En una de las escenas de la película, el protagonista está en un motel, junto a otra chicha que formaba parte del "atraco" de ese día, escondidos de sus perseguidores. En el momento en el que la chica entra en el servicio, uno de los perseguidores, situado justo al otro lado de la ventana, aprieta el gatillo de la especie de escopeta que lleva, "volándole los sesos" vulgarmente dicho. Aún así, nuestro querido protagonista, tiene la misma expresión en el rostro (que en esos momentos se encontraba manchada de sangre), y sacando sus "artes ocultas" en el combate, derriba al asesino con un trozo de persiana...¡Con un trozo de persiana! Venga ya...

Y para terminar, el final, ¡ese maravilloso final! Cuando el último de los mafiosos se cita con él en un restaurante para que le de el dinero, ambos van al coche del protagonista. Allí el "malvado mafioso" le apuñala en el estómago, dejándolo prácticamente inmóvil, pero, milagrosamente, nuestro héroe recobra las fuerzas y asesina a su verdugo, dejando el cuerpo sin vida, junto al dinero. Pero, aúna sí, nuestro valiente, se monta en el coche y conduce.. ¡en plena hemorragia y conduciendo! Eso debían de ser por lo menos un par de multas.

Resumiendo, me esperaba mucho más de esta película.