Resulta aún divertida después de todo el tiempo transcurrido. Los robos siempre dan juego, y la gente debe pasarlo bien robando porque es bastante habitual; tanto dentro como fuera de la pantalla. Bromas aparte, es recomendable para tirar depresiones fuera.
Lo bueno perdura, lástima que no abunde.

Todo autor de una obra, por simple que parezca (la obra), pretende mostrar algo en su trabajo, y en esta película creo queda muy bien reflejado aquello que todos queremos y cuesta tanto de lograr: mantener la cohesión entre los miembros de la familia. Parece cosa fácil y que deba darse de manera natural, pero ya que humanos se trata, las relaciones, aunque sean familiares, hay que currárselas.
La pena de las críticas de hoy es que -bien por quererlo hacer demasiado bien, bien por falta de imaginación o bien por el motivo que sea - te descubren toda la película, final incluido. Con esta tesitura, no es de extrañar que cada vez se vaya menos al cine...