No es un documental pero lo parece. No es una película que adorna el argumento sino que lo expone en su crudeza, y sólo nos salva el saber y reconocer a los excelentes actores que nos sitúan en una ficción. La historia nos lleva a un terreno nuevo donde dentro de esta absoluta locura de violencia, nos situamos a analizar lo miserables que fueron estos judíos que se encargaban de engañar a sus iguales para sobrevivir haciendo el trabajo miserable que los propios nazis no querían hacer.
Nadie sabe a donde es capaz de llegar en límites tan aberrantes. Quizá actuando de manera noble quitándose la vida negándose a hacerlo (muerte segura) o actuando como estas personas con un hilo de esperanza no solo por salvarse ellos mismos sino por encontrarse con sus familiares. Y es aquí donde hay que ponerse en la piel de esta gente que sin justificarla, intento entender. De ahí la grandeza del planteamiento del director donde abre variantes que hasta ahora no se exponían. Pero no nos olvidemos quién son las víctimas y quién los verdugos...... NUNCA. Si ya de por sí el planteamiento del exterminio indica el grado de locura homicida que tenían los que lo realizaron, lo de la creación de estos comandos es una vuelta de tuerca más en esa pesadilla de la que reitero, solo hay victimas y verdugos y dentro de las victimas entran todos los exterminados. Es una película DOLOROSAMENTE NECESARIA y hay que agradecer a estos directores está visión para ilustrar la historia.......sin adornos.

Las series inglesas casi nunca dejan indiferentes. Sus vueltas de tuerca cuando menos son interesantes y nos dan unas historias repletas de matices y guiones excelentemente construídos. Son plenamente conscientes que los juegos de artificio en las series, sirven para disimular carencias que otras produciones necesitan, pero en este caso no porque son precisamente muy ricos en contenido.

El desarrollo de "After life" es bien simple. Una historia de pérdidas y duelos, de historias de amor verdaderas, de dramas existenciales sin cortapisas, de amistad y sobre todo de sinceridad, por mucho que duela.

Visto este planteamiento lo más fácil es dar marcha atrás y seguir buscando donde posar nuestra atención. El mundo real está demasiado jodido como para aguantar "más cera" cuando lo que quiere uno es evadirse de tanta amargura. ¡¡ Error !!

Lo que convierte esta serie en algo indispensable, es la manera de tratar estos temas comunes y cotidianos de una manera originalmente optimista y sobre todo donde hace recapacitar en lo que nos cuenta y como lo cuenta.

La verdad sin filtros, cuyo máximo exponente es su protagonista, alguien que tiene poco que perder porque se siente solo en la dolorosa perdida de su compañera, aunque realmente se va dando cuenta poco a poco que realmente no lo está, porque no le dejan. Su tesoro es ir descubriendo que su premeditada "malafollá", se va convirtiendo en una vacuna contra su pesimismo en su día a día, solo acompañado por su maravilloso y fiel perro que sabe que nunca le abandonará en su dolor.

Ya de por si el personaje de Tony es maravilloso en su directa sinceridad, lleno de matices y socarrona personalidad, pero la historia viene acompañado de vecinos argumentales llenos de ternura solidaria que se van cruzando en el día a día de Tony y hacen de la historia un derroche de fraternidad positiva.

En definitiva, un sencillo disfrute entre tantas series complejas, que ayudan a bajar un poco al día a día de unos personajes que hacen recapacitar sobre las relaciones humanas y valores que vamos poco a poco perdiendo. Si sorprende y reconforta esta serie, es porque se van perdiendo valores que añoramos algunos. Tony da rienda suelta a esa libertad para enseñar esa cara honesta de las relaciones con el de enfrente, aunque aparentemente parezca todo lo contrario.

En definitiva, un maravilloso disfrute.

El famoso dicho de "cuando se alinean los astros y los planetas, salen maravillas como esta" es totalmente cierto, no sé si por la alineación pero si porque Ozark es un maravilloso regalo a nuestros ratos televisivos.

Temporada tras temporada nos sorprende y engancha con una trama que nos sumerge en el complicado mundo de las finanzas y el narcotráfico con un humor muy inteligente que crea una complicidad adictiva entre el espectador y los personajes. Con el paso de los minutos de visionado se abre un abanico de posibilidades sin fisuras con unos guiones impecables.

En la línea de "breaking bad", de vez en cuando la industria norteamericana nos regala estas maravillas. Todo es redondo y lo más, aparte del complejo desarrollo del guión, es la creación de los personajes que en su totalidad son mundos llenos de matices que enriquecen de manera rotunda la trama de la serie. Nada sobra y nada falta.

Una estudiadísima puesta en escena, una excelente fotografía con su fría sensación visual y sobre todo unos actores 10 en todas sus facetas. Empezando por Jason Bateman que sencillamente es el pilar principal donde se apoya la trama, seguido por una inquietantemente maravillosa Laura Linney haciendo el papel de una madre "muy especial" y sobre todos la jovencísima joya de la serie Julia Garner, que cada vez que sale en pantalla te atrapa en su aparente fragilidad, su fortaleza y apabullante personalidad llena de frescura. Un diamante en bruto, que ya de bruto no tiene nada. Puro talento en estado puro. Citaría escenas memorables de ella, sobre todo en la 4 temporada, pero como los buenos vinos, mejor verla como va madurando su personaje con su enorme talento.

Una serie imprescindible para valorar el tremendo talento en todas las facetas de su producción, que trasladadas al Séptimo arte, sería una maravillosa película de muchas horas de placer para los sentidos.

Necesaria a todas luces esta nueva revisión de la barbarie nazi. La visión realista de la sociedad alemana de esos desgraciados días es extremadamente dura, mostrando todas las miserias humanas cuando se ven expuestas a una violencia sin límites siguiendo una ideología manipuladora e infernal. Los buenos no son tan buenos o por lo menos demuestran que tienen miserias que brotan ante las continuas vueltas de tuerca que impone un régimen totalmente demente. La visión de esta obra se hace cautivadora por sus excelentes elementos estructurales: excelente guión, ambientación, dirección artística, interpretación....haciéndote cómplice en todo momento de los protagonistas, sufriendo y emocionándonos como ellos. El adoctrinamiento nazi se ve en esta serie de una manera clara y rotunda con lo que en su estreno levantó ampollas en la "civilizada y comprensiva sociedad alemana y polaca actual" al verse expuesto su pasado más vergonzoso de esta manera, y ojo, que con una revisión así de nuestra guerra civil, nos pasaría exactamente igual a todos nosotros. En definitiva, podría decirse que es una ficción perfecta. La cuestión, es que son hechos reales y de ahí su hiriente capacidad para mostrar que nadie está exento de caer en esta sin razón. Hay una visión nueva sobre las otras víctimas hasta ahora ocultas; la misma sociedad alemana, el ejército recibiendo su misma medicina doctrinal, y en general las permisivas estructuras organizativas de la sociedad de la época antes, en el momento y después. Indigna, estremece, emociona y cautiva. ¿¿Se puede pedir más??

Es de agradecer el planteamiento de esta serie por varias razones. En primer lugar por afrontar un tema tan duro y seco como es el terrorismo que ha azotado durante muchos años a España.
Por otro lado por destapar los orígenes de una organización que llevó a una sangrienta carnicería de víctimas, justificada por muchos, en sus inicios, por la lucha contra la opresión franquista y que desembocó en un fanatismo sin sentido que afortunadamente acabó hace años.

Y por último situar un punto de vista donde todo no es ni negro ni blanco, sino donde también hay grises que son los puntos de inflexión entre ambas posturas.

Desde el punto de vista cinematográfico, no nos vamos a engañar, es una serie muy correcta con un desarrollo muy conseguido, pero que el verdadero salto cualitativo, lo da la aparición de Antonio de la Torre en el papel de Melitón Manzanas.

Uff, que lujo de actor. Soy de los que creo que Taxi Driver pasaría de ser una estupenda película sin Robert de Niro a ser imprescindible en la historia del cine por su actuación. Pues es lo que pasa con Antonio de la Torre cuando aparece en pantalla. Engrandece todo lo que pisa.

La soberbia de sentirse poderoso, de manejar los hilos para llevarse por delante a cualquiera, utilizando cualquier método por cruel que fuera, es la base que necesita de la Torre para construir un personaje que representa ese terrorífico poder que asoló el país durante la dictadura.

En definitiva, es muy interesante ver como empieza ETA y las ayuda que tuvo para consolidarse, que es la parte más oculta entre tanta sangre, porque el resto de la historia, ya la hemos vivido.

Para generaciones que no han conocido esta barbarie, sería muy interesante que la serie continuase para mostrar lo que fue y significó este periodo negro en la historia de España.