La mezquita

¡Pobre Moha! La liada que le monta la gente "del cine” dejando en pie el decorado de la mezquita en su terreno, después de la grabación de algunas escenas para una película sobre Pasolini.
Como mola ver películas de otras latitudes, de otras culturas, películas en la que lo fundamental no gira sobre las soledades y el alienamiento que producen nuestras esquizofrénicas sociedades capitalistas y que no se cansan de reflejar innumerables películas de factura europea, acaso, los más proclives al masoquismo cinematográfico. La mezquita es un cine sencillo, de bajo presupuesto, pero enormemente sincero y digno. Lo importante aquí, no es incontable o inconfesable, sino que se trata de algo tan elemental como es la tozudez y empecinamiento del personaje Moha, en recuperar lo que él y el pueblo entero sabe que le pertenece. Filmada sin prisas con un magnífico trato al color, la cinta marroquí aborda con gracia y a su manera, lo que en realidad pudiera haberse considerado en una sociedad tan religiosa como la musulmana, una afrenta al culto y a la religión. El director Daoud Aoulad-Syad muestra una mirada certera y compasiva sobre la situación del nuestro pobre Moha, evitando en todo momento cualquier tipo de valoración personal. No sé si conseguirá algún premio en éste Zinemaldi, pero lo que se ha llevado es una honda y calurosa salva de aplausos del público que abarrotaba el Kursaal.

Saludos