La uno ya era de por sí una mierda hecha para niñas recién entradas en la pubertad, pero ésta... es muchísimo peor. Sólo pude aguantar 15 minutos, todo esto porque una amiga me pidió que la diese una oportunidad debido a que a veces me paso de duro con las pelis, pfff ni de coña. Los personajes son estúpidos. El vampiro tiene una cabeza enorme y es el estereotipo del homosexual reprimido. El indio aparece atiborrado de esteroides y enemas para eliminar cualquier resquicio de grasa de su etnia de origen. La protagonista no es más que una depresiva emo anoréxica a la que más le valdría comprarse un consolador y olvidarse de lobos culturistas y vampiros maricones. Es una película insoportable.

Si quieres ver vampiros de verdad, ve las siguientes pelis y series:
-Dracula de Bram Stoker. (No soy muy fan de ella, pero hay quien le gusta mucho este film)
-True Blood.
-Las otras versiones de Dracula de Bela Lugosi y Christopher Lee.
-Vampiros de John Carpenter
-Déjame entrar. (Aún no la he visto)
-Buffy cazavampiros.

Es una puta mierda de película. Azotaría a Gus Van Sant su cara de pretencioso cineasta independista de Sundance con un periódico enrrollado a su suplemento. Es larguíiiiiisima por esos planos secuencias de tío guay que sabe crear un montaje interno chulísimo para fliparse después con otros cineastas pijos que van de "indies" (seguro que justificará este montaje con una metáfora o figura literaria pfff solo digo esto: ¡payaso!) Este tío me amargó una noche con una cinta aburrida, vacía y que no se merecía ninguna clase de premio. Me meo en el jurado de Cannes o Venecia que le dieron el premio.

He leído los cómics de Alan Moore en los que se basa este engendro cinematográfico (Imaginaos el sapo de Bart en los Simpsons, pues así veo físicamente esta mierda audiovisual) y la película no tiene nada que ver con ellos. La vi en cine y casi me salgo de la sala de lo inaguantable que era. Creo que es la última película en la que ha participado Sean Connery (un actor más conocido por ser un cabrón escocés misógino que pega a su mujer y por ser el "mejor" 007 de la historia y el padre de Indy en última instancia).
Leed los cómics originales, son la hostia de divertidos y entretenidos, y si veis alguna copia de la película circulando por vuestro entorno... ¡quemadla, violadla y clavarle una estaca!

Hola a todos aquellos que suelen estar en desacuerdo con mis críticas. Han pasado bastantes meses desde mi último escrito, pero creo que por fin he dado con la película perfecta para tensar mi látigo y soltarlo; si, he colocado esa metáfora sexual aposta para que lo analice mi psicólogo.

Hace unos días pude ver esta propuesta del autor de las hipnóticas Twin Peaks y Terciopelo Azul. El tupé de Lynch es uno de los máximos exponentes del cine de autor.

Voy a contextualizaros la obra de la que hablamos hoy. Muholland Drive iba a ser el episodio piloto de una nueva serie creada por Lynch para la cadena norteamericana ABC. El proyecto se fue al traste debido al sabor de boca que les dejo a los ejecutivos de la cadena el material filmado hasta la fecha. No siempre la TV tiene la razón al desestimar productos por miedo a que el público no los entienda o no den los beneficios esperados (Freaks and Geeks, In treatment...).

En este caso, rompo una lanza a favor de ellos; dónde Twin Peaks destacaba por sus personajes, atmósfera y misterio; aquí nos encontramos una completa burla al espectador contemporáneo. Descubrimos cómo el nombre de una persona, su firma o estilo bastan para comerciar un producto mediocre, pretencioso y que supone el insulto definitivo a un público infravalorado que se traga cualquier Fast Food Movie.

La película es un mosaico de personajes desubicados, sin objetivos claros. Como ellos, confundidos y desorientados, quede al terminarla.

Muholland Drive es un relato que ofrece muchas lecturas, pero no por la cantidad de nuevos significados que se obtienen al acabarlo, sino porque no se entiende.

El autor vende, sea como sea su obra. Cualquiera le encontrará los matices necesarios para calificarla de grandiosa, bella, producto de la mente de un genio... Y lo admito, Lynch es un puto genio, un genio capaz de frotarse el nabo y dar lugar a una lluvia dorada de Baftas, Oscars y Globos de Oro.

Sin embargo, no todo es malo en esta película. El trabajo con los actores es excepcional. Naomi Watts está sublime junto al resto del reparto. Además, hay escenas de gran emotividad que te mantienen agarrado al sofá, pero no por eso es una buena película. Ni siquiera el sexo lésbico puede levantarla (una jugada maestra por parte de David). El hecho de romper con las leyes de la narración tienen que ser bajo una lógica matemática y Muholland Drive carece de ello. Old Boy abandona la estructura clásica del relato y es una película magnífica. ¿Por qué ésta no?

INT. DESPACHO DE LYNCH – DÍA
Lynch: Naomi, voy a hacer de ti una estrella.
Lynch juega con el pelo de Naomi peinándoselo cómo su tupé.
Naomi: Puedo leer el guión.
Lynch: (balbucea) No está del todo acabado, aún le faltan unos retoques, pero antes de enseñártelo quería pedirte un favor.
Naomi: ¿El qué?
Lynch: ¿Puedo verte los pechos?

Una película vacía sí, pero muchas gracias por las tetas de Naomi Watts, David.

Me pongo a criticarla, para ello necesito un café tras su visionado.

La banda sonora es buena, supongo que casi todo el presupuesto se ha ido en ese aspecto de la película. Me he aburrido y bostezado de vez en cuando, lo que es señal de haber salido por la noche o de que la película es del género somnífero.
El protagonista resulta estúpido al intentar acostarse con una mujer casada y perdonar más adelante los cuernos de su ex; son contradicciones demasiado grandes. Es un film independiente, pero que a la hora de la verdad ha tenido un presupuesto grande para la composición de las canciones.
El momento en que todos están en la playa jugando al freesbe... bueno, sólo diré que John Carney carece de sentido de la realidad.
El técnico del estudio de grabación les llama gilipoyas a la cara y, de repente, cambia su actitud radicalmente para acabar chupándoles la polla a todos a la orilla del mar.

En fin, once y no más.