No conozco la serie Veep que se cita en otros comentarios, pero tampoco creo que sea necesario para enfrentarse a un análisis de este producto denominado Vota Juan. Mi decepción con esta serie, aunque se deje ver, quizá venga por el resto de series españolas que últimamente están emanando de las televisiones de pago. Y no me refiero a las que posean producciones más o menos caras, sino a cosas como Vergüenza o Mira lo que has hecho, que creo que como espectador nos hacen más exigentes de cara a otros productos de comedia.

Este Vota Juan no es desternillante, pero tampoco creo que sea una pérdida de tiempo, y a mí es que Javier Cámara me encanta haga lo que haga. En resumen, no está mal.

Bajón considerable en la saga Cloverfield. Como ocurre en las otras dos anteriores, aún con la misma temática de fondo, esta tercera parte es una entrega que como película no pertenece al mismo género que sus predecesoras y eso es de agradecer.

Esto de mi primer párrafo es lo más positivo que puedo decir de ella y eso es mal síntoma. El drama interno de la chica negra, en su particular paradoja, el final y la explicación al origen de todo también son puntos a favor. Pero el resto, aunque tiene algún momento de tensión como lo del ojo del ruso, da la sensación de ser una película ya vista antes.

En resumen, no está mal pero esperaba más.

Creo que durante los múltiples visionados que he hecho de este filme solo he encontrado dos "peros" y uno de ellos ni siquiera es tal. Que no está basado en personajes reales (este es el segundo al que me refería) y la historia de flirteo de Spencer Tracy con Marlene Dietrich, que a mí me sobra y es la principal razón por la que no le doy el 10. Aunque, no obstante, se comprende que dicha relación tiene sentido para ahondar en el conflicto interior del propio juez y para también profundizar en la psicología desde el punto de vista de los mismos alemanes.

Por lo demás es una obra maestra. De estas películas, tipo "Casino", en las que pese a tener una duración de 3 horas las ves y te parece que han pasado solamente 90 minutos. Te mantiene enganchado de principio a fin y, teniendo en cuenta que está rodada en blanco y negro o que gran parte de la acción transcurre en un mismo sitio, es para valorar más aún todo el trabajo. Añadiendo también que se pueden destacar las actuaciones de casi todos los que tienen un papel medianamente protagonista.

Para acabar, a mí no me supone ningún problema el trasfondo propagandístico que pueda tener el metraje. No es otro distinto al que se le supone tratando el tema que trata y, además, la labor de defensa que hace el abogado alemán provoca que uno llegue a replantearse según qué cosas. Y la conversación final entre Burt Lancaster y Spencer Tracy tiene un brillante final ideológico.

En resumen, joya del cine de juicios.

Creo que hay dos formas de enfocar esta miniserie, o como una historia sin más o como un trabajo semibiográfico, pero, sinceramente, a mí como película no me interesa en absoluto. Es un producto para TV, con la calidad propia, cuyo único atractivo es precisamente su carácter de intentar plasmar unos hechos históricos.

Analizándola como intento de biografía es increíble, dicho como concepto de que no es verosímil. Se dibuja a un Mario Conde como una especie de Nacho Martín (Emilio Aragón en Médico de Familia) pero cambiando la clínica médica por el mundo empresarial / económico. Todo un héroe mundano. Sus únicos pecados: confiar en la gente y generar envidias. O dicho en lenguaje quinceañero: a mí me suspenden en el colegio porque los profesores me tienen manía. Eso es lo que nos cuentan de su caída de la élite y final entrada en prisión.

En resumen, una vista parcialísima (lógico, ya que es la versión del propio Mario Conde) de lo que pasó a finales de los 80s y principios de los 90s en aquel establishment en el que se movía este señor como pez en el agua. Aunque no se hace especialmente aburrida.

Me declaro fan de la saga El Planeta de los Simios pero, aún disfrutando cada película por completismo de la historia, he de ser sincero y reconocer que desde la maravillosa primera película todo va cuesta abajo en ella. Esta Batalla por el Planeta de los Simios pone punto y final a la saga original, con un trabajo que apenas aporta y entretiene.

A ver, repaso la saga rápidamente. La primera, como decía, es maravillosa, poco que comentar con ese final mítico. La segunda es aceptable, aunque en gran parte sea una copia de la de Charlton Heston desarrollaba cierta continuación al final. La tercera, lo de regresar al presente los monos en una nave espacial está cogido con pinzas pero encontrábamos la explicación al motivo por el que habían mutado a inteligentes los monos. La cuarta, se recupera algo de nival, porque contaba la rebelión de los monos para hacerse con el planeta. OK.

Todas, con mayor o menor acierto, desarrollaban un poco más la historia de El Planeta de los Simios, para que pudiéramos comprender mejor cómo se llegó a donde se llegó en la primera. Pero en esta Batalla no desarollan nada. No aporta nada. Una "guerra" sin motivo alguno y que no supone tampoco cambios de nada. Nos presenta a unos monos que 600 años después no habrán evolucionado apenas, casi diría que han ido hacia atrás, y tampoco se explica por qué los humanos pierden el habla. Y, por supuesto, la historia en sí de la película es un coñazo.

En resumen, un muy mal final. La saga original debió terminar en el discurso que Ceasar hace al final de Rebelión en el Planeta de los Simios.