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Críticas de labutaquitayelmar
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Críticas 33
Críticas ordenadas por utilidad
7
19 de mayo de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
MANDARINAS (Zaza Urushadze, 2013 dirección y guión)
Vas por la calle y tienes hambre. Te encuentras con un bar añejo, humilde donde sabes que te servirán las recetas corrientes de siempre. Aunque no lo conoces piensas que por un día no estaría mal acercarte a la vetusta barra y ver qué pasa. Más o menos me pasó esto cuando vi la cartelera y entré a ver “Mandarinas” una película de Estonia que milagrosamente estaba en cartelera.
Supongo que su nominación a la mejor película de habla no inglesa en los premios óscar le habrá abierto alguna puerta.
Estamos ante sencilla y humilde como el escenario que nos retrata. Tiene un tempus lento que contrasta con la vertiginosidad de los thrillers del momento. Sin embargo, a pesar de su ritmo pausado y su carácter casi teatral (cuatro protagonistas principales en un ambiente muy concreto), la historia evoluciona y “pasan cosas” que van más allá de las acostumbradas simples escenas de acción, virtuosas (y no desdeñables) pero generalmente insustanciales.
El director (desconocido para mí, al igual que los actores) trata de hacer un canto a la paz e intenta plasmar, una vez más, el sinsentido de la guerra.
Para ello se traslada a la guerra de Abjasia (1992). Tras la disolución de la URSS, el encaje de los nuevos Estados provocó (y desafortunadamente lo sigue haciendo) algunas confrontaciones armadas como la de Abjasia. Voluntarios chechenos se unieron a la causa independentista de Abjasia frente a los Georgianos, que pretendieron conservar su estatus quo. Rusia se declaró neutral (oficialmente).
En este contexto, el director coge la lupa y se acerca a la situación personal de dos vecinos, ya mayores, de una pequeña aldea de apenas media docena de casas, ubicada en las montañas perdidas de Abjasia. Todos huyeron de la guerra y la muerte, salvo estos dos viejos románticos que, por casualidades de la vida, se ven en la tesitura de tener que ayudar a heridos de guerra.
Ante la grandilocuencia de las grandes guerras, las palabras gigantes con las que hablan los medios y la simplificación del otro, que siempre funciona, el director nos transmite la realidad, nos acerca a la muerte pero también a la fraternidad y nos hace pensar en cuánta injusticia puede arrastrar la ola fatal de la guerra que, iniciada, no hay quien la pare.
Película que posiblemente, no la vuelva a ver si no es en el cine, porque el consumismo de usar y tirar diario no encaja en esta producto lento y reflexivo. En todo caso no me arrepiento, en absoluto, de haber disfrutado de estos 83 minutos de historia sencilla, pacifista y reflexiva, transcurrida en unas montañas cercanas a la fría Rusia en las que nunca vendrá mal comerse una mandarina en otoño.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
labutaquitayelmar
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7
30 de julio de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo ambiente apocalíptico, post-revolucionario tras una epidemia de simios que deja la tierra hecha unos zorros.
Si en la primera parte de esta saga la trama se centraba en el origen de la evolución de los primates como consecuencia de una experimentación científica que se fue de las manos, en esta segunda entrega, mucho más completa que la anterior, nos encontramos ya con dos partes totalmente diferenciadas, monos y humanos.

Dos partes que se encuentran en igualdad de condiciones y que coinciden solamente en una cosa: el total desconocimiento que tienen la una de la otra, a pesar de estar viviendo en un espacio común.

Muchos son los casos bélicos (o incluso políticos) reales que, en forma de bombas informativas, nos llegan cada día a nuestras televisiones móviles y ordenadores y que podrían encajar en el símil que representa esta película.

Que cada uno la interprete como quiera, encaje en cada parte su bando elegido y le dé a cada ejemplo el final que quiera.
Película antibelicista con dosis de acción muy bien resuelta y encrucijadas éticas para hacernos pensar acerca de si el uso de la violencia para un fin bueno puede ser el mejor.

Todo esto se puede llegar a pensar en una película que en principio está diseñada para pasar un rato de verano, entre monos y efectos especiales fantásticos (es genial el resultado de “humanizar” a los simios) pero que, ante la avalancha de guerras reales puede servir para hacernos reflexionar del sinsentido de la violencia, de que por mucho que pueda costar, siempre será más fácil e inteligente, tender la mano al otro que arriesgar la paz, aunque el otro tenga una mano peluda, arrugada y deforme o aunque el otro tenga una mano humana, según se mire.

Muchas gracias por tu tiempo y por leerme. Hasta la próxima.
labutaquitayelmar
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7
19 de febrero de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por segundo año consecutivo el mejicano A. González Iñárritu tiene todas las papeletas para hacerse con la mejor parte de los premios óscar. Esta vez el director deja el realismo mágico de Birdman (2.014) para zambullirse en el hiperrealismo de aventuras de “The Revenant”.
No es original, ya Clint Eastwood en su magistral “Sin perdón” (1.992) dio una vuelta de tuerca a los westerns y los humanizó:

Recuerdo la escena en la que Willian Munny (Clint Eastwood) dispara a uno de los matones a los que se les había encargado matar. Ajeno a lo que se le venía encima, tras recibir el disparo por el desvencijado rifle se produce un denso silencio. El tiroteado, encogido tras una roca, emite varios quejidos e insultos y tras un tiempo de espera, agonizante, le llega la muerte. Realismo que nunca habíamos experimentado en una película del Oeste en la que, habitualmente, la gente solía morir de un disparo seco, rápido y caía desplomado al suelo, sin más.
Pues bien, Iñárritu bebe de esta fuente y la traslada a los terrenos vírgenes de una bellísima América aún sin “conquistar” donde unos colonos, hambrientos de dinero y sedientos de una vida sin ley, llegaron para quedarse.

No sabría cómo definir esta película, este autor estira los géneros de forma muy personal que puede gustar mucho o cansar (por ejemplo “Birdman” me agotó y sin embargo volvería a ver “The Revenant”). Quizás se trate de una historia de aventuras y venganza pero aderezada con un grado de incomodidad, la que trae consigo la crudeza de poner una lupa de aumento en cada una de las escenas, lupa que se agradece cuando rueda la naturaleza pero no tanto cuando nos acercamos a la violencia y miserias humanas.

No es una película de aventuras al uso, hay una pequeña diferencia: en las clásicas cuando salías del cine soñabas con vivir las aventuras del protagonista, en ésta, nunca querrías pasar las penurias tan detalladamente descritas.
Película técnicamente impecable, con mucha fuerza visual y buenos actores. El director vuelve a usar el plano secuencia que tanto vimos en “Birdman”, en este caso en el ataque de los indios, rodado magníficamente. Me maravilló la escena del oso, genial. Por otro lado, Iñárritu vuelve a tener “ataques de autor” con escenas de sueños febriles que particularmente habría eliminado para aligerar la larga duración de la película.
En cuanto a los actores, nada que objetar, no parecen actores sino personas sacadas de un documental. Di Caprio seguramente se llevará el Oscar, por fin, no es la interpretación que más me gusta pero está bien y su personaje gusta mucho porque lo pasa fatal. Personalmente el trabajo que me dejó huella fue el de Tom Hardy, que encarna al inmoral Fitzgerald.

Una película con peso. Nada parece ficticio, la naturaleza que nos muestra es bella, real y casi puedes percibir en los pies el frío de las montañas nevadas. Por momentos tienes la sensación de vivir como lo hicieron, allá por el 1.823, los habitantes de aquellos parajes vírgenes donde la única norma era sobrevivir y todo el mundo se regía por esa máxima, desde el bicho más pequeño hasta el oso más temible, contando por supuesto con la peor de las especies, esa que desarrolla los instintos más obscenos y abyectos de todos los que convivieron en aquellas superlativas tierras: la especie humana.

Muchas gracias por su tiempo para leerme y hasta la próxima.
labutaquitayelmar
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8
26 de enero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estados Unidos está en la picota, seguramente siempre lo estuvo, pero con el nuevo inquilino de la Casa Blanca, los focos apuntan sin descanso a este país para ver cuándo nos asaltará una nueva sorpresa decepcionante de este personaje.

En “COMANCHERÍA” viajamos al mundo rural del corazón de Texas desde donde, según los entendidos, “el primer martes después del primer lunes de noviembre” del 2016 salieron millones de votos republicanos con gorro vaquero y botas de montar.

En este escenario de árida montaña tejana el director, David Mackenzie desarrolla un polvoriento western moderno, una historia de buenos (los polis) contra los malos (los dos hermanos atracadores de bancos) -Chris Pine y Ben Foster- con dosis de acción austera, humor negro y diálogos brillantes, sobre todo cuando habla el sheriff protagonista magníficamente interpretado por Jeff Bridges.

La película va más allá del mero espectáculo thriller y se sumerge en los detalles de las relaciones personales, las más cuotidianas, de los personajes de la historia.
Paulatinamente vamos conociendo más de todos ellos y a pesar de tener desde un principio sus perfiles muy marcados, el director modela nuestra idea inicial al dejarnos conocer parte de su pasado.

Aprovecha así el autor (o más bien el guionista) para retratarnos una sociedad amargada con su status quo (gobernado de forma aplastante por el dinero), unos habitantes con ilusión apagada que, solo aferrándose a sus raíces más básicas, consiguen pasar a un nuevo día.

Sin embargo el resultado final es aceptable, te diviertes y sobre todo te encariñas con ese viejo “ranger” cascarrabias que se las sabe todas y que se guía por una intuición forjada a base de horas de calle y de contrariedades.

PD.- Acerca el título. La versión original “Hell or high water“ ha sido traducida como “Comanchería”. No es un título muy melodioso para lucir en una cartelera. Imagino que el traductor habrá pensado en su motivo histórico. “Comanchería” es como se denomina la zona del oeste de Texas en la que allá por el siglo XIX vivían los originarios americanos de tribu “comanche”. También hablamos de “Apachería” para la zona de asentamiento “apache”

Muchas gracias por su tiempo para leerme. Hasta la próxima.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
labutaquitayelmar
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8
26 de agosto de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los días en que estamos en que la cotidianeidad y el otoño nos esperan ya a la vuelta de la esquina, la cartelera nos hace un guiño y nos ofrece un título perfecto para cuando vuelves de vacaciones: “BEGIN AGAIN”.

Se trata de una película “blanca”, con mucha música indie y ambiente “buenrollista” siguiendo la pauta que ya marcó el director, John Carney, en su primer éxito de hará ya unos cinco o seis años, “Once”.

Es la película ideal para ver en vacaciones si no quieres entrar, con estos calores, en disquisiciones éticas o críticas sociales. Se consume fácilmente y creo que sí se puede añadir la frase: “sales del cine con una sonrisa” pues el producto ofrecido es aceptable, la historia que te cuentan, aunque tiene sus tonos agridulces, resulta agradable para todos los paladares y mantiene la incógnita hasta el final de la película.

Se apoya mucho en las canciones, que van trufando el filme sin que resulte excesivamente pesado. Conserva algo del ambiente de “Once”, algo de “The Commitments” y por supuesto, muchos componentes clásicos de todas las comedias románticas que nos podamos imaginar.
Mención especial merece la enigmática y atractiva Keira Knightley. Esta actriz podríamos decir, que no tiene la totalidad de los cánones de belleza exigidos hoy en día (opinión muy subjetiva) y sin embargo logra llenar la pantalla con una fuerza que me sorprende. Encaja bien con “partenaire” en la película, Mark Ruffalo y es el alma de una película hecha para ella.

Por cierto, la vi en Madrid, en Callao, donde aún hay acomodadores con linterna y donde se respira clasicismo. Un gran cine en el que tras ver la película el espectáculo prosigue cuando sales a la calle. Genial.

Muchas gracias por dedicar su tiempo a leerme. Hasta la próxima.
labutaquitayelmar
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