Señores, debemos reconocerlo, a todos nos encandilaron aquellas batallitas que ponían en las autonómicas en la sobremesa y por la tarde, y que luego se trasladaron a Antena 3 por las mañanas. En mis tiempos toda la clase lo veía, incluso las tías. El que hoy diga que esta serie es absurda, seguro que en su día no se perdía tampoco ningún capítulo, en fin...

Es una serie mágica, la parte de DragonBall (los 153 primeros episodios) solían tener como principal característica la diversión, unos chistes y unas situaciones desternillantes, aunque también había lugar para la aventura. Pero sin duda lo mejor y por lo que todos la recordamos fue por la parte en la que el protagonista se hizo mayor. Cada personaje estaba perfectamente cualificado, mis favoritos eran Piccolo y Vegeta, que me emocionaba cada vez que empezaba a rayar con su orgullo y sus paranoias, y entre los villanos Freezer (sin duda el personaje más cruel de todas las series que he visto) y Célula, mucho más poderoso pero no tan sádico como el otro. ¿Quién no los ha dibujado alguna vez?, ¿quién no ha coleccionado algo relacionado con este mito televisivo?...

En la parte final de la serie con Majin Boo decayó algo, intentaron volver al principio pero no resultó, no obstante también es recomendable. Pero sin duda lo peor de la serie, que mucha gente no lo considera una parte de esta es DragonBall GT.

Es la típica película que ves una vez con 6 años, sin tener ni idea de cine y te parece la obra definitiva del terror, sin embargo la vuelves a ver quince años después y te parece insulsa. Se nos presenta a un Steve McQueen a años luz del papel que desempeñó años más tarde en Papillón.

Como ventajas citar que es distinta al terror convencional y que en cierta medida entretiene, pero es que la historia que nos están contando no puede dar más de sí, una masa sosa que cada vez se hace más grande no es un argumento deslumbrante. No obstante celebro que la hayáis puesto por fin en esta página Web porque, como dije antes, es un filme simpático y que me trae buenos recuerdos.

Es raro que me ponga a ver comedias porque opino que es difícil hacer reír a los espectadores, puesto que "más vale caer en gracia que ser gracioso", pero sin duda esta película haría gracia a cualquiera. Es una de las comedias románticas más originales, no se hace nunca larga y pesada, tiene buenas ocurrencias y por si fuera poco, la guapa de turno (Gwyneth Paltrow) es encantadora.

Una película muy recomendable pero como he dicho, hay momentos en los que se hace lenta y sobre todo ñoña. Sin embargo hay otros (la mayoría de la película) en los que Brian vuelve a ser el de Scarface y la historia te cautiva. Lo mejor de todo indiscutiblemente el final. Pocas veces me han tenido tan en vilo ante un televisor.

Controvertida, nauseabunda, irreverente, terrorífica. La película pone a parir a la aristocracia, a la justicia, a la política y al clero… pero pese a todo eso me gustó.

Antes de que nadie se asuste resaltar que, al igual que la mayoría, también me asquearon las imágenes de la mierda y del mariconeo. Debo confesar que la primera vez que la vi, yo no era más que un niño y pensé que era la peor película de todos los tiempos, pero años más tarde la pusieron en la tele (una de estas noches que uno no coge el sueño) y me la encontré por accidente comenzando, dije: vamos a pasar un mal rato y la volví a ver fijándome más en los detalles y viendo más allá de lo que perciben mis ojos y mis oídos, lo que Pasolini pretendía era denunciar a la sociedad que tanto le asqueaba y por supuesto al poder absoluto (representado por el fascismo, pero que podría estar representado por otra doctrina absolutista en caso de que el director hubiese tenido otras ideas) y además hacernos ver las consecuencias del libertinaje llevadas a su máximo exponente. Todo ello realizado de una forma que jamás pudiera parecer indiferente al espectador y ¡vaya si lo consiguió!

Fijémonos en aspectos más cinematográficos: la película es la más impactante de la historia, ese salón majestuoso, ese colorido, esa boda con la gente en pelota, todo es sencillamente desafiante. Las metáforas que aparecen en el filme son constantes: la mierda simboliza la comida basura de finales de siglo, la habitación hermética en la que asesinaron a la joven en la que aparece la Virgen como haciendo ver que ni la religión importa dentro de esa casa, y esos prismáticos al final que nos hacen sentirnos indiferentes espectadores de las aberraciones que ocurren en nuestras narices. Aparte de la mierda, muchas otras cosas son provocativas: diálogos de matricidios, los estúpidos chistes del señor presidente, las exageradas imágenes de homosexualidad, las estúpidas reflexiones filosóficas de los señores… En definitiva: puede ser todo lo repugnante que queráis, pero es una obra para reflexionar y de recomendado visionado.