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Memorias de una espía

Drama En los años 30, dos jóvenes entablan amistad en un colegio británico de clase alta. La homosexualidad del uno y las ideas marxistas y revolucionarias del otro, los convertirán en unos "outsiders" en el marco de férrea disciplina victoriana del internado. Años después, se convertirán en espías de la Unión Soviética, usando como tapadera su condición de funcionarios del Gobierno Británico. (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
7 de mayo de 2011
20 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Another Country, basada en la obra de teatro homónima de Julian Mitchell a su vez inspirada en la vida de Guy Burgess, es un buen ejemplo de la fusión entre la clásica tradición académica británica y el algo más arriesgado cine independiente planteador de temas originalmente tabú en la cinematografía de cualquier país.

Porque Anothe Country cuenta la muy interesante historia de dos jóvenes aislados y repudiados pese a su alto estatus social, uno por sus preferencias sexuales, y otro por su ideología política. Así, la historia es una original aproximación a dos apátridas de una sociedad clasista, en el microcosmos de una escuela de alto nivel inglesa. Ambos viven bajo el yugo de la opresión de esa sociedad, y ambos luchan día a día por ser como no pueden evitar ser, y llevarlo con principios, honestidad y la verdad por delante.

Pero como es bien sabido, la libertad es un bien muy codiciado, pero poco otorgado, incluso en culturas tan aparentemente civilizadas como la inglesa del siglo XX.

Sin embargo, tan apasionante historia no llega a trascender la pantalla en parte por las evidentes restricciones que se impondrían a un guión demasiado arriesgado en tiempos en que el cine independiente no gozaba, precisamente, de tanta libertad como hoy en día. Por eso el filme está teñido de un halo romántico que suaviza las asperezas de la trama, y de elipsis que obvian los detalles más escabrosos de la misma.

Pero Another Country no deja por ello de ser un placer para los sentidos, por su inteligencia, su lucidez, su sutileza y sus excelentes interpretaciones (de hecho, el trabajo de Rupert Everett es de lo mejor que ha realizado en toda su carrera).
jaly
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14 de agosto de 2011
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con ésta película descubrí en mi infancia las películas como yo las llamo, de temática homosexual, descubrí al magnifico Rupert Everett y Cary Elwes, que sin duda es la mejor actuación de Rupert en una cinta cuya fotografía impresionante con música sencilla pero emotiva y cuidada, nos relata ésta estupenda relación entre un chico fiel a sus convicciones marxistas y otro fiel a sus convicciones homosexuales. Sencillamente relata, para mi, que salirse de las creencias que estipulan las masas sólo llevan a ser márginados en la sociedad, siendo marxista, gay ó cualquier otra opción que se salen de los canones establecidos por la sociedad.
michaeljean
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6 de junio de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Another Country” (1984) de Marek Kanievska con Rupert Everett, Colin Firth, Michael Jenn, Robert Addie, Betsy Brantley, Anna Massey, Cary Elwes, Frederick Alexander, Rupert Wainwright, Tristan Oliver, entre otros.
Drama de temática gay, basada en la obra de teatro homónima de 1981, escrita por Julian Mitchell.
La narración es un largo “flashback” que tiene lugar en los años 30, cuando 2 jóvenes entablan amistad en un colegio británico de clase alta, donde la homosexualidad de uno y las ideas marxistas y revolucionarias del otro, los convertirán en unos “outsiders” en el marco de férrea disciplina victoriana del internado.
Años después, ambos se convertirán en espías de La Unión Soviética, usando como tapadera su condición de funcionarios del Gobierno Británico.
El filme se basa libremente en la vida del espía y agente doble, Guy Francis de Moncy Burgess, un diplomático británico y agente soviético, miembro de la red de espías “Cambridge Five” que funcionó desde mediados de la década de 1930 hasta los primeros años de La Era de La Guerra Fría; por lo que su deserción en 1951 a La Unión Soviética, junto con su compañero espía, Donald Maclean, condujo a una grave violación de la cooperación de inteligencia anglo-estadounidense, y causó interrupciones y desmoralización duraderas en los servicios diplomáticos y extranjeros de Gran Bretaña.
De esa manera, el filme explora su homosexualidad y su exposición al marxismo, al tiempo que examina la hipocresía y el esnobismo del sistema escolar público inglés.
El título se refiere no solo a la Rusia soviética , que es “el otro país” al que el protagonista recurre al final, sino que se puede ver que adquiere una serie de significados y connotaciones diferentes...
Como producción, desde el principio disfrutamos de la espléndida cinematografía de Eton College, sus terrenos y el campo circundante; esto contrasta con las monótonas escenas de Moscú, desde donde Guy Bennet cuenta su historia.
Todo está bañado en un resplandor dorado, respaldado por el sonido de voces infantiles que cantan himnos, no es casual también, que el título en sí provenga del popular himno escolar “Te prometo mi país”, que curiosamente se cantó en el funeral de La Princesa Diana en 1997.
Esto contrasta marcadamente con la brutalidad del sistema disciplinario de la escuela respecto a la práctica homosexual conocida por todos, hasta que uno de los jóvenes se ahorca; así, los que cuestionan el código de la escuela, se convierten en parias, como los protagonistas, Bennet y Judd, a menos que sean “útiles” de alguna manera.
Un hecho importante es que casi nunca se ve a un maestro en la escuela, y nunca se ve a los niños en las lecciones; esto muestra a Eton no solo como una escuela, sino como un microcosmos de la sociedad con su propia jerarquía específica.
También, hay un desarrollo interesante del personaje de Bennett, inicialmente un filántropo que no se toma nada en serio, hasta que finalmente se da cuenta de que es un homosexual confirmado, y comienza a comprender la visión de Judd de una sociedad perfecta posible a través del comunismo; y de manera similar, Judd se da cuenta de que a veces es necesario sacrificar los principios para el bien mayor.
¿Entonces, cuál es ese otro país al que hace referencia el título?
No se trata de la URSS, aunque el destino de los protagonistas nos lo sugiera.
Ese otro país era un lugar ideal, un sueño adolescente que sólo existía en las mentes de Guy Bennett y Tommy Judd.
Para Bennett, el futuro era un París idealizado en el que podría vivir su homosexualidad provocadora, artísticamente, haciendo de la existencia una creación estética; y para Judd no se trata de París, sino del paraíso, del porvenir preconizado por Lenin, y que muy poco tiene que ver con la sórdida habitación moscovita en la que arranca el filme antes de que un larguísimo “flashback” devuelva al espectador a Inglaterra.
También, el “otro país” no solo asume lo que era ser gay en Gran Bretaña a fines de la década de 1930, sino que también retrata la brutalidad absoluta que se produjo en la escuela pública, donde los niños eran enviados a vivir a estas escuelas, obligados a realizar trabajos manuales para los mayores.

SIGO EN LA ZONA DE SPOILERS POR FALTA DE ESPACIO
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro Zamora Cubillo
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8 de enero de 2011
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film basado en una obra de teatro de Julian Mitchell, que narra la vida de un espía del Telón de Acero, un diplomático inglés arrojado a los brazos del enemigo soviético, a quién sirvió como topo. Fantástica recreación de los años 30 en Inglaterra, que supuso la consagración del actor Rupert Everett. En el reparto podemos observar a un jovencísimo Colin Firth, que interpreta correctamente a un joven con ideas marxistas y a Rupert Everett, que interpreta a un joven homosexual. Una película sobre la amistad, los principios, el ser consecuente con uno mismo y la libertad.
Angel Lopez
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5 de noviembre de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Memorable drama ambientado en un internado inglés en los años treinta donde sus alumnos son sometidos a las rígidas normas de disciplina ya impuestas desd generaciones. Pero esos pilares basados en los sólidos valores de la vieja institución no impiden que estudiantes como Tommy Judd (Colin Firth) rehuya de sus ideas abiertamente comunistas y su mejor amigo Guy Bennett (Rupert Everett) manifieste su homosexualidad con algún otro estudiante del centro.

El poco conocido realizador Kanievska (Golpe al Sueño Americano; Donde esté el dinero) contó con la presencia de Rupert Everett y un todavía desconocido Colin Firth en éste film que nos recuerda vagamente a “If...” (1968) de Lindsay Anderson, como una crítica severa a los privados modelos educativos ingleses constituidos como si fuesen una jerarquía en un espacio limitado por aulas frías y paredes grises. Y en sus interiores los estudiantes protagonistas desatan con solemnidad digna sus ideas y sus deseos a pesar de vivir bajo unos valores impuestos y contrarios a sus pensamientos.

Rupert Everett ya había interpretado anteriormente la obra teatral de Julian Mitchell (que ejerció también como guionista) en que se basa la película inspirada en la historia real de Guy Burgess, un espía británico perteneciente a los “Cinco de Cambridge” que acabó revelando secretos a los rusos y que fallecería en Moscú a la edad de cincuenta y un años.
Natxo Borràs
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