Serenata de amor

Probablemente, si uno supera los 30-40 min. iniciales de "Serenata de amor", con total seguridad sea capaz de verla entera e, incluso, sacarle el jugo disfrutándola no sólo como un entretenimiento más, sino también como un film que en su segundo tramo sabe explotar mejor sus vertientes y otorgarles un tono mucho más inteligente.

Lo malo de todo ello claro, y como ya he comentado, es intentar entrar en complicidad, aunque sea parcial, con el relato que aquí se nos expone, pues algunos de sus diálogos pueden resultar para más de uno verdaderamente absurdos, así como algunas de sus situaciones un tanto indigeribles, pero no se engañen, pues ese no es más que el cauce que se le pretende dar, exponiendo así la historia de dos hermanas, una sin apenas experiencia en su vida sexual, y la otra ya con las ideas algo más claras (o eso parece), ambas con distintas perspectivas sobre lo que les podría ofrecer su vecino de enfrente que, además de ser un locutor de radio, pues es el típico fresco que va por ahí beneficiándose a toda aquella que puede: La primera, más bien por, como ya he dicho, explorar su sexualidad, y la segunda porque, según ella, siente una irremediable atracción hacía él.

A partir de esa premisa, y de un tramo inicial curioso y, quizá, algo difícil de digerir, arranca esta propuesta que, a medida que avanza, se va tiñiendo de alguna que otra fantástica gota de humor negro y de situaciones a cada cual más retorcida, para desembocar en un final fantástico y todavía más maquiavélico que lo anteriormente visto.

Destacaría también una fabulosa banda sonora, compuesta de distintas piezas pero, no nos hagamos una idea erronea, pues no por ser piezas desmenuzadas y ya existentes, no puede ser igual de grande que otras: Todo consiste en saber encajarlas a la perfección, y eso está logrado aquí excepcionalmente. Eso sin olvidar la fotografía, bastante notable.
Una rareza a tener en cuenta.

Film independiente, escrito y dirigido por Shirley Barrett. Se rodó en Robinvale (Australia), con un presupuesto de 4 M dólares. Ganó el premio Cámara de oro de Cannes y el premio al mejor dicrector debutante de Valladolid. El productor fue Jan Chapman.

La acción tiene lugar en Sunray, pequeña localidad ficticia del medio rural australiano, situada en Victoria, a orillas del río Munray, aislada y solitaria. Narra la historia de dos hermanas, Vicky-Ann Hurley (Rebecca Frith), de 25 años, romántica, soñadora, asmática y obsesionada por la falta de pareja, trabaja como peluquera, y Dimity (Miranda Otto), de 20 años, aficionada a la pesca, ingenua y tímida, trabaja como camarera en un restaurante chino. Ambas son huérfanas desde hace años. De sus padres conservan dos recuerdos: una silla de ruedas y una bombona de oxígeno. Cuando llega al pueblo Ken Sherry (George Shevtsov), DJ de Brisbane, para dirigir la radio local, ambas se sienten atraídas por él. Tiene 43 años, se ha divorciado 3 veces, detesta los compromisos y vive anclado en los años 70, los mejores de su vida.

La película se desarrolla como una comedia romántica negra, provista de un humor sutil que invade gran parte de las situaciones del film, dotado de una vibrante banda musical de melodías de los años 70. El epicentro musical viene dado por la canción "Love Serenade", de Barry White, que glosa un amor extraño, opresivo y decepcionante. Las hermanas Hurley tratan, con medios diferentes, de captar la atención y el amor de Ken, que ocupa la casa vecina a la suya. Ken busca amores libres y efímeros, sin ataduras ni compromisos. Halla en las dos hermanas los juguetes eróticos que le ayudan a aliviar la soledad y la frustración. Los celos entre las hermanas las enfrentan hasta que la decepción las une en una tarea común. La exploración de las relaciones entre hombre y mujer pone de manifiesto su complejidad y las diferencias entre amor y sexo, hedonismo y entrega, celos e indiferencia, compromiso y oportunismo, etc. También se explora el mundo de la timidez, la singularidad, el aislamiento y el desarraigo derivado de la sensación de no pertenecer a ningún grupo de referencia. Realizada por un equipo mayoritariamente femenino, se ha convertido en una obra de culto.

La música se centra en el tema "Love Serenade", compuesto e interpretado por Barry White, al que se añaden otros, de los 70, como "What The World Needs Now Is Love" (B. Bacharach), "My Little Angel" y "Me And Mr. Jones". La fotografía hace uso frecuente de encuadres a cámara fija, travellings suaves (barca en el río, Wicki-Ann en vestido de boda) y una paleta de cremas, ocres y pastel. El guión elabora una historia de amor compartido, extraño e inquietante. Las interpretaciones de Otto y Frith destilan la extrañeza que coresponse a sus papeles. La dirección añade al realismo toques de irrealidad y de surrealismo, que envuelven el relato en una atmósfera densa de desarraigo y amores equivocados.

Nada que no hayamos visto antes, pero «Algo debe cambiar para que todo siga igual» como diría el Principe de Salina. Ciertamente que no tiene interés por lo que cuenta, pero sí por cómo lo cuenta. Un ritmo adecuado, parsimonioso para muchos; unos diálogos escuetos, que no intrascendentes; una gran banda sonora, un personaje más; personajes increiblemente creibles, sobriamente interpretados y un toque de tabasco, es decir, de realismo mágico combinados en la coctelera las ambiciones y las frustraciones conforman un trago intenso y largo que no dejará indeferente a nadie, ni a los ébrios ni a los sobrios. Moraleja: Hay que mojar más, el gaznate, claro, o el seso se nos vuelve agua.

Para no estropearle la peli a nadie, digo lo que tengo que decir en el lugar de los spoiler:

Un pueblucho recibe a una estrella de la radio de la gran ciudad "Ken Sherry", para sus habitantes es el gran acontecimiento, para él, una vía de escape. Lo tratan como un dandy, aunque él es como todos los demás. Las dos hermanas protagonistas ven en él una pequeña luz que les permitirá escapar de su aburrida rutina...Cuando leí la sinopsis pensé lo mismo que todo el mundo...una más.

Pues no señor, Love Serenade es una pequeña joya, muy bien rodada, con un guión tremendo, una "pisciparanoia" exquisita y un humor negro nada excesivo...No hay golpes de efecto, sí mucha contemplación, pero si a la observación le añadimos esos clásicos de Barry White podemos entrar en un profundo éxtasis. Cine de autor en estado puro.