Landmine Goes Click

Personas seriamente perturbadas por doquier es lo que vemos en esta película georgiana que nos pondrá de los nervios continuamente debido, en primer lugar, a una alta dosis de sadismo, y también por asistir atónitos a ciertas reacciones y decisiones que nosotros no tomaríamos, o quizás sí...

Más allá de lo creíble que pueda resultar, es un hecho que sabe mantener la intriga y entretener a base de juegos macabros, que no desbordan originalidad, pero que al menos saben captar nuestra atención sin aburrir en ningún momento, y lo más importante, la trama va de menos a más culminando en un desenlace que no decepcionará a nadie.

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Tengo la impresión de que 'Landmine goes Click' no busca tanto contar una historia, como generar un sentimiento, o una impresión.
Vista así, su interesante juego psicológico desde luego queda abierto a la interpretación, y por lo tanto su calidad atada a los pensamientos del espectador.

Aquí se cuenta una historia de bajos instintos y decisiones horrendas: puede parecer provocación barata, pero nadie puede negar que te remueve por dentro.
Tres excursionistas, dos a punto de casarse y el amigo sujetavelas (...o no tanto), se quedan atrapados en medio de la Georgia rural, cuando el último pisa una antigua mina de guerra por accidente. Pero lo peor no es eso, lo peor es tener que permanecer de pie en un sitio... y tener que aguantar las provocaciones, las mentiras o los peligros que se van sucediendo.

Tú, como espectador, te quedas en esa mina con Chris.
No se te permite abandonar el lugar, ni siquiera cuando otros personajes lo abandonan, y estás permanentemente a merced de lo que quieran enseñarte.
Y lo que te enseñan es una ristra de bajezas humanas, tan entremezcladas con violencia y odio, que casi desearías que Chris levantara el  pie del cacharro.

La superioridad moral no vale de mucho cuando un hecho fortuito te la quita, eso queda claro. De hecho, es casi un estorbo cuando se intenta salir lo más limpio posible de cualquier lío imaginable.
En casi dos angustiosas horas, Levan Bakhia nos pone, a sus protagonistas y a nosotros, al nivel de animales, y nos da un par de herramientas para sobrevivir, siempre en perjuicio del prójimo.
La sorpresa viene cuando, una vez usadas esas herramientas, uno parece quedarse a gusto, habiendo tenido deseos totalmente justos... pero la mugre en la que nos han metido no se quita aún mucho después del visionado.

Se puede argumentar que esta historia es una trampa, te pone en un lugar incómodo y no te da opción de salir de ahí.
Pero, razonando, creo que merece la pena que existan historias así, que no quieren ser examinadas sin provocar ninguna herida, y que dichas heridas duren lo que sea necesario para arrojar interesantes cuestiones sobre nuestra destructiva naturaleza.

Exótica mezcla de drama, suspenso y acción alocada surgida del cine georgiano que tiene muy buenos elementos narrativos, donde se combinan lo macabro con lo ingenioso, pero que producto de su extensa duración y algunas resoluciones simplistas termina perdiendo potencia al promediar el film.
El director y coguionista Levan Bakhia (247°F, 2011) crea un potente producto desde el Este Europeo que mantiene casi todo el tiempo la tensión bien arriba, dando vuelcos que le imprimen cada vez mas un clima de juegos sádicamente macabros. Los problemas surgen cuando estira el metraje para acoplarle elementos poco necesarios, pero levanta mucho en un final previsible pero duro.
La historia se mete en la vida Chris (Sterling Knight), Alicia (Spencer Locke) y Daniel (Dean Geyer); tres amigos que salen a pasear por las praderas como un último viaje antes del casamiento, pero de golpe pisan una mina personal aparecen los engaños y las venganzas.
La disputa entre el trío se reconvierte a solamente Chris y Alicia, a los que se suma un pueblerino trastornado y dispuesto a aprovecharse de ambos, llevando las reacciones y las relaciones al extremo de lo soportable.
La propuesta de Levan Bakhia entretiene y deja un sabor amargo a que se ha desaprovechado una sádica y muy buena idea. El elenco no ayuda y la parsimonia innecesaria de muchos de sus tramos le quitan interés a ese voltaje alocado que le imprime un vertiginoso ritmo de acción y suspenso.

Calificación Fanaseriecine: 6 sobre 10

Tras un comienzo estéticamente muy bueno conocemos a tres chavales que haciendo montañismo se encuentran en una difícil situación, uno de ellos ha pisado una mina y debe quedarse inmóvil si no quiere convertirse en picadillo.
Interesante planteamiento que en seguida llama la atención que te mantiene enganchado... durante un rato. Pasada la primera media hora la película se deshincha bastante, acaban siendo un par de ideas más o menos bien hiladas y estiradas durante una hora.
Además en muchas situaciones el guión no es muy consistente, hay bastantes situaciones en las que es fácil pensar "yo no hubiera hecho eso", aún así hay momentos de cierta tensión en los que llegas a empatizar con algún personaje, es de hecho lo más positivo de la cinta, consigue en ocasiones, contadas, no dejarte indiferemte, hacerte sentir algo.

Interesante planteamiento pero llega a hacerse bastante aburrida.

Se trata de una cinta con algunos buenos planos (sobre todo al comienzo), prometedora pero que luego se va deshilvanando hasta terminar en una floja recreación de Funny games de Haneke. Entretiene lo suficiente pero muy despareja. La nota es un 5.