Muchos escritores y directores han intentado a través de sus películas inculcar mensajes morales e incluso de critica social, en base a argumentos extremadamente tristes para sensibilizar al espectador, algunas películas lo logran de manera inteligente, otras simplemente caen en lo burdo e innecesariamente desconsoladoras.

Mary and Max logra todo eso y más, no sólo porque te llega en lo más profundo, si no porque te hace reflexionar sobre cuestiones que al parecer el humano decide ignorar con tanto materialismo y consumismo; el amor, la amistad, la tolerancia, el perdón y problemas emocionales más serios como la depresión, la ansiedad, la obsesión, el aislamiento y principalmente la soledad.

Jamás imagine el grado de profundidad de esta película, toca los puntos más débiles de la condición humana y hasta se ríe de ellos. No se necesita ser psicólogo para entender de qué va esta película, basta con ser una persona e inevitablemente te vas a sentir identificado en algún punto. Quizás no sufras Sindrome de Arsperger, pero tal vez tus metas sean igual de inútiles que las de Max o Mary... o qué me dices de tu infancia que consideras un poco triste.

La estética y fotografía de la película es grotesca y bastante oscura, pero muy adecuada para las temáticas que maneja, poco a poco te vas adentrando en su pequeño mundo y en algún momento ya no ves diferencia entre el mundo real y el de ellos. Una excelente elección musical y un guión intuitivo y bien pensando.

Hablar sobre las moralejas que deja Mary y Max sería una pérdida de tiempo, porque en sí el escritor no intenta lavarte el cerebro dándote sermones sobre el bien y el mal, sólo te muestra la vida de dos personas, que podrían ser tú o yo, y depende de ti qué captaste de esta película, si te pareció aburrida y deprimente o realista y agridulce.

Hermosa película, que recomendaría hasta el fin de los tiempos.