Hay gente que vive tan bien, que se vuelve hipersensible a que las cosas no salgan como esperaban.

La gente es muy borde y muy imbecil. En la naturaleza del ser humano se esconde un diablo. No es machismo, ni hipocresia, ni nada de eso. Es vivir en medio de otros seres humanos.

Eso es la vida. Y no, no es una razón para suicidarse.

El mundo es duro y difícil, a veces las cosas no salen como esperabas, no puedes tenerlo todo y a menudo toca ser fuerte, duro y seguir adelante. Lo otro es ser una niñata blandengue que se ahoga en un vaso de agua.

Una serie mala, tópica y bastante absurda, es decir, millenial. La chica relata su futuro suicidio con voz alegre y feliz, y monta un jueguecito final, por si la muerte no es suficiente.

Lo dicho, otra tontada para adolescentes.

Admito que tenía unas expectativas altas sobre esta serie.

Ambientada en el año 77, en la Costa del Sol de entonces, esperaba primero un viaje en el tiempo. Yo nací en el año 81, pero esperaba reconocer esos aires de un mundo más simple, donde la gente entendia la vida de otra manera que hoy ya no se entiende. Hombres que eran hombres y no niños, mujeres que eran mujeres y no niñas, sin ambigüedades.

Por otro lado, me esperaba una historia interesante, compleja: adulta. Tenemos buenos referentes de series similares, donde quizás “Narcos” es su máximo exponente. Recuerdo la inolvidable “Crematorio”, para quien diga que en España no pueden crearse series excelentes sobre tramas mafiosas y policiacas. Y nos encontramos con este “bof” constante, una historia previsible y mil veces vista, tópica, estereotipada desde la visión del siglo XXI.

Un Torremolinos con locales con carteles de “burger” y “asian”. Madre mia. Burguer y Asian. En la España de 1977. Creo que pensaban que con poner coches antiguos era suficiente para colarlo. Han de contratar a gente con un poco más de edad.

Tampoco ayuda una música completamente desubicada del contexto. Julio Iglesias, por ejemplo, era la España del 77. Rock con aires punk en inglés no.

No es creible que lo que vemos realmente transcurre en 1977. Los actores parecen ir disfrazados. Lo están.

Y hablando de actores... parecen sacados de “Al Salir de Clase”. Chicos jovenes, de gimnasio, peinaditos y niñatos. Sí, en la España del 77, si. Una generación que tenía hijos con 20 y pocos años y que trabajaba tanto que no tenia tiempo de ir al gimnasio. Y nos ponen a estos 4 pimpines y a la niñata-pibón. El acento andaluz forzado e impostado, el de Hugo Silva. Los padres de “Los Hombres de Paco”.

Por último, como detalle... ¿solo se presentaba Suarez a las elecciones en el año 77? ¿Era lo único que ocurría en España a nivel social entonces?

Aburridisima y olvidable.

Un bluf. Y una lástima, una oportunidad desaprovechada.

Yo era uno de esos que estaban viendo la televisión aquella noche que la pusieron en TV (Por lo que he visto en otras críticas, yo no era el único que estaba frente a la televisión aquella madrugada).
Ahora tengo 28 años, pero por aquel entonces yo era bastante más joven, y ni considero que me gusten las películas lentas en exceso ni, aunque no tengo prejuicios, tampoco soy especialmente aficionado al cine español. Y a pesar de todo, recuerdo con un especial impacto esta película. Tanto, que aun me acuerdo del título de la película y se me ha ocurrido buscarlo en Filmaffinity.
Es una historia tierna, profundamente romántica y que puede satisfacer mucho a los que quieran ver algo que no sea "pum pum!!" "crash!" "patapam!!".
Cumple su objetivo. Dentro de su tipo de película, creo que es una buena película.
Lo diré de esta forma: Si os gusta la música de Joan Manuel Serrat, este sería el resultado si una canción de Serrat cogiese la forma de una película.
Es uno de esos trabajos que pasa tan de puntillas, que apenas nadie la conoce (Lo cual me parece que puede incluso darle más encanto a la película).

Sin comparar "El padre de la novia" con la película original, personalmente me encantó esta película. Me gusta mucho las comedias románticas profundamente elegantes e idealistas que me hacen reír sin mostrar escenas ordinarias, con escenas bellas y personajes simpáticos.
Esta película tiene momentos de carcajada y muchos padres de chicas en edad de casarse podrán verse reflejados en el papel principal.
Como detalle a destacar, el inolvidable personaje de Martin Short, "Fronk", el clásico gay adorable que pone la guinda a una película amable y familiar, tan al estilo de los trabajos de Nancy Meyers.
Para encontrar un defecto, diré que tiene escenas extremadamente melosas. En el intento de hacer una película que muestre la melancolia y la belleza de un momento tan tierno como la boda de una hija, se pasan edulcorando los diálogos. Demasiados "Te quiero, papa" y "Te quiero, hija".
Pero aun así, una muy recomendable comedia, especialmente para los que gusten de este tipo de películas, que seguro que no olvidarán, especialmente porque hasta la última escena, en que escriben el clásico "The End", te deja un excelente sabor de boca.

Terminator es uno de los mejores ejemplos de cine de los años 80:

Una película con un argumento de gran imaginación, una idea sencilla pero una excusa perfecta para generar una trama dinámica, donde no sobra ni falta ninguna escena durante la hora y media que dura. También es paradigmático de los 80 el bajo presupuesto con el que se crea una película que pasa a la historia, y la gran creatividad puesta para los efectos especiales - en una época en la que crear efectos no era ni barato, ni fácil ni rápido - , muy efectivos en algunos casos (el inicio en el futuro, el viaje en el tiempo, la aparición de los personajes en 1984 entre rayos...) y peores en otros (los muñecos de Terminator en cierto momento de la película). Es especialmente destacable que, precisamente por lo caros y complejos que era crear efectos especiales, los directores y guionistas estaban obligados a no abusar de ellos, y crear historias fantásticas donde los efectos especiales no iban a poder salvar una película mala, como ocurre en la actualidad.

Hay una cosa que siempre me asombran en las películas de los 80 y que Terminator también consigue: Su capacidad de generar ambientes de proximidad con los personajes, es decir, la proyección de ambientes tranquilos y corrientes donde se desarrolla la historia, rodado a la misma distancia a la que observariamos la escena si estuviesemos allí mismo, sin demasiados primeros planos o contrapicados complicados. Iluminaciones de claro oscuros y entornos que forman parte de la acción.

Por último, Terminator es una película trepidante, que aun hoy nos engancha a intentar conocer el recorrido de los personajes y ver como ellos van descubriendo lo que nosotros como espectadores ya sabemos por una escena anterior, lo que incrementa nuestra tensión.

No puedo evitar preguntarme... ¿Que ha pasado por el camino? ¿Realmente ya no hay directores y guionistas de talento? ¿Hacen falta presupuestos desproporcionados en Hollywood? ¿Serian capaces de crearse películas llenas de fantasia con bajos presupuestos que permitiesen entradas al cine por escasos 4 o 5 euros?

Esta opinión está escrita tras ver Terminator Genesis, un desastre cinematográfico perfecto, donde se cometen todos los errores a unos niveles galácticos, una auténtica película de la década del 2010, eso sí, con unos efectos especiales asombrosos.

Estoy, ingenuamente, con la esperanza de que el nuevo proyecto de continuación de la saga Terminator producido por James Cameron como continuación de Terminator 2 e ignorando las otras 3 películas sea algo mejor.

Pero olvidandome de la saga Terminator, ¿no es capaz de crearse hoy películas originales con personajes nuevos que proyecten historias sencillas, interesantes, diferentes y llenas de imaginación y fantasía como entonces?