Vaya una película aburrida e ininteligible. La realidad no es que el protagonista adopta una personalidad diferente para "ser otro", sencillamente da un par de nombres falsos, pero el director no nos cuenta sus motivaciones. No sabemos por qué Juan Desouza decide de repente no volver a casa y registrarse en un hotel con un nombre que no es el suyo.
Abusa de los primeros planos y, sobre todo, de unos larguísimos silencios que parecen que sólo sirven de relleno para aumentar el metraje de la cinta.
Enhorabuena a los profesionales que no tienen la más mínima idea de calificar una película. Quizás estos personajes críticos tengan algún interés económico de por medio, porque si no, no se entiende que su valoración haya sido tan buena. Lo siento, pero es un petardo. El director y los críticos se han reído de nosotros. ¿Por qué el jurado de Berlín ha premiado al actor? Sinceramente, Julio Chávez no lo merece.
Una historia sin pies ni cabeza y una actuación simplona.