Después de alegrías y disgustos (más disgustos que alegrías) James Wan vuelve a hacer un splash (y nunca mejor dicho en esta ocasión) trayendo la que puede ser la mejor película del DCEU después de Wonder Woman, y puede que la única buena, junto con la protagonizada por la amazona.

Chistes sin gracia aparte (qué quieren, no es la fábrica de chistes que tienen Marvel y Disney montada), Aquaman va más allá del género de superhéroes y llega a la aventura, a la fantasía, más que a la ciencia ficción. Pero con muy buenas dosis de acción. Espectaculares, abundantes y muy bien repartidas por la película. Viajes al fondo del mar, al desierto del Sahara, a Sicilia, búsqueda de artefactos... superhéroes e Indiana Jones. Aunque lo cierto, es que no sientes que estás viendo una película de superhéroes hasta que el título de Aquaman de los créditos finales te lo dice.
Aquaman trae fantasía, lugares hermosos y detalladamente escenificados e ideados, batallas dignas de películas como "El señor de los anillos", aventuras, acción, y lo más importante y peligroso: muchas cosas en el guión (marca de las películas del DCEU) pero esta vez, bien metidas y organizadas. Quizá un pelín mejor organizadas si hubieran podido estar, aunque ni color con el desastre de "Escuadrón Suicida", el sobrecargo de "Liga de la justicia" o el desconcierto de la versión con cortes de "Batman Vs Superman" (la versión extendida con más de media hora más de metraje explica muchas cosas)

'La monja' se antoja claramente como la más floja y sencilla de las 5 películas (de momento) que componen el universo Warren.

La película inicia con 3 o 4 flashbacks de 'Expediente Warren: El caso Enfield' totalmente innecesarios (e inconexos), como si de un "En episodios anteriores..." se tratara, para dar paso a un prólogo de escaso diálogo pero más visto que la sopa en este tipo de producciones, con frases clichés como "entonces ni siquiera Dios puede salvarnos". De hecho, frases clichés vamos a oír unas cuantas a lo largo del metraje: "algo terrible habita este lugar", "percibo una asombrosa y oscura fuerza demoníaca", y un largo etc.

En realidad, la película en sí es un pastiche de arquetipos. Los personajes, sus diálogos, sus relaciones. El argumento curiosamente, es de lo menos visto o cliché de todo, pues tiene algo que destaca mucho, y no para bien precisamente: no se sabe qué es lo que pretende el demonio, qué ansía, qué desea conseguir. Aparece y decide sembrar todo la abadía de sombras porque sí. Aunque el premio al cliché del año se lo debemos conceder a las conversaciones sobre el origen del demonio en cuestión. Templarios, sangre de Cristo, puertas al infierno, rituales ancestrales. Una orgía de tópicos que hará que involuntariamente sonrías y tu mente diga "venga ya".

Asusta en varios momentos, acierta muy bien con los sustos, sin precisar los subidones de música o efectos de sonido para multiplicarlo, pero recurre a ellos (los sustos) para disimular un guión sencillo y pobre y mantener enganchado al público. En ciertos momentos consigue lograr una buena atmósfera de terror, igual a la conseguida en las películas Warren originales, pero en cuanto llega el más que explotado efectismo propio de películas sobre posesiones y demonios (esto es, objetos que se rompen, paredes que se agrietan y tiemblan, objetos y personas voladoras, puertas cerradas de un portazo...) la atmósfera desaparece con un chasquido de dedos. Y esta vez, en vez de desaparecer la mitad del universo, lo hace la mitad de tu interés.

Es sencilla, efectiva, provocando terror en momentos concretos,pero con un guión y personajes pobres y arquetípicos. No saldrás emocionado ni aterrado, pero sí saldrás sastisfecho, no sé si como mínimo o como máximo, pero en cualquier caso, se agradece.

De ello no me cabe duda. Exactamente igual que las muchas películas que envejecen un poco mal. Huele mucho a películas de terror de principios de los 2000.

Aún hoy es totalment disfrutable, con momentos sobrecogedores y la premisa de una marioneta/muñeco como villano siempre es aterradora. El muñeco aterra (no tanto como Annabelle, por desgracia) y sientes constantemente que va a hacer algo, lo cual se acentúa mucho con la atmósfera que consigue la película en ciertos momentos...pero luego todo se queda en eso, en una creencia. Un pálpito.

A la película le faltan unos cuantos sustos y golpes de gracia y no porque sea una de esas película que utilizan la atmósfera y el lento desarrollo de las situaciones y la tensión para provocarte pavor sin necesidad de un golpe de música estridende (como en el remake de "I.T" o en la saga "Insidious"). Simplemente, le falta un chispazo de vez en cuando.

Buena película con la que el brillante director que todos conocemos hoy en día (y a su estilo también) comienza a escalar rescollos y a hacerse un hueco en el mundo del terror.

Esto es lo puedo decir desde una posición ante todo humilde, pues probablemente sea la única o de las únicas personas que se hayan quedado casi de la misma forma en la que estaban antes de visionar la película. Quizá es que no se sabido apreciarla o que su mimetismo con el cine de los 80 ha llegado a un punto en el que podríamos afirmar que se trata de la última obra de Wes Craven, o Carpenter.

Aunque, lo cierto es que, si bien no se deben nunca dejar de un lado los juicios de valor de cada uno, así como sus gustos, dudo muchísimo que se trate de lo que mencioné anteriormente y me atrevo a decir que simplemente, se trata de que me esperaba otra cosa. Quizá todos no esperamos otra cosa cuando vemos que se estrena otra película que aparenta ser "el regreso al cine de terror de [X década]" pero hay que saber hacer bien las cosas. En mi opinión no se puede hacer una película con personajes, ambiente y conflicto adolescente (lo cual actuará como cebo para los adolescentes de hoy en día) de la misma forma que el cine de los 80, pues hará que solo las personas muy entendidas en el cine (jóvenes o no) o personas que vivieron de primera mano el cine de aquella época, sean las que disfruten la película. En segundo lugar, independientemente del estilo o (sub)género que se le de la a película, hay que saber controlar el ritmo, las escenas incomprensiblemente largas o las conversaciones que pecan de insipidez.

El problema de la película, es ese. El ritmo. Eso, y que su estilo película de bajo presupuesto, cine independiente, o cine de autor, llamadlo X, y película de serie B no brilla en su beneficio, sino en su contra, haciéndolo tan notorio que hay veces que pierde la chispa que ha conseguido cautivarte, porque hay momentos, que cautivan. Una buena banda sonora ochentera y electrónica, sumado a (algunos) momentos de verdadera intriga y secuencias en ocasiones más que sobrecogedoras, consiguen meterte en una perfecta atmósfera, con la misma rápidez con las que otras escenas consiguen sacarte de ella.

En definitiva, una película de terror dirigida a un púbico más selecto o acotado de lo que debería ser, con muy buenos momentos logrados, pero en la que no juega muy a su favor el hecho de que la mejor escena de toda la película, sea sus primeros 3 minutos.

Una película pasable, aceptable. Entretenida. Un blockbuster mejor que otros que estamos acostumbrados a ver (saga Transformer, saga Divergente, "La momia"...)
Tiene unas cuantas dósis de acción, unos efectos visuales tan espectaculares como muy creíbles, una belleza y estética visual muy buena, casi tan llamativa como el colorido vestuario de esta película. Lástima que no destaque tanto en la fotografía o en la banda sonora pero bueno, tampoco vayamos a ser exigentes. Sabemos lo que hemos venido a ver. A Matt Damon matando criaturas ancestrales en una muralla china, no a Matt Damon en "Marte". No será recordada como una de las mejores películas del director pero tampoco como un manchón en su expediente.
Si quieres pasar la tarde viendo acción, explosiones, efectos visuales de nivel y criaturas chinas ancestrales sin pedir nada más, esta es tu película