Una historia de un ser con poderes encerrado en un recipiente que puede conceder 3 deseos, es archiconocida y repetida desde Las Mil y Una Noche y desde antes también. Pareciera que luego de la película de Disney de 1992, Aladdin y el increíble genio de la lámpara con la voz de Robin Williams, ya nada más podría hacerse. Sin embargo, Chris Appelhans nos mostró que estábamos equivocados, siempre se puede dar una vuelta de tuerca y mostrar una historia parecida, pero diferente,
La película está ambientada en la Shangai actual, el dragón de la tetera, a diferencia del genio de Aladdin, representa la sabiduría milenaria, quien le enseña el valor de la esencia humana más allá de las diferencias sociales. Es una película entretenida y tierna, que rescata el valor del esfuerzo y los lazos familiares y por sobre todo es una verdadera oda a la amistad.

María Ripoll (dirección) y María Mínguez (guión) se combinaron para regalarnos esta comedia dramática, que en algunos momentos nos hace reír y en otros nos arranca lágrimas de emoción y tristeza, esto es porque tocan un tema que muchos han visto de cerca, el ocaso de los padres.

Todo comienza cuando Emilio, un matemático brillante, descubridor de un número primo y entusiasta profesor universitario, ya jubilado, es diagnosticado con Alzheimer. Este hecho lo conmociona duramente al tomar conciencia de que su brillante cerebro entraría en un fatal proceso de deterioro progresivo hasta perder todas sus facultades. Pero el duro golpe también sacude la estructura familiar.

El protagonista, magistralmente representado por Oscar Martínez, un hombre naturalmente malhumorado, misántropo y sarcástico que no se relaciona ni con su familia, tiene un secreto: un amor de juventud del que escapó para no quitar tiempo a sus estudios pero nunca olvidó, a pesar de casarse con otra mujer y tener una hija con ella. Al enterarse de que su enfermedad haría que olvide para siempre a Margarita, su amor juvenil, decide intentar verla una vez más antes de que su cerebro borre para siempre ese recuerdo que atesoró durante toda su vida adulta.

Su pequeña familia, un tanto disfuncional, está conformada por Julia, (Inma Cuesta) su hija, estricta en sus convicciones, intentando ser perfecta en sus acciones, siempre de riguroso y elegante trajecito sastre, encerrada en una vida infeliz de la que no se atreve a salir, un yerno (Nacho López) con ínfulas de coaching que intenta arreglar la vida de los demás pero la suya es desastrosa y Blanca, la nieta preadolescente (Mafalda Carbonell), experta en redes sociales, heredera de la sabiduría y el sarcasmo de su abuelo y la primera en comprenderlo, aceptar en su enfermedad y estar muy cerca para ayudarlo.

A regañadientes, Julia embarca a su familia en un viaje que ninguno olvidará (excepto Emilio, por supuesto) para ayudar y acompañar a su padre en su sueño de reencontrarse con Margarita, y es en este viaje donde de a poco cada uno va encontrando respuestas, sincerándose consigo mismo y tomando nuevas decisiones.

Hay un elemento importante en esta historia que no se puede soslayar, el bolero Perfidia, que atraviesa de punta a punta el film como sostén de aquel recuerdo de juventud, interpretado por la española María Rodés, (la tercera María que deja su impronta en esta historia).

Mujer,
si puedes tú con Dios hablar,
pregúntale si yo alguna vez
te he dejado de adorar;
…………………………………..

Vivir dos Veces trata de oportunidades, nos muestra que en la vida podemos elegir otro camino, vivir de otra manera, cambiar el rumbo y mejor hacerlo antes de que sea tarde.

Emilio ya no puede hacerlo porque el deterioro cognitivo producto de su cruel enfermedad no le da tiempo para enmendar errores y empezar de nuevo. “¿Por qué no lo hiciste hace 5 años, cuando murió mamá?” le reclama Julia, a la postre, la verdadera protagonista de esta historia, la que entiende claramente el mensaje que le está dando la vida a través de su padre. Ella todavía está a tiempo para aprovechar que la vida siempre ofrece nuevas oportunidades…

Entonces ¿Cuántas veces podemos vivir en una sola vida?

No hay una sola respuesta, depende de nuestra decisión y del coraje para enfrentar el cambio.

“Una pequeña mutación cromosomática los separó (a los Sapiens) de la conexión con la naturaleza y con los demás. Cuando no sienten nada, matar es fácil”.

"El Homo Sapiens es fantástico, pero cuando se encuentra con algo que no entiende, se torna muy peligroso"...

Las hermanas Wachoski tienen la habilidad de tomar extrañas teorías científicas y desarrollarlas con un despliegue de imaginación y talento para regalarnos alguna genialidad. Lo demostraron con la trilogía The Matrix y ahora con esta serie.

La existencia de una parahumanidad, el Homo Sensorium una especie diferente, asusta a los Homo Sapiens que tratan de destruirla. Lo diferente da miedo y eso básicamente es el tema recurrente en la serie. En este grupo tan dispar hay distintas culturas, razas, oficios, religiones, orientación sexual y elección de género, pero tienen en común la fecha de nacimiento (8/8).

Lana Wachowski da especial importancia a las minorías sociales en la serie, al rechazo que miembros de la sociedad sienten por ellas y el sufrimiento implicado en los miembros de esas minorías por el cruel maltrato infringido por una sociedad que ama la uniformidad, cuando es en la diversidad que se enriquece la vida.

Los Sensates tienen la capacidad de compartir todo lo que sienten, escuchan o ven, la mente de cada uno de ellos forman una mente colectiva y todos tienen acceso a lo que hay en ella: conocimientos, idioma, sensaciones, emociones. Eso los confunde mucho al principio pero a medida que se van abriendo a la realidad de lo que son, van descubriendo las habilidades inherentes a su especie. También comienzan a conocer a sus enemigos, una asociación secreta que los quiere exterminar.

La serie nos lleva de ciudad en ciudad por diferentes paisajes y escenarios para conocer las tramas particulares de cada uno de los 8 integrantes del grupo de sensates, porque a pesar de tener una mente colectiva ninguno deja de ser un individuo con su propia vida.

No quiero ni debo spoilear, pero no puedo dejar de contar que el final del episodio 10 de la primera temporada, cuando durante un concierto cada uno revive su propio nacimiento, es definitivamente glorioso. Es para verlo más de una vez.

Las Wachowski lograron otra vez sorprenderme, con The Matrix realmente me volaron la cabeza, esta vez, un poco más tranqui ya que es una serie, no un película, pero con un argumento de ficción antropológica increíble. ¿Quién no quiere ser sensate después de verla?

Sense8 es un canto a la libertad y al amor en todas sus formas, desde el amor a uno mismo al amor hacia los demás, y por supuesto, el amor a la vida. Amor universal e incondicional.

También es una invitación a dejar de juzgar a quienes son o piensan distinto.

«Deberíamos tener miedo de ser iguales, no de ser diferentes»

“Un lienzo en blanco que permite crear la propia historia maestra”

De vez en cuando, inesperadamente, nos topamos con un regalo para el alma como esta comedia dramática británica, cuyo nombre en español es La Belleza de la Vida.

En el film, con la delicadeza de una flor, se va desplegando la trama donde seres disfuncionales, agobiados por dolores profundos, se encuentran para sanar juntos sus historias mientras cultivan un jardín.

La metáfora es bella, primero hay que sacar la maleza de raíz, cuidando de no dañar las buenas hierbas, luego sembrar las semillas y cuidarlas para ver cómo de la tierra yerma, dolida y maltratada, puede surgir el milagro de las flores que con diversos colores, perfumes y texturas, brindan alegría a la vida. Así en el jardín como en la vida.

No es un cuento de hadas, es una historia contada mágicamente, donde vamos descubriendo el hondo pesar que está en el origen del TOC de Bella Brown (Jessica Brown-Findlay), y también la causa del malhumor permanente de Alfie, (Tom Wilkinson), el vecino cascarrabias, cuya triste historia lo sumió en una profunda desesperanza y desconsuelo. Sólo su amor por las plantas lo sostiene.

Poco a poco, Alfie va conociendo a su vecina y se va convirtiendo en su maestro de jardinería y de la vida, a la par de que va mermando su malhumor. Le enseña la maravilla de las flores capaces de nutrirse de la energía del sol y de la lluvia, mientras los humanos nos alejamos. “En algunos países hacen una fiesta cuando empieza a llover, pero aquí corremos a cubrirnos para proteger el peinado”.

Otros personajes, excéntricos como ellos, aparecen en escena, Vernon, el cocinero y la extraña circunstancia que lo obligó a aprender a cocinar y Billy, el inventor, estudioso de Da Vinci.

Así, como en un jardín las flores ofrecen su hermosura y los insectos las polinizan yendo de una a otra, descubrir la belleza de la vida poliniza las mentes llevando ideas de uno a otro para que todos se conviertan en creadores, Bella de sus cuentos, Billy de sus autómatas, Vernon de sus comidas y Alfie, los abarca a todos con su jardín.

“Un verdadero jardinero puede crear más felicidad propagando vida con una semilla que la que un hombre rico obtendrá con su césped perfecto”.

En definitiva, es una película encantadora, con muchos primeros planos, frases simbólicas que pueden ser leídas en diferentes niveles de profundidad, y una sensación de magia que flota en el ambiente del principio al fin.

“En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable Ts'ui Pên, opta— simultáneamente—por todas. Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también, proliferan y se bifurcan”. (El Jardín de los Senderos que se Bifurcan –J. L. Borges).

En 1941, el genio creativo de Borges creó un cuento increíble sobre bifurcaciones en el tiempo adelantándose a una de las teorías más inquietantes de la física cuántica: los universos paralelos. Fue el físico Hugh Everett, quien planteó la posibilidad de la existencia de múltiples universos paralelos conformando un multiverso. En cada uno de ellos existimos viviendo vidas diferentes, partiendo de decisiones no tomadas en otro universo.

Basándose en esta teoría transcurre la serie, con un guion bastante bien escrito, buenas actuaciones de los protagonistas trabajando bien las sutiles diferencias en cada universo y tiempo, buena la ambientación en cada uno de ellos y la música muy hermosa, especialmente la canción El Risc D'ara en la maravillosa interpretación de Andrea Ros, que sirve de nexo entre universos.

Eduard, (Pablo Derqui), un exitoso ejecutivo, pierde trágicamente a su esposa Elisa (Andrea Ros) y a sus dos hijos, en un accidente de tránsito del que se siente culpable. En su momento de mayor desesperanza encuentra una enigmática mujer, la Dra Everest (Mercedes Sampietro) quien encontró la forma de viajar entre universos.

Eduard entiende que ya no puede modificar lo que sucedió, entonces inicia un viaje recorriendo tiempos y realidades paralelas, en todos ellos se encuentra con Elisa, su gran amor. Como si el destino o el amor, que todo lo supera, marcara la vida de los personajes desde que eran niños, pero también la tragedia está siempre presente.

La serie no puede encasillarse en un género particular, pues es una mezcla de tragicomedia romántica y ciencia ficción, pero me resultó muy agradable y la recomiendo sin dudar.