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La Princesa TutuSerieAnimación

Serie de TV. Animación. Fantástico. Drama. Comedia. Romance Serie de TV (2002-2003). 1 temporada. 26 episodios. Antes de empezar la serie nos enteramos que hace tiempo existió un escritor de cuentos el cual murió antes de terminar su historia, trataba sobre una lucha entre un príncipe valiente y un rey malvado, el rey Cuervo. A la muerte del escritor los personajes de la narración quedaron atrapados en una lucha eterna, de la cual el rey Cuervo huyó, pero el príncipe valiente sacrifico su ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
16 de febrero de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué cursilada, ¿verdad?

En serio, ¿qué es esto? "Princess Tutu", ¡vaya nombre! Y va de una chica que está enamorada de un príncipe de ojos tristes, y está resuelta a recuperar los trozos del corazón de su amado para que así vuelva a sentir. Y la chica tiene poderes mágicos que le proporciona un colgante, y se convierte en una deslumbrante princesa que lucha contra sus enemigos... ¡bailando! Buf...

Vedla.

Porque es una obra de arte. Porque no tendréis más remedio que claudicar.

"Princess Tutu" no es ya un recomendabilísimo anime del género "magical girl". Es un extraño viaje, uno plagado de criaturas mágicas, de un absurdo inquietante, de héroes y villanos que nunca lo fueron, de duelos épicos; de superación, de amor verdadero, de tristeza y dolor, de vida y muerte, de envidias, celos, pasión y venganza.

Con una escenografía tremenda, que mezcla referencias al ballet y a cuentos tradicionales para crear un ambiente único, la serie está concebida como un fascinante y retorcido cuento de hadas. Al contrario que muchos otros productos en los que la creación de un mundo mágico parece la excusa para meter truquitos de todo tipo, la magia en "Princess Tutu" tiene alma. Es real y palpable.

El dibujo es simplemente maravilloso, la ambientación de la ciudad y de todos sus lugares, que son dotados de una identidad propia, a la vez lúdica, deslumbrante y tétrica. Y los muchos y emocionantes momentos que aporta la trama se ven reforzados por una banda sonora de un preciosismo fuera de lo común, basada casi íntegramente en piezas de música clásica que suenan exactamente cuando tienen que sonar.

En ese sentido, las escenas de danza son a su vez sorprendentemente hermosas e inspiradoras, uniéndose tanto el excelente dibujo como la sobrecogedora música. A pesar de que en teoría parecería muy cursi, la serie logra convencer en ese punto y crear imágenes de una belleza impresionante. Tal vez el único fallo es que la animación a veces no está a la altura y no proporciona la sensación de gracilidad que se requiere, pero eso no impide que se disfrute igualmente.

Con todo, el gran acierto de este anime se encuentra en la historia. Su punto más original es sin duda el papel que el propio autor del cuento, Drosselmeyer, toma en él. Se convierte en un personaje más, uno que dirige los pasos del resto, que observa y juega con ellos, y en ocasiones actúa directamente para proporcionar otro rumbo a la trama. Ahiru, la chica protagonista, no es más que un pato que él eligió para entrar en el cuento y dar un giro interesante al desarrollo de los acontecimientos, otorgándole un colgante que le permite tanto adoptar forma humana como convertirse en la princesa Tutu. Y ella lo sabe.

Este simple detalle proporciona una profundidad a la trama inigualable; hace que los personajes sean conscientes de que están dentro de una historia, representando un papel, una historia cuyo final ha sido ya sellado por la mente de un enigmático escritor...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ghibliano
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20 de febrero de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Definitivamente una de mis series favoritas, aun en contra de lo que su aspecto visual y su nombre (que tira para atrás a cualquier incauto) me hicieron creer en un primer momento. La conocí porque se decía que tenía mucho en común con dos de mis series favoritas, Madoka Magica y Shoujo Kakumei Utena, y en efecto, es como si Princess Tutu bebiera mucho de Utena y a su vez fuera una gran inspiración para la más actual Madoka.

Importante, no juzgarla por sus primeros seis capítulos. El primero es extremadamente flojo, y del dos al seis, si bien tiene un concepto que puede agradar, sigue siendo increíblemente flojo en comparación al autentico nivel de la serie.

De ahí en adelante, nos encontramos con una gran historia que critica y reinventa cuentos infantiles, contando al principio de cada capítulo un pequeño cuento con paralelismos para la trama del capítulo de turno. También encontramos unos personajes atrapados dentro del mundo de un escritor, donde tienen que luchar contra sus propios roles y donde, lejos de ser buenos o malos, tendrán que lidiar con su propia humanidad, egoísmos y deseos.
Excelente banda sonora, excelente dirección, excelente ambiente, gran profundidad, esta serie puede parecer por su aspecto para niñas, y puede que las niñas en parte la disfruten (ya que aunque profunda, tampoco es mareante y densa), pero desde luego un público más adulto la podrá disfrutar también.

Mención especial a mi personaje favorito, Fakir, del cual podría hablar mucho rato y por el cual merece la pena ver la serie. Y mención de honor a Neko-sensei, un personaje con el cual me he reído excesivamente en ocasiones y que da un contrapunto cómico a una serie que consigue en general un nivel de drama, amor, comedia y aventura muy equilibrado.

Quien confíe que el aspecto del dibujo y el nombre no representan el nivel de la serie, quien sea fan de series como Utena y Madoka, o quien busque algo diferente ajeno a las típicas series de extrema acción o de extremo romanticismo, y a su vez quien sepa aguantar unos primeros 6 capítulos algo flojos (aunque no del todo aburridos, salvo el primero), le recomiendo energéticamente esta serie.
Nordar89
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20 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Princess Tutu es una obra imprescindible para cualquier persona a la que le guste el anime mahō shōjo, pero con su mezcla de ballet, cuentos de hadas, chicas mágicas y mindfuck, es también una muy buena opción para quien simplemente busque un anime interesante y original. Sin embargo, no es una de esas series que todo el mundo recomienda, como puedan serlo Cowboy Bebop, Neon Genesis Evangelion o la última serie de moda, pues es tristemente muy poco conocida. Podría describirse como una obra de apariencia engañosa, pues su estética infantil de anime corriente y promedio de chicas mágicas enmascara una historia realmente compleja que será más atractiva para una audiencia más adulta, sin recurrir al fanserivice ecchi y al gore, que sería ir a lo fácil. Suena de algo, ¿no? Pues Princess Tutu estuvo antes.

Para entender este punto hay que volver la vista a la historia del subgénero de las chicas mágicas: el manga (y seguidamente el anime) mahō shōjo nació en los años 60 pero no sería hasta la primera mitad de los 90, con la aparición de Sailor Moon, cuando el género se consolidaría y diversificaría, alcanzando una gran popularidad. Durante años y dejando a un lado el ecchi/hentai (en efecto, regla 34) y parodias varias (Puni Puni Poemi, Panty and Stocking), predominarían las series dirigidas a adolescentes, tanto de demografía shōjo (Cardcaptor Sakura, Corrector Yui, Ojamajo DoReMi) como shōnen (Pretty Cure, Mahō Shōjo Lyrical Nanoha), hasta que en 2011 llegó Puella Magi Madoka Magica y puso de moda las historias de chicas mágicas más oscuras y complejas. A Madoka le seguiría un puñado de series dramáticas y, a veces, depresivas (Yūki Yūna wa Yūsha de Aru, Maho Shōjo Ikusei Keikaku, Gen'ei o Kakeru Taiyō, Mahō Shōjo Site) en lo que es un fenómeno comparable a lo que logró Neon Genesis Evangelion con el subgénero mecha y las subsiguientes series que han continuado en esa línea (RahXephon, Bokurano).

Sin embargo, Madoka Magica no es la primera obra de este estilo a veces llamado dark magical girl (lo que se puede confundir con el prototipo de personaje de chica mágica oscura). Uta Kata y Mahō Shōjo Lyrical Nanoha (del mismo director de Madoka) ya contenían elementos de thriller psicológico y fantasía oscura, pero, aunque no me atrevería a asegurarlo con rotundidad, es muy probable que el honor de ser la primera le corresponda, después de que Shamanic Princess (miniserie de 6 OVAs) empezara a abrir camino, a la propia Princess Tutu (hay quien considera a Shōjo Kakumei Utena la pionera, pero no puede decirse que sea una serie de chicas mágicas). Y por eso puede afirmarse que Princess Tutu es una serie adelantada a su tiempo (o al menos a las modas): la primera serie de animación mahō shōjo con una historia y unos personajes realmente profundos, y un importante componente dramático. Y aún así es, desgraciadamente, una obra casi desconocida incluso entre el fandom otaku.

Por otra parte, aunque se suele considerar que Princess Tutu es la antecesora directa de Madoka (y quizá en parte lo sea), las diferencias entre ambas son importantes: Madoka es un sekaikei con toques de horror cósmico en la línea de Devilman y Evangelion; mientras que Princess Tutu es más un cuento sombrío desarrollado en una academia, muy al estilo de Shōjo Kakumei Utena (aunque sin el sutil erotismo y el trasfondo sexual que tanto define al anime de Ikuhara). Además, a diferencia de Madoka, Princess Tutu no es una deconstrucción de las historias de chicas mágicas ni pretende serlo, sino que, de nuevo al igual que Utena, es una deconstrucción de los cuentos tradicionales de príncipes y princesas que tanta popularidad alcanzaron durante el pasado siglo gracias a las películas de Disney.

La premisa de la que parte este anime puede sonar algo extravagante y parece bastante infantil (esa es la idea) aunque funciona realmente bien: el excéntrico escritor Drosselmeyer murió dejando inconclusa su obra, un último relato del que el príncipe escapaba para sellar a un peligroso cuervo a cambio de su propio corazón. Tiempo después, en el mismo pueblo en el que vivió Drosselmeyer, una patita, Ahiru, adopta forma humana para reunir los pedazos del corazón del príncipe que se manifiestan como emociones muy intensas en algunos de los personajes del misterioso pueblo. Ahiru encuentra al príncipe en uno de sus compañeros de clase, Mythos, y se encomienda la misión de protegerlo y de devolverle su corazón. Sí, como sinopsis resulta algo extraña, pero nadie puede decir que no es original.

Como he adelantado, la (inesperada) heroína de la historia, Ahiru, es en realidad una pequeña patita (su nombre significa "pato") y cada vez que grazna (lo que hace accidentalmente con cierta frecuencia) recupera su forma original. Por otra parte, el resto de personajes del cuento son igual de peculiares: Mythos es un príncipe sin corazón, protegido por un caballero "cobarde" que teme a la muerte y perseguido por una villana "sin voluntad". Así pues, tenemos un relato cruel en el que los personajes se cuestionan continuamente su papel en el mismo, mientras el (ficticio) autor de la obra juega con ellos e intenta llevarlos por donde él quiere.

Evidentemente, el inicio de la serie es algo engañoso, con abundante comedia, una imagen luminosa (que se irá oscureciendo, y mucho, a medida que avance la trama), un diseño de personajes muy moe y unos escenarios y vestidos inspirados en los cuentos y el ballet. Disfrazar la serie de producto exclusivamente infantil es un recurso que hemos ido viendo de vez en cuando en el anime posterior, a menudo muy bien empleado, como en Made in Abyss, si bien, como he dicho antes, Princess Tutu nunca llega a recurrir a la violencia explícita ni a mostrar sangre.

La madurez (no sabría decir hasta qué punto pretendida) de este anime reside en su premisa y trama: es un cuento retorcido, fragmentado y deconstruido en el que lo que más importan son sus personajes.

(Continúa abajo por falta de espacio, sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manospondylus
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