En otras películas de animación japonesas la historia suele empezar más despacito, explicando un poco el contexto. A medida que se va desarrollando la película entran componentes fantásticos para terminar en una apoteosis.

En este caso, me da la sensación de que estoy viendo un episodio de una serie, y como me he perdido lo anterior, ya no hay manera de enterarme de nada.

Tampoco me fascina el apartado gráfico, como me ocurre con otras historias.

La película empezó muy bien, bastante fuerte desde el principio.

Estéticamente es impecable, tanto en fotografía, como en banda sonora. Se ve una película actual y muy bien rodada.

Sin embargo, personalmente me molesta bastante el gore sin sentido. Entiendo que la trama implica violencia, pero prefiero no ver explícitamente roturas de huesos, músculos, etcétera...

También hace la película poco creíble, ya que muchas de las peleas eran mortales de necesidad. Sin embargo, los personajes no mueren paliza tras paliza.

Estoy de acuerdo con otra crítica en que le falta un poco de explicación de la manera de actuar del asesino, que parece que no importa para el desarrollo de la película.

Como resumen, aún cuando el final de la historia se hace insostenible y demasiado violenta, he de reconocer que salvo esos detalles, la película sería muy interesante.

Me ha gustado, porque me ha parecido poco sensacionalista, bien contada, que mantiene muy bien el interés durante toda su duración y dura, durísima.

No puede tomarse como algo verídico, porque no podemos saber con certeza lo que ocurrió dentro del avión, pero la historia es verosímil y perfectamente posible.

Y aunque de antemano se conoce el final, sigue siendo una película tensa y que deja muy mal cuerpo. A mí me dejó pensando en la suerte que tengo a diario, de no vivir una situación sin salida como la que ocurrió. Y recordando otras tragedias similares, más cercanas, pero también inevitables.

También pienso que si no hubiesen ocurrido los atentados del 11-S, seguramente diría: ¡Qué fantasmada! ¡Tantos aviones secuestrados y estrellados en lugares tan emblemáticos! ¡Imposible!
Ejemplo de que la realidad, en muchos casos, supera la ficción.

De acuerdo con varias de las críticas que he leído: la historia no apasiona, pero el diseño de personajes es espectacular.

Mientras la veía, pensaba en qué nota le pondría. Estaba entre un 5 y un 6, pero lo que hizo decidir fue la fotografía y la variedad y originalidad de personajes.

Como en muchos otros casos, ¡lástima de historia! Tampoco es que estuviese mal, pero poco interesante.

Viéndola ahora, con el paso del tiempo, no soy capaz de entender la fama de esta película. Me parece demasiado simple: los buenos buenísimos y los malos malísimos.

Y no quiero que se me malinterprete: claramente el hombre blanco es el malo de la historia. Queda claro con el hecho de llegar a una tierra que no es la suya, cargarse la sociedad anterior y hacerse dueño y señor porque sí.

A lo que me refiero es que esa actitud ya es malvada de por sí, pero parece que la película quiere aclararlo más si cabe. Me gustan más las películas que hacen pensar, o que muestran algo más terrible aún: aquéllas personas que aparentemente son buenas o simplemente normales, pero que cometen actos inhumanos como si no pasase nada.