¿Cómo reaccionarías ante el maltrato? Los compañeros de cole de El Bola saben que ocurre, pero simplemente lo dejan estar, la madre agacha la cabeza avergonzada, y la familia de Alfredo quiere hacer algo, pero se ve con las manos atadas porque, al final, no tienen pruebas de ello... y mientras tanto a El Bola le duele el alma.

Es esta una historia de la amistad entre dos chavales marcados por sus padres (uno le pega y el otro le tatúa) pero de manera absolutamente opuesta, uno desde el odio y la frustración y el otro desde el cariño y la preocupación.

Con El Bola Achero Mañas nos sorprendió y nos hizo a todos hablar de un problema que, como muchos, se vive en silencio en algunas casas. La tensión que se vive en el hogar de El Bola está presente en cada momento, y cuando finalmente estalla en nuestras narices, lo hace en crudo, sin artificios, sin música, solo la violencia atroz de un padre que castiga a su hijo por no haber sido él el hermano que murió años atrás.

Espeluznante, realista y redonda película con la que el cine español entró a lo grande en el siglo XXI.

Siempre he defendido la película de David Fincher como una Obra Maestra. Hoy la he vuelto a ver y no puedo sino reafirmarme. Sí. No hay nada que flaquee en las dos horas y media de duración, todo tiene sentido, todo está impecáblemente colocado ante nuestros ojos.
En el momento que vi Zodiac en el cine supe con certeza que aquella era una película que no iba a gustar a todos los públicos. Y la razón era simplemente porque Zodiac no es el típico thriller, marca un tempo distinto, y aún en su discutible lentitud mantiene una agilidad en el montaje que le otorga a la obra una tensión contiua, latente y obsesiva. Robert Graysmith quiere saber, igual que nosotros, y nos contagia esa misma obsesión.
¿Obra maestra? No lo dudo en absoluto. Pero si hay una palabra que pueda definir a Zodiac con legitimidad esa es "incomprendida". David Fincher, una vez más, se adelanta a su tiempo. Es ésta una película que será estudiada en el futuro como ejemplo de guión, montaje y sobre todo dirección. Fincher es elegante en su puesta en escena y nos regala unos planos que sólo se pueden conseguir mediante efectos especiales (ese seguimiento al taxi), pero siempre transparentes, nunca nos damos cuenta del truco visual, al contrario, nos engancha la mirada a la pantalla y no podemos dejar de mirar.

Señor Fincher, dos palabras para usted: Viva y Bravo.

Fernández Armero es un tipo que me cae bien. Desde luego no es Billy Wilder, pero empapa sus películas con un sentido del humor muy estimulante, y a la española.
Con el excelente cortometraje "El Columpio" ya jugaba a adivinar que pensamos de las relaciones, cómo nos volvemos ridículos y predecibles cuando se trata de enamorarnos, y en esta película vuelve a lo mismo. Una comedia romántica sobre la sinceridad en la que Tristán Ulloa está estupendo. Un tipo que se conforma con lo que tiene y no se para a pensar en lo que de verdad quiere. pero la que de verdad sobresale es María Esteve, una actriz que ha nacido para la comedia (¡cómo suelta sus frases!) y que aquí se come la pantalla con cada mirada, con cada gesto y con cada línea de guión.
Seamos sinceros, no es la mejor comedia de la historia, pero tiene algo que engancha, y pese a la previsibilidad del guión y a su ligera falta de ritmo (qué bien hubiera resultado todo más rápido, con más energía) os la recomiendo a todos los que queráis pasar un rato muy divertido. De verdad

Si. PÎXAR hace CINE.

No muchas veces uno se planta un miercoles por la noche en un cine con 1000 butacas, llenito de veinteañeros y gente con algunos añitos más y disfruta así con una película. Como ellos mismos dicen, lo más importante es el guión. Y vaya con el guión que se han traido esta vez. ¿Con cuanás peliculas sonríes, te carcajeas, estás en tensión, te sorprendes, lloras a moco tendido, te emocionas, y durante toda la proyección el corazón te palpita al ritmo de los fotogramas?

Comparar Toy Story con Shrek, Ice Age o cualquier otra memez de dreamworks (con la excepción de la sorprendente Cómo Entrenar a tu Dragón) es insultante. Mientras otros hacen peliculas de animación, que pueden resultar divertidas y entretenidas, PIXAR hace películas con ALMA. PIXAR hace CINE mucho mejor que algunas de esas películas que son tan aclamadas por la critica y reciben premios en festivales de cualité.

TOY STORY 3 es una secuela no ya digna, sino que necesaria, potente, emocionante y el broche final perfecto a una saga cinematográfica que, desde ya, podemos situar entre las mejores de la historia.

Un 10. Un Oscar a la mejor película YA. Se lo merecen, hacen CINE de verdad.

Pues nunca he tenido problema alguno en ver remakes de películas. Es más, creo que en muchos casos he visto antes el remake que el original, así que las he disfrutado bastante sin ponerme quejica. Pero cuando le tocan a uno sus películas de la infancia... amigo, esto ya es otra cosa.

Karate Kid, la original del 84 es todo un clásico, y no es que lo diga yo, es que fue una película que marcó a toda una generación de chavales que crecimos en los 80, haciendo la Grulla, dando y puliendo cera y cazando moscas con palillos. Descubrimos los bonsáis y todo, fíjate si fue rompedora. Así que cuando me enteré de que el hijo de Will Smith nada menos iba a protagonizar un remake, me salió el lado carca y nostálgico y me indigné un poquito.

Y ahí he estado durante este tiempo, que no me decidía a verla. ¿Y si es un insulto a la memoria de tan entrañable film?... Pero cada vez más eran las voces que hablaban de ella en positivo, así que hoy, por fin, me he lanzado. Y ha sido una muy grata sorpresa.

Prácticamente todo está bien en la película. Todo un acierto el llevar la historia hasta China (menuda pasada de paisajes, el ambiente...) y desde luego un 10 por la elección de Jackie Chan, que hace aquí su mejor interpretación (algo que no era muy complicado de conseguir). La música de James Horner, genial, y el chaval está estupendo, la verdad.

Hay además un respeto y un cariño especial hacia el original del 84 (esos guiños geniales con la mosca, el coche o la frase "No lo quiero vencido, lo quiero roto").

El comienzo es fabuloso: con un recurso tan sencillo, elegante e ilustrativo como las marcas en la pared de Dre, ya sabemos quien es nuestro protagonista, y además resulta que es una metáfora estupenda del mensaje de la peli: en la vida nos pasan cosas todo el tiempo, algunas mejores y otras peores, pero nosotros seguimos creciendo, seguimos adelante... hay que levantarse. me ha encantado.

The Karate Kid me ha mantenido en tensión cuando debía, me ha emocionado cuando debía y me ha hecho reír cuando debía; y eso que me sé la película original casi de memoria. Las peleas son dolorosas y están muy bien coreografiadas (sobre todo la que nos presenta al señor Han, peleando contra los gamberretes abusones)... en fin, que no puedo sacarle nada negativo a una película que, con toda seguridad, también dejará huella en las nuevas generaciones.

Enhorabuena a los premiados.