Baby Oopsie: Murder Dolls

Segunda entrega del spin-off sobre Demonic Toys (Peter Manoogian, 1992), solo un año más tarde que la decente Baby Oopsie (William Butler, 2021). La secuela vuelve a contar con el mismo director de la primera entrega, el cual a dirigido otros largos como Madhouse (2004), y en su reparto encontramos nombres como Libbie Higgins (Evil Bong 888: Infinity High, 2022), repitiendo el papel protagonista, o Josephine Bullock (3 Bears Christmas, 2019).

El juguete demoníaco está de vuelta preparando una venganza sangrienta. Cuando el mejor amigo de Oopsie, Sybil (Libbie Higgins), tiene el encargo de crear una nueva línea de muñecas para una siniestra empresa, termina haciendo dos muñecas de plástico homicidas que rivalizan en maldad.(FilmAffinity)

Por algún incomprensible motivo, se ha decidido dividir la película, en dos películas de metrajes muy reducidos que no llegan a la hora de duración, por lo que la historia en este film es una primera parte de una historia inconclusa, con todas las taras que esto implica. La película no tiene apenas muertes, lo cual resta enteros al conjunto, y la trama se centra más en introducir personajes secundarios y muñecos nuevos que poco importan, además de una historia disparatada como tiene que ser una producción Full Moon, que dejará a algunos espectadores fuera y deleitará a los más asiduos. Las actuaciones dejan que desear aunque poco importan en este tipo de productos. Los efectos prácticos son resultones y nos dejan los mejores momentos de la película, en cambio, los efectos digitales deberían haberse evitado y resultan risibles.

Está segunda entrega es inferior a la primera, ya que al ser una primera parte de una historia se queda solo en una introducción algo coja, pero aún así sus 55 minutos pasan bastante rápido y quien se acerque a ella encontrará exactamente lo que se espera.

Nota personal 4/10