Para mí lo mejor de esta película es la intensa evolución personal, emocional y mental que sufren algunos de los personajes, en todo o en parte de la película.

Por un lado, todos y cada uno de los personajes tienen una personalidad y motivaciones propios y no me ha parecido que haya ninguno irreal, como suelen aparecer en las peliculas americanas.


Por otro, siempre me ha encantado la mentalidad feudal japonesa, y en esta película es reflejada y transmitida al espectador fielmente, hasta el punto de que decisiones y formas de pensar de otra cultura nunca se hacen extrañas, sino naturales dentro de la película.

Muy recomendable, sin duda.