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Un drama singular

Comedia Londres, 1900. Irwin Molyneux es un reservado botánico que secretamente escribe novelas de detectives bajo el seudónimo de Felix Chapel. Su primo, el Arzobispo de Bedford, cree que ha matado a su mujer y decide denunciarlo a Scotland Yard... (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
30 de julio de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Drôle de drame” es hoy un título mítico para el cine francés, pero cuando se estrenó en 1937 no obtuvo el éxito ni el reconocimiento que se le otorgó después tras la guerra y que la ha permitido convertirse en un clásico. Se trata de una comedia disparatada en la que todos los personajes se disfrazan o adoptan otras identidades, en la que reina la confusión más absoluta bajo una irreprochable arquitectura barroca.

Los actores resultan perfectos en su tono enloquecido antinaturalista, que no les impide lanzarse réplicas memorables. El guión de Jacques Prévert es una maravilla en su manera de reírse a la vez de las historias policíacas y del vodevil, al mismo tiempo que respeta sus reglas. La puesta en escena de Marcel Carné es la de un coreógrafo y no creo que exista mejor elogio.

La avaricia burguesa, el orden social y el respeto de la honorabilidad de los cargos salen mal parados de este entretenimiento que pone en ridículo a un obispo demasiado dado a las escenas amorosas, a una esposa adúltera obsesionada por el que dirán, a un marido absorbido por el mimetismo de las mimosas y que plagia sin decirlo las historias policíacas que inventa un lechero soñador, y a un asesino de carniceros, una cómica variante del “Serial Killer” a lo Jack el destripador. El juego de equívocos es delicioso, el ritmo sostenido y todo, incluido la eficacia de Scotland Yard, o la tradicional y tópica flema británica, es visto desde el prisma del humor y de la irreverencia. Película muy, muy saludable.
Juan Marey
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16 de septiembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelentes actores, característicos franceses de la época, como en pocas épocas ha tenido el cine del país galo, para una historieta de época que no deja de ser un divertimento, alejada de las mejores obras de Marcel Carné, pero que suponen un mero entretenimiento con papeles bordados (el cura anti-todo e hipócrita de Louis Jouvet) o el enorme Michel Simon (salvando las distancias, ¿un Charles Laughton a la francesa?), al cual siempre hay que echar de comer aparte, porque parezca que en cada película en la que participa se “saltara” el guión, o por lo menos lo hiciese trizas de cara a su conveniencia como actor, a su bola. Los demás van por un lado, Simon, por el contrario.

Entretenida sin más, posee todos los elementos Carné: película coral y de personajes (dimes y diretes de una familia con falso asesinato), sólo que la liviandad (vodevilesco, resolución que se adivina, pero ojo, todo bien estructurado) del argumento hace que en esta ocasión no pase de obra menor y algo envejecida. Tampoco deja de ser un ejemplo de ABC del cine francés clásico.
cassavetes
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15 de octubre de 2017
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Drol de Drame, es un film emblemático de una época, al mismo tiempo que muy diferente al que habitualmente realizaron Carné, Prevert , Trauner.. Con un texto de Storer Clouston (Escocia), dialogado por Prevert, he ahí su principal dificultad, porque es un texto de humor inglés, retomado por Prevert, poeta, intentando desarrolar y complejizar el humor francés de la época, con el injerto del humor inglés, pero que da como resultado un estilo más próximo a Jardiel Poncela, Mihura, y a todo el humor que dió origen a "La Codorniz". No llega a aproximarse a esa obra maestra que es "Tres Sombreros de Copa", pero en el extraño mix, aunque fallido, produce una obra "drole" (graciosa, extraña, rara - que todas estas acepciones tiene la palabra-).
Es un obra fallida, pero de gran interés histórico-cinematográfico.
De los actores poco se puede decir, todos ellos son grandes, por derecho propio, maravillosos actores que han dado obras maestras y que debieron divertirse mucho en la filmación de esta "drole" historia. Poco se puede añadir a los nombres de Jouvet, Simon, Rosay, Barrault...todos ellos en la historia de la interpretación del cine y del teatro francés. Sus interpretaciones, magníficas. Es un placer ver a Michel Simon en sus conflictos con sus dos personajes, a Rosay la maravillosa intérprete de "La Kermesse Heroíca", interpretar a la aburrida burguesa que esconde a la casquivana "Daysy". Barrault, en el increible personaje de Landrú enamorado, a quien la historia de la interpretación reservará un lugar de maestro iniciador, y que participará con Carné, unos años más tarde, en esa obra maestra que es "Les enfants du Paradis".
rocamadur01
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18 de marzo de 2023
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Drole de drame, lo gracioso del drama. Bizarre, bizarre (Raro, raro), dice, mirando un cuchillo , tras descubrir la mentira de su anfitrión, Molyneux (Michel Simon), sobre el paradero de su esposa, el obispo Soper (Louis Jouvet), uno de los protagonistas de esta rara y bizarra comedia con crímenes reales y supuestos, Drole de drame (1937), de Marcel Carné, escrita por Jacques Prevert (que adapta His First Offence de Storer Clouston), que supuso la tercera colaboración de siete de la fructífera entente entre director y guionista. Aunque bien raro o bizarro es el disfraz que escoge el obispo para recuperar un folleto que le puede comprometer en un escarceo con una corista (o mujer de vida disoluta, en palabras de su esposa): el atuendo de gaitero escocés con su correspondiente kilt, y unas gafas ahumadas que pueden recordar a las que usaba, posteriormente, el Conde Dracula que interpretó Gary Oldman en otra desaforada película, aunque con menos gracia, Drácula (1992), de Francis Coppola; resulta más equilibrada o lograda la celebración desopilante, como exuberante apología de la imaginación desatada, de la obra de Carné/Prevert. Lo es también, raro o bizarro, que Molyneux se encuentre en la singular tesitura de tener que colaborar en el caso que Scotland Yard investiga (estamos en Londres, por cierto, en 1900), la muerte de su esposa, con respecto a la cual es el principal sospechoso; pese a que sólo usa una barba postiza, nadie le reconoce y todos piensan que es aquel como se presenta, el novelista de éxito Felix Chapel. Aunque realmente él no ha matado a Margaret (Francoise Rosay), su esposa, y esta, incluso, no está muerta, pero prefieren no esclarecer el equívoco porque ella no quiere que queden como estúpidos si revelan que ella desapareció porque no quería reconocer ante el invitado, el obispo Soper, que la cocinera y el mayordomo se habían despedido, lo que motiva una serie de malentendidos que determinen que el obispo piense que Molyneux ha asesinado a su esposa. Y es que es una sociedad que da mucha importancia a las apariencias. Como una sucesión de cajas chinas o muñecas rusas, en la que resulta difícil discernir o distinguir lo verdadero. De hecho, las ideas de las novelas no son de Molyneux, sino que se las da su sirvienta, Eva (Nadine Vogel), a quien a su vez se las da el lechero, Billy (Jean Pierre Aumont), un enamorado que, en su cortejo, ha infestado la cocina de botellas de leches.

Todo parece encajar, o más bien se entiende que todo se desencaje tan fácilmente. Sigues el hilo pero cada vez se enreda más. El desentrañador que lo desentrañe buen desentrañador será, aunque tras descubrir todas las máscaras quizás sólo queden los reflejos de las máscaras. Es lo gracioso del drama (drole de drame). O, como decía la pareja de adolescentes protagonistas de la tan desaforada, y afín en narrativa excéntrica y espiralizada, Terciopelo azul (1986), de David Lynch, El mundo es muy extraño. Algo que ya se intuye, que el escenario (el de la representación y el de la realidad) es raro, bizarro, en la secuencia introductoria en la que el obispo, ante sus feligreses, suelta un indignado sermón sobre los efectos nocivos de las novelas de intriga, sobre crímenes, como las que Molyneux firma como Chapel, aunque, paradoja (o lo gracioso del drama), él mismo, Soper, será quien genere el caos social (incluso con jaurías humanas que quieren ahorcar a quien sea el culpable del crimen que sea) cuando su desorbitada imaginación piense que hay asesinato donde no lo hay (cuando él no lee esas novelas y de hecho las desprecia).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cinedesolaris
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