Hay un punto a valorar que es muy subjetivo, por eso no diré gran cosa sobre él. Están aquellas personas que hayan agradecido el cambio radical de historia y familia (a excepción de la vidente Elise y su dúo de "compinches espiritistas") a fin de no ver a la misma familia en la misma situación una tercera vez consecutiva y aquellas que, por el contrario, hayan echado de menos a la familia Lambert. Yo soy del segundo grupo, pero eso es cosa personal mía y de mis preferencias en cuanto a la continuidad de la saga.
Hay sin embargo cosas que no se pueden negar en función de que en bando estés y una de ellas es que se nota mucho la ausencia de la batuta de James Wan, aún estando de productor, aunque no parece que de manera muy omnipresente la verdad. La película es fresca, debido al cambio de familia, de situación (más o menos) y de circunstancias pero es casi literalmente más de lo mismo. El desarrollo, el intento de desapego del ente y el tormento que este causa, la aparición casi accidental y fortuita de Elise, la conexión con el más allá y su incursión en este y el desenlace final.
La película empieza fuerte y eso nadie lo puede negar, pero según va sobrepasando la mitad de la película comienza un descenso hacia lo tedioso, limitando las apariciones del ente en el interior del cuarto de la muchacha y el final no es para nada ni tan tenebroso, ni sobrecogedor ni tan interesante como en las dos anteriores. A veces se dice que los finales de las películas se hacen a toda prisa intentando atar todo lo anterior ¿Suena, verdad? Esta es de esas otras ocasiones en las que se dice que el final de la película se ha hecho sin ganas o con falta de ideas. Además yo sigo pensando que el hecho de darle más protagonismo y peso en la historia a Elise, porque lo tiene, para bien o para mal, ha hecho que no se preocupen tanto de desarrollar la historia de los verdaderos protagonistas, Quinn y la familia Brenner. En algunos momentos te confunde el quién es el verdadero protagonista de la familia.
Por otro lado la película también peca del "síndrome Dragon Ball". Me explico: en cada saga de Dragon Ball aparece un enemigo terriblemente poderoso, lo que nos permite oír frases referenciales tales como "el más fuerte de la galaxia", "el más poderoso del universo", "este enemigo es mucho más poderoso que anteriores enemigos"... ¿Cómo es posible que cada cierto tiempo aparezca un nuevo enemigo, de nuevo el más poderoso del (ojo) universo? Dicho esto...seamos sinceros ¿De verdad nos interesa la medida de poderes entre los entes de las tres películas? ¿De verdad nos interesa saber si el demonio de esta película es más fuerte que el anterior? No. Nos interesa que sea un cabrón del que cueste despegarse y al que haya que echar de una manera poderosa y peligrosa. Por ese motivo sobran las más que oídas frases tipo "este ente es muy poderoso" o "es demasiado fuerte" y más aún teniendo en cuenta que esta película sucede ANTES que las anteriores pues deja a los posteriores entes en un rango intermedio de maldad y poder.
En fin. La película no es mala pero este doble cambio de dirección (de director y de rumbo de la historia) no ha sentado nada bien a la película a mi parecer. Ha sido un interesante experimento a medio camino entre precuela y reboot pero no ha cuajado. Hay cosas que sobran totalmente que en la zona con spoilers detallo pero se agradecen los guiños al pasado (la familia Lambert) y al futuro como por ejemplo, cómo llegan a conocerse Elise y los otros cafazantasmas, en encuentro con la vieja maldita y demás. Este 28 de septiembre acabó el rodaje de la cuarta entrega...veremos que pasa.