Suelo leer las críticas de Film Affinity, pero nunca había escrito ninguna. No era mi intención, hasta que vi los premios Feroz, y posteriormente piqué. Me sentí apenado, tramagurteleado, en deuda con la sociedad.

Yo también vi La Llamada (lo digo tapándome los ojos, con rubor y angustia. Sólo reconoceré que he visto este film bajo anonimato o tortura. Tortura muy gore).

Para las personas que quieran ahorrarse el resto de lo que estoy escribiendo les hago un "spoiler" sobre mi propio texto: Es una de las peores películas que he visto jamás. Le cambiaría el nombre por "La huida".

Tras el resumen para evitar que la gente pierda aún más tiempo, prosigo para la gente ociosa, punto por punto. Usaré la misma inconexión mental que me inspira la peli de marras:

- Tengo la sensación de que este truño inflado se ha perpetrado entre copas, otras sustancias y amigos de farra, y una falsedad corporativa muy de nuestros tiempos. Los Javis caen muy bien, son muy majos y mediáticos y adorables... y nadie quiso decir a sus amigos que de traje transparente nada, estaban en pelotas y sin depilar.

- La película, quitando toda la parte que produce vergüenza ajena (el 80% del total, siendo generosos) parece una porno lésbica a la que suprimido las escenas por las que se visionan películas porno. Los millenial más jóvenes, sobreprotegidos y traumatizados lo agradecerán, podrán volver a su cubículo asexual a reírse con El Rubius.

- Los diálogos (un momento... ¿qué dialogos?).

- La película se vendía como un canto a la libertad y la tolerancia. Lo que muestra es un musical insoportablemente cutre y naif, una cosa con brillos y tontería adolescente que perfectamente podría estar financiado por una rama juvenil del Opus Dei. Y quizá sea así. Lo más parecido que se ha visto era el vídeoclip "Amo a Laura", aunque éste sí era gracioso. Quizá esta cosa guste a los que se han criado muy en el seno de la iglesia, si ese seno es el único que han visto.

- Hablamos de una comedia que no sólo no hace reir, sino que las pocas sonrisas que produce son por vergüenza ajena. Y este tipo de malestar puede ser agradable cuando el director se lo propone, como lo era "The Office" (especialmente el original inglés). El problema surge cuando la vergüenza ajena no se había buscado y amenaza con reventar las arterias.

- Me encantaría ver una sala fuera de España viendo esta "obra" mojigata vendida como "revolución". Además de romper taburetes, agitar los brazos y devorarse los unos a los otros, por desesperación, pensarían que España es un país represivo y torpe, donde la iglesia sigue mandando y la creatividad se persigue, cuando en realidad España es... Oh, bueno.

-Señores críticos: WTF, ¿QUÉ LES PASA POR LA CABEZA? Asuman su trabajo con responsabilidad, que las salas de cine están muy caras (los combos de palomitas los pagamos a plazos). Los Javis son supermajos, pero los incautos que formamos parte del público no somos una ONG para directores majos.

-Shame! Shame! Shame! Shame!