The First Lady (Serie de TV)

El concepto de “primera dama” en el siglo XXI tal vez con una perspectiva de género haya quedado demodé, pero para los Estados Unidos siempre ha tenido su importancia, con la figura de Jacqueline Kennedy como la reina.

Las biopic suponen un conocimiento histórico previo por parte del televidente y en este caso no sé si las figuras a excepción de Michelle Obama por cercanía temporal sean ampliamente conocidas, la elección de las mismas me parece adecuada en tanto abarcan 3 generaciones.

En primer lugar Eleanor Roosevelt (1884 – 1962) esposa de Franklin D. Roosevelt, presidente por 4 periodos consecutivos, en la actuación de Gillian Anderson, una actriz que pone el cuerpo y lo da todo en cada uno de los trabajos que encara, fue una feminista antes que esta palabra fuera popular y tuvo una voz propia que fue oída por su esposo y por millones de estadounidenses a través de sus programas radiales.

En segundo lugar cronológicamente Bety Ford (1918 – 2011) esposa de Gerald Ford, un presidente que fue elegido por el Congreso, sin la intervención del Colegio Electoral, el carisma de su esposa fue en más de una ocasión su sostén y creo que es recordada con cariño por los norteamericanos, por ir de frente asumiendo situaciones que no estaban en la agenda pública como cáncer o alcoholismo y se nota afortunadamente la vigencia actoral en la notable interpretación de la gran Michelle Pfeiffer que es algo más que una cara bonita.

Finalmente la figura de Michelle Obama (1964) cuya figura creo que es más que conocida, una mujer con voz propia interpretada por Viola Davis, que también es productora de la serie, acá tal es lo más flojo de las historias, no por la actuación que es correcta sino el guion es un panegírico, sin duda la figura de Obama es la que más se acerca a los ideales políticos de Davis o tal vez no haya la distancia en el tiempo que permita una real apreciación histórica de sus periodos presidenciales.

Esta serie de 10 capítulos está muy bien desde la producción y las actuaciones de sus protagonistas, es correcta y creo que merece ser vista.

Tres actrices la mar de distintas para captar al mayor número de espectadores posible: la estrafalaria secundaria de series exitosas, la vieja estrella que se prodiga poco y la Meryl Streep negra. Y para estas tres mujeres que cambiaron la historia de Estados Unidos, tres maridos y compañía que lucen poco, una directora con escasa sensibilidad y un formato que enfatiza su abrumadora desigualdad.

Con esto último me refiero al hecho de arrejuntar tres historias que nada tienen que ver, a excepción de que las tres son primeras damas. Sospecho que temían que centrarse en una sola aburriría al espectador. En lo personal, Michelle Obama no me interesa lo más mínimo y, siendo objetivo, su historia es un panfleto infumable que no va más allá de lo esperable. Además, no ha transcurrido el tiempo suficiente como para retratar su vida. El desnivel se agudiza al cruzarse constantemente con las otras dos, que sí tienen algo que contar, aunque sus tramas sufran de la misma apatía, culpa de una dirección desastrosa.

Antes de hablar de sus actrices, quiero detenerme en esto: "The First Lady" está acartonada. Pese a las grotescas situaciones de las que somos testigos, no hay ni pizca de emoción, y pese a las diez horas de duración, no hay pausa ni serenidad, ni inmersión suficiente como para conocerlas, también porque las dulcifican a tal nivel que las convierte en inverosímiles. El espectador sabrá de los puntos álgidos de sus vidas pero notará que faltan piezas del rompecabezas, que las escenas se suceden de un hecho al otro sin cohesión ni profundidad.

En el terreno actoral, "The First Lady" es propiedad exclusiva de Michelle Pfeiffer. A esta Gillian Anderson ya la hemos visto, a sus seguidores les gustará pero yo sólo veo producto reciclado, mientras que Viola Davis roza el bochorno. Siempre me pareció una actriz sobrevalorada y esta serie me da la razón. Pfeiffer se vale de la trama más potente y la menos conocida, al menos para los europeos, para resplandecer como sólo ella sabe. Su Betty Ford es una mujer de derechas pero progresista, feminista y con principios, mezcla que hoy en día parece imposible, y es la única que saca la cabeza en todo esto. Eso sí, en manos de Pablo Larraín o Todd Haynes estaríamos hablando de otra cosa, como muy posiblemente del Oscar que le caería a Michelle.

Recomiendo "The First Lady" si te gusta la historia y la política americana, si no eres excesivamente exigente para con la emotividad pero sí con los apartados técnicos y artísticos, ya que en eso sí que luce espléndidamente, o, en último caso, si eres admirador de Gillian Anderson o Michelle Pfeiffer.