Informe+. La España de ClementeMiniserieDocumental
2023 

6,8
572
Serie de TV. Documental
Tres capítulos dedicados a una etapa convulsa, repleta de buenos resultados y decepciones. Seis años marcados por una generación de futbolistas inolvidables como Andoni Zubizarreta, el ‘Pitu’ Abelardo, Josep Guardiola, Miguel Ángel Nadal, Luis Enrique, Santiago Cañizares, Rafael Alkorta, José Luis Pérez Caminero o Julio Salinas, Guillermo Amor, Sergi Barjuán o José Emilio Amavisca… que junto con el propio Javier Clemente repasan para ... [+]
13 de septiembre de 2023
13 de septiembre de 2023
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para ser honestos, Clemente se me fue atragantando año tras año mientras estuvo trabajando como seleccionador español. Para ser honestos, cada vez que más tarde le he podido ver, siempre me ha parecido más arrogante que sensato, más torpe que hábil... pero también honesto. Clemente es lo que ves y no disimula, lo que es de agradecer en este mundo tan preocupado de la imagen que da en todo momento.
Clemente tiene muchas cosas, entre otras, unos títulos con el Athletic de Bilbao, que hablan tan bien de él, como del equipo al que convenció que podía ganarlos, sabiendo todos que debido a su idiosincracia, incluso en aquellos primeros ochenta, aquello era algo casi imposible. Pues él y sus jugadores consiguieron dos ligas y una copa de España. ¿El secreto? Trabajo y cabezonería.
Este documental de tres episodios se deja ver en un suspiro y te saca una sonrisa en ocasiones, no solo porque nos ayude a recordar algunos momentos que despiertan en nuestra memoria, si no porque podemos ver que Clemente era tan bruto como recordábamos, y que no fue un papel que interpretara. Clemente es así, es un constante patapum p'alante con la vida, sin ánimo de enmienda porque entiende que nada hay que enmendar en esa vida suya que ha de estar repleta de cicatrices, de tantas peleas que tuvo, buscadas o no, en su trabajo como entrenador.
Esta historia que se nos cuenta se ciñe a seis años de carrera, seis años en los que Clemente convirtió a la selección española en algo rocoso, tosco, que jugaba tanto en terrenos de fútbol como en cuadriláteros de boxeo una vez terminados los partidos. Noventa minutos nos proporcionaban muchas veces aburrimiento y lo divertido venía después, y la diversión podía durar días. Si el fútbol, es espectáculo, Clemente fue en eso un genio al darlo por partida doble. Fueron seis años que según sus protagonistas que participan en el documental, fueron inolvidables. Y no es de extrañar, fueron unos años que sin conseguir nada en el aspecto futbolístico, nos dejó la figura de un Javier Clemente tan orgulloso como soberbio. Algo debe tener este tipo, aparte de mal genio.
Clemente tiene muchas cosas, entre otras, unos títulos con el Athletic de Bilbao, que hablan tan bien de él, como del equipo al que convenció que podía ganarlos, sabiendo todos que debido a su idiosincracia, incluso en aquellos primeros ochenta, aquello era algo casi imposible. Pues él y sus jugadores consiguieron dos ligas y una copa de España. ¿El secreto? Trabajo y cabezonería.
Este documental de tres episodios se deja ver en un suspiro y te saca una sonrisa en ocasiones, no solo porque nos ayude a recordar algunos momentos que despiertan en nuestra memoria, si no porque podemos ver que Clemente era tan bruto como recordábamos, y que no fue un papel que interpretara. Clemente es así, es un constante patapum p'alante con la vida, sin ánimo de enmienda porque entiende que nada hay que enmendar en esa vida suya que ha de estar repleta de cicatrices, de tantas peleas que tuvo, buscadas o no, en su trabajo como entrenador.
Esta historia que se nos cuenta se ciñe a seis años de carrera, seis años en los que Clemente convirtió a la selección española en algo rocoso, tosco, que jugaba tanto en terrenos de fútbol como en cuadriláteros de boxeo una vez terminados los partidos. Noventa minutos nos proporcionaban muchas veces aburrimiento y lo divertido venía después, y la diversión podía durar días. Si el fútbol, es espectáculo, Clemente fue en eso un genio al darlo por partida doble. Fueron seis años que según sus protagonistas que participan en el documental, fueron inolvidables. Y no es de extrañar, fueron unos años que sin conseguir nada en el aspecto futbolístico, nos dejó la figura de un Javier Clemente tan orgulloso como soberbio. Algo debe tener este tipo, aparte de mal genio.
1 de agosto de 2024
1 de agosto de 2024
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este reportaje en tres episodios de Informe+ sigue la linea de este programa desde el fallecimiento de su ideólogo Michael Robinson. Una narración a trompicones, cierta falta de cohesión y continuidad en los hechos que se cuentan, una contextualización incompleta de algunos eventos y una importante escasez de detalles interesantes que puedan situar mejor a un espectador que no conozca en profundidad la historia que le están contando. Si uno conoce la historia, las entrevistas a los protagonistas son un buen aliciente para ver estos episodios. Para un neófito, toda lo que le cuentan se queda demasiado en la superficie.
Lo mejor de estos episodios es la reivindicación que se hace a una Selección que no era ni mucho menos tan caduca ni primitiva en su juego como vendió la prensa más reaccionaria en su momento. Más bien al contrario. Si bien jamás fue un equipo de futbol combinativo y colorido, la Selección de Javier Clemente jugaba un futbol que podría considerarse casi avanzado a su tiempo por su alta presión defensiva y el uso constante de laterales como carrileros ofensivos, además de contar con jugadores de gran personalidad y entrega dentro del campo. Ganar a esta España no era nada fácil. Su fútbol tan directo y físico se impondría en Europa poco tiempo después con selecciones campeonas como Francia o Italia como referentes.
Lo mejor de estos episodios es la reivindicación que se hace a una Selección que no era ni mucho menos tan caduca ni primitiva en su juego como vendió la prensa más reaccionaria en su momento. Más bien al contrario. Si bien jamás fue un equipo de futbol combinativo y colorido, la Selección de Javier Clemente jugaba un futbol que podría considerarse casi avanzado a su tiempo por su alta presión defensiva y el uso constante de laterales como carrileros ofensivos, además de contar con jugadores de gran personalidad y entrega dentro del campo. Ganar a esta España no era nada fácil. Su fútbol tan directo y físico se impondría en Europa poco tiempo después con selecciones campeonas como Francia o Italia como referentes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La etapa de Javier Clemente al frente de la Selección Española de fútbol se nos cuenta en los medios aún a día de hoy como un borrón en el historial del fútbol español. Tan sólo repasando el número de victorias, empates y derrotas en los seis años que el de Barakaldo dirigió a la Selección, el balance (36 - 19 - 7) es suficientemente positivo como para cuestionar el relato de la llamada "prensa especializada". Y si bien es cierto que ese balance no es especialmente brillante en las fases finales (4 - 6 - 2, en el global de los Mundiales 94 y 98, y la Euro 96), la española fue en ese lustro una de las selecciones más sólidas y fiables del mundo, superando las fases de clasificación a esos torneos con suficiencia, sufriendo únicamente hasta el último minuto contra Dinamarca para obtener el billete a Estados Unidos en 1994.
¿Y por qué entonces ese recuerdo más bien sombrío y negativo sobre este período? La respuesta se encuentra en su controvertido seleccionador y en su ideario futbolístico, rechazado por la prensa nacional mayormente afín a un Real Madrid que iba a ver menguado su protagonismo en la Selección. Clemente decidió dar carpetazo a una ya decadente Quinta del Buitre y confiar masivamente en jugadores del FC Barcelona, el equipo del momento en España y en Europa tras los éxitos obtenidos bajo la dirección de Johan Cruyff, la némesis futbolística de Javier Clemente.
El tiki-taka, nombre que el propio Clemente acuñó para referirse al atractivo fútbol de combinación que había implantado Cruyff en el Barcelona pocos años antes, aún no se había consolidado globalmente como sí lo haría quince años después tras los éxitos de Pep Guardiola y de la España de Aragonés y Del Bosque. La Selección de Clemente no se andaba con florituras. Era dura, seria y, por encima de todo, competitiva. El fútbol de esa España era muy físico, con jugadores de gran despliegue, fuertes, tácticamente muy listos y absolutamente comprometidos con la visión de su entrenador. La imaginación y el talento lo ponían en cuentagotas jugadores como Caminero, Hierro, Mendieta o Goikoetxea (el extremo navarro).
A esa Selección le faltó ante todo un punto de suerte para alcanzar las semifinales del Mundial '94 y la Eurocopa '96, y también un arbitraje menos casero en su eliminatoria de cuartos contra la Inglaterra en 1996 (dos goles injustamente anulados contra la anfitriona fueron demasiado peso en contra). Las semifinales hubiesen sido un auténtico hito para el fútbol español, que sólo había jugado esa fase una vez (Eurocopa de Francia 1984) desde 1964.
Pero la tan recurrente para la prensa "maldición de Cuartos de Final" volvió a cumplirse y fue la coartada perfecta para los medios para atacar al proyecto y a un seleccionador de personalidad explosiva que no rehuía e incluso parecía disfrutar de la polémica y del enfrentamiento más crudo con los periodistas. Los seis años de Clemente al frente de la Selección Española fueron de conflicto constante en la conocida por entonces como "Guerra de medios" española con la prensa deportiva dividida a favor y en contra del entrenador vizcaíno. En esa guerra Javier Clemente disfrutó del respaldo de José María García, probablemente el periodista más poderoso e influyente de la época, hasta que los malos resultados (mal Mundial '98 y una increíble derrota en Chipre en la fase de clasificación para la Euro '2000) hicieron que incluso García abandonase a Clemente a su suerte. Su despido, casi igual que sus derrotas, fue celebrado estruendosamente por una prensa que consideraba a Clemente un entrenador de ideas caducas.
Ninguno de los seleccionadores posteriores a Clemente, de mayor agrado para la prensa deportiva nacional, mejoraron sus resultados hasta la llegada de Luis Aragonés. Un Aragonés que sufrió una persecución mediática parecida a la de Clemente y que le llevó a anunciar antes de la Eurocopa 2008 su decisión de abandonar la Selección tras el evento. Lo demás es historia.
¿Y por qué entonces ese recuerdo más bien sombrío y negativo sobre este período? La respuesta se encuentra en su controvertido seleccionador y en su ideario futbolístico, rechazado por la prensa nacional mayormente afín a un Real Madrid que iba a ver menguado su protagonismo en la Selección. Clemente decidió dar carpetazo a una ya decadente Quinta del Buitre y confiar masivamente en jugadores del FC Barcelona, el equipo del momento en España y en Europa tras los éxitos obtenidos bajo la dirección de Johan Cruyff, la némesis futbolística de Javier Clemente.
El tiki-taka, nombre que el propio Clemente acuñó para referirse al atractivo fútbol de combinación que había implantado Cruyff en el Barcelona pocos años antes, aún no se había consolidado globalmente como sí lo haría quince años después tras los éxitos de Pep Guardiola y de la España de Aragonés y Del Bosque. La Selección de Clemente no se andaba con florituras. Era dura, seria y, por encima de todo, competitiva. El fútbol de esa España era muy físico, con jugadores de gran despliegue, fuertes, tácticamente muy listos y absolutamente comprometidos con la visión de su entrenador. La imaginación y el talento lo ponían en cuentagotas jugadores como Caminero, Hierro, Mendieta o Goikoetxea (el extremo navarro).
A esa Selección le faltó ante todo un punto de suerte para alcanzar las semifinales del Mundial '94 y la Eurocopa '96, y también un arbitraje menos casero en su eliminatoria de cuartos contra la Inglaterra en 1996 (dos goles injustamente anulados contra la anfitriona fueron demasiado peso en contra). Las semifinales hubiesen sido un auténtico hito para el fútbol español, que sólo había jugado esa fase una vez (Eurocopa de Francia 1984) desde 1964.
Pero la tan recurrente para la prensa "maldición de Cuartos de Final" volvió a cumplirse y fue la coartada perfecta para los medios para atacar al proyecto y a un seleccionador de personalidad explosiva que no rehuía e incluso parecía disfrutar de la polémica y del enfrentamiento más crudo con los periodistas. Los seis años de Clemente al frente de la Selección Española fueron de conflicto constante en la conocida por entonces como "Guerra de medios" española con la prensa deportiva dividida a favor y en contra del entrenador vizcaíno. En esa guerra Javier Clemente disfrutó del respaldo de José María García, probablemente el periodista más poderoso e influyente de la época, hasta que los malos resultados (mal Mundial '98 y una increíble derrota en Chipre en la fase de clasificación para la Euro '2000) hicieron que incluso García abandonase a Clemente a su suerte. Su despido, casi igual que sus derrotas, fue celebrado estruendosamente por una prensa que consideraba a Clemente un entrenador de ideas caducas.
Ninguno de los seleccionadores posteriores a Clemente, de mayor agrado para la prensa deportiva nacional, mejoraron sus resultados hasta la llegada de Luis Aragonés. Un Aragonés que sufrió una persecución mediática parecida a la de Clemente y que le llevó a anunciar antes de la Eurocopa 2008 su decisión de abandonar la Selección tras el evento. Lo demás es historia.
4 de junio de 2024
4 de junio de 2024
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La selección española empezó a ser algo cuando a Clemente le dieron las riendas. Él sabía cómo ganar: España no era una selección de cracks mundiales pero con defensas férreos y mucha actitud se podía llegar lejos. Estuvieron cerca de hacerlo si no hubiese sido por la mala fortuna contra Inglaterra y el robo de Italia. España avisaba por primera vez de que algún día seríamos incluso capaces de ganar un mundial. Siempre hay que empezar por algún sitio. Mirad si no a Bélgica con una generación increíble en el siglo XX que no ha sido capaz de hacer nada de nada.
Por supuesto la prensa no quería a un entrenador díscolo que no les bailaba el agua. Se quedaron con los malos resultados y fin, que el fondo era también lo que más le importaba a Clemente. 20 años después le hicieron la cama a Luis Enrique, que como Clemente, supo armar un equipo competitivo con una plantilla mediocre. La prensa volvió a matarlo por no ser un títere.
Ahora tenemos a Luis De La Fuente.. qué estampa. Cambiamos a un ferrari por un twingo.
Qué país.
Por supuesto la prensa no quería a un entrenador díscolo que no les bailaba el agua. Se quedaron con los malos resultados y fin, que el fondo era también lo que más le importaba a Clemente. 20 años después le hicieron la cama a Luis Enrique, que como Clemente, supo armar un equipo competitivo con una plantilla mediocre. La prensa volvió a matarlo por no ser un títere.
Ahora tenemos a Luis De La Fuente.. qué estampa. Cambiamos a un ferrari por un twingo.
Qué país.
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