Amigos desde la infancia, inseparables durante el resto de sus vidas (Kovacs ya falleció), Vilmos Zsigmond y Laszlo Kovacs han conformado el estilo de fotografía de los años 70 y 80 hasta nuestros días. Lo emocionante es verlos hablar, distendidos y joviales, desde sus arriesgadas maniobras en la Hungría invadida por los rusos, el regreso clandestino al país para llevarse a las novias que dejaron cuando huyeron a Estados Unidos, hasta sus inicios en el cine más trashy de los 60, con películas capaces de avergonzar al más pintado, pero que ellos utilizaron para experimentar y poner las bases de lo que más tarde sería su marca de fábrica distintiva. Es un documental en que todo el mundo pone bien a todo el mundo, pero que nos revela la categoría humana de esos pintores de nuevo cuño que tantas imágenes han dejado grabadas en nuestra retina. Recomendable para cinéfilos de pro y amantes del cine en general.