En tiempos en que el plano-secuencia se ha terminado por consagrar de la mano de Birdman, y con un historial brillante de seguimientos de cámara como lo hecho en Irreversible y Enter the Void por Gaspar Noé y excepcionalmente por Alfonso Cuarón en Children of Men, la técnica de El Arca Rusa no es, en el siglo XXI, algo para aficionados. Victoria nos entrega tanta entretención como seriedad, componiendo una coreografía perfecta que equilibra técnica con espectacularidad y trama de forma increíblemente efectiva. Torna real la premisa de que hasta la situación aparentemente más trivial puede dar paso a lo insospechado. Como en el buen cine. y Victoria apuesta por un buen cine.

Totalmente recomendable para perfeccionistas de la cinematografía y para adictos a historias trepidantes.