Un minuto de silencio

De nuevo con la crisis argentina de fondo "Un minuto de silencio" narra con más ilusión que medios el porvenir de una familia venida a menos por las desgracias económicas pero que se vale de su unión para seguir adelante. Con el rostro principal de Eduardo Blanco (al que nuevamente se le otorga el nombre de Ernesto en una película) el film peca tal vez de lugares comunes, así resulta forzado que el padre acabe trabajando de payaso o que el punto esperanzador sea conocer el mar... Las interpretaciones son buenas, si bien de vez en cuando sería preciso subtitular para el público no argentino, pero la realización de Maiocco (un director que se toma su tiempo entre película y película) es demasiado irregular y hay planos demasiado evidentes. Es más arriesgada en la forma que en el fondo y el guión peca de simplista.

Un minuto de silencio narra de forma correcta la crisis social que vive Argentina. Los dos protagonistas del relato ( magnificamente interpretados ) intentan por todos los medios sacar adelante lo poco que tienen, y su guión ( que podía haber estado muuuucho mejor ) lo refleja bastante bien, donde sus mejores momentos residen en un circo ( las mejores escenas de la película, sin duda ). Ojo, es un tema, que, sinceramente, me parece demasiado visto ultimamente en el cine, pero no lo voy a negar, resulta necesario. Solo echaría en falta que las escenas a camara lenta no existieran, por que me parecen por completo innecesarias ( además de un final que se alarga ).

No hay que decir mucho de esta película. El fondo es loable. Una crítica feroz de como la clase media argentina ha desaparecido para dar paso a una masiva clase baja que no encuentra trabajo o debe hundirse en la miseria para conseguirlo. La historia lo muestra desde el principio con una sinceridad impresionante y con unos protas (Blanco y Darín) que conectan con el público por sus interpretaciones naturales y creíbles. Cabe destacar sobre todo Eduardo Blanco. Es posiblemente uno de los actores del mundo que es capaz de hacer reir y llorar en menos de 5 segundos. Su actuación es magistral y su capacidad interpretativa es simplemente perfecta. De repente te ries con el. De repente lloras con él.

Esto el fondo. ¿La forma? Lo siento pero deja mucho que desear. Toda la peli tiene un formato digital que canta mucho. A veces no sabes si ves una historia de cámara amateur que rueda a gente a ver si se caen o dicen tonterias. La fotografía es tirando a mediocre. La música tampoco es para echar cohetes y los encuandres son dignos de un mal debutante. La película en lo técnica hace aguas y de forma alarmante. Maiocco quiere darle un aspecto en plan Dogma pero sin el Dogma y le sale una peli bastante decepcionante en ese sentido.

Está claro que esta película la salvan los actores (sobre todo Eduardo Blanco) porque si fuera por el director, tal vez en vez de darle un 6 le hubiera dado la mitad. Pero bueno, a veces, el fin justifica los medios y si para mostrar un mensaje como éste hay que mostrar una dirección tan incapaz pues habrá que soportarlo

No me parece que sea una película que destaque por algo. Cine argentino (a mí particularmente me gusta) con el foco en lo relacional, el lenguaje, hablar sin pausa...etc.

Es verdad que plantea el tema de la crisis económica de la clase media (ya muchas veces tratado) y que pretende proponer un mensaje positivo que puede resultar simpático. Aunque las interpretaciones son buenas, no aporta nada nuevo.
Prescindible

En Argentina se hace buen cine, eso no es ningún secreto. Esta película me ha parecido de las buenas; sin estridencias ni concesiones a la emoción fácil relata, valiéndose de una familia particular, una historia que en aquél país se repitió desgraciadamente con toda la clase media.
Excelente guión, buen director, estupendos actores, ritmo adecuado, Quizá el productor debería haber afolojado algo más la cartera para, con más medios, hacer más creíbles algunas escenas. Hay que verla. Incluso más de una vez