Yo no soy un gran fan de Karate Kid. De hecho, las últimas dos películas ni siquiera las ví. Pero sorprendentemente, no me fue necesario para disfrutar esta serie. La obra en ningún momento busca ser compleja o profunda, desde el inicio te avisan que es la típica historia adolescente de superación, con relaciones amorosas y drama cursi.

De hecho, la serie tiene una estructura muy similar a las películas taquilleras de los 80'. Entiende perfectamente que pasaron ya 40 años desde entonces, y que muchos elementos de la obra pueden ser considerados anticuados para el cine y el espectador actual. En lugar de esconder este hecho, te lo tiran en la cara constantemente.

Es una obra extremadamente optimista, que no le importa pecar de previsible, siempre y cuando la historia mantenga el mensaje de la autosuperación.

Efectivamente es una serie nostálgica, porque pertenece a ese grupo de obras de los 80' que terminaron con la depresión del Nuevo Hollywood, y que, como dijo George Lucas, hacen que la gente salga de las salas de cines mucho más felices y esperanzados que cuando entraron.

Para empezar, tengo que decir que no soy de ver series extensas. Me limito a películas y miniseries, por lo tanto, no tengo mucho con que compararla. El único motivo por la que la empecé, es por que lleva el mote de "la mejor serie de la historia". Y si bien no puedo asegurar esto, debido a lo que dije anteriormente, si puedo afirmar que es una obra que valió totalmente la pena ver.
El principal pilar de la serie, son sin dudas sus personajes. Todos y cada uno de ellos tienen un desarrollo asombroso. Hank y su obsesión por Heinsenberg, Skyler y su condición de espectadora que ella misma se impuso, Jesse y la constante persecución de culpa que tiene. Y por supuesto, el descenso progresivo del protagonista Walter White hasta convertirse en Heinsenberg. Del profesor preocupado por su familia, al narcotraficante ególatra y manipulador.
Quizás al principio tenía sus motivos, pero al final estos se convirtieron simplemente en excusas.