónica informando el avance de los aliados. Jakob se verá presionado a mantener la esperanza entre los suyos, fingiendo tener una radio y mintiendo sobre las supuestas noticias que escucha.

Adaptación coherente al estilo Hollywood, injusta con la novela de Beker.
Tanto la novela como la primera versión tuvieron problemas con la RDA por tratar el tema del holocausto, por este motivo, la trama no se centra en las injusticias y penurias de los judíos, siendo este un recurso cinematográfico muy utilizado por Hollywood, sinó en la historia de un hombre singular que tendrá la responsabilidad de mantener en pie a todos aquellos que malviven dentro del gueto.
Y no teniendo bastante con esta responsabilidad casi heroica, Jakob tendrá que mantener y esconder a Lina, una niña huérfana, que interpretada por Hannah Taylor-Gordon (más conocida por haber interpretado a Ana Frank en "Anne Frank: the whole story"), transmite al espectador el desampararo de todos los judíos en el gueto. El mismo Jurek Becker dice en su libro ".. pues Lina significa algo en este relato, lo redondea".
Gracias a R. Williams, el drama familiar contiene algunas escenas divertidas que darán risa a los niños y entretendrán a los adultos, pero que ni mucho menos llega a divertir y conmover al espectador como lo consigue un excel•lente Roberto Benigni a "La vida es bella".
Todo y el contexto del holocausto, no hay silencios a lo largo del film, está todo cubierto de diálogos codeados con música orquestal.

Como lector de la novela me resulta difícil identificar a R. Williams con el Jakob original. Una producción de Hollywood siempre necesita un tipo de héroe altruista, noble y simpático para poder acentuar la emotividad de su figura al espectador, justo al contrario de la intención de Becker.
Si se busca entretenimiento, este film brinda una buena oportunidad, pero si se quiere ver una por película más fiel al libro, recomendaría ver la versión alemana, aun así Kassovitz consigue cuadrar un final muy original.
5
29 de abril de 2013 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sabría definir bien qué fue aquello que le hizo falta a esta película. Tenía picardía, tenía tensiones, tenía la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto en el fondo, y tenía a Robin Williams. Pudo ser una película que realmente me conmoviera y lograra suscitar una recomendación superior en todo aquel que pudiera leer estas palabras. Y sin embargo, me dejó un sabor simplón, como si hubiera faltada un poco más de sal en las amarguras de los personajes.
El relato es en sí mismo atractivo. Para no ir muy lejos, vuelve a sonar como "La vida es bella" con un hombre que se la juega por dar vida en medio de la desesperanza. No se discute, entonces, la nobleza del propósito, pero como puntos de confección supongo que la ha faltado lo que a "La vida es bella" le sobra: ¡vida!
6
16 de abril de 2012 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se hace raro ver a Robin Williams en una historia de este tipo. Hace de un judío en la 2GM que tras enterarse de las noticias de cómo va la guerra fuera del ghetto empieza una cadena de rumores que dará esperanzas a su comunidad.
Trata de poner unas gotitas de comedia en el tristísimo drama del Holocausto, de forma parecida a la estupenda película de Benigni "La vida es bella". Por supuesto, no consigue conmovernos tanto como el film italiano.
Robin Williams hace un papel parecido a los que siempre ha hecho y el guión no está mal, aunque la parte dramática está demasiado suavizada.
Esta película habría estado mejor si no sufriera las inevitables comparaciones con el mencionado film.
Se deja ver.
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