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Críticas de Javi McClane
Críticas 1.281
Críticas ordenadas por utilidad
4
21 de setiembre de 2019
6 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
"American Horror Story" es una serie que comenzó en 2011 y que ya cuenta con nueve temporadas (incluyendo la que nos ocupa). Se trata de una antología de terror, con historias cerradas en cada temporada, y que siempre cambia a los personajes, que no a los actores, los cuales suelen repetir.

Yo me baje del barco después de visionar las dos primeras temporadas, ya que la primera me pareció una historia de terror del montón (y recordada hoy me parece hasta floja) y la segunda temporada apuntaba maneras pero resultó ser mucho peor. Decidí que no me iba a embarcar en más temporadas y me aparté sin más.

Poco sé de lo que ha acontecido a continuación, pero está claro que los productores querían ofrecer algo "fresco" y radicalmente diferente a lo que habían hecho hasta ahora, y se han decantado por el enésimo homenaje al cine de los 80 (que ha vuelto a poner de moda "Stranger Things"), a modo de slasher de toda la vida.

Pues bien, yo soy uno de esos que, después de haber renegado de la serie, se ha dejado embaucar por esta nueva temporada, ya que el material promocional ha sido bastante efectivo (los fabulosos carteles incluidos), y he decidido visionar el piloto (o primer episodio) para ver si podía encontrarme ante algo curioso y divertido, como mínimo. La verdad es que las primeras impresiones no podrían haber sido ser más decepcionantes.

Antes de proseguir, recalcar que las críticas (del primer episodio) están siendo espectaculares, con un 100% en Rotten Tomatoes y en páginas similares, donde ni un solo crítico le encuentra un pero a la propuesta. Debe de ser otro caso de esos en los que no hemos visto el mismo producto... o han habido elementos ajenos que no cabe comentar pero que todos conocemos de sobras. Dicho queda.

Pues bien, la dirección de la serie tiene garra al principio, pero pronto se desinfla, mostrando lo que realmente es, no llegando a la calidad de otras series de la actualidad, quedándose en una suerte de serie B (por ser generosos).

La verdad es que el primer episodio tiene un buen arranque (tampoco para tirar cohetes...) y la introducción de personajes está bastante lograda (luego está que estos sean insoportables o no), pero enseguida te das cuenta que todo es un espejismo y, en el momento que pisan el campamento, no se diferencia en nada a películas de terror directas al videoclub.

El guion es perezoso y muy tópico, calcando los clichés de este tipo de productos, como el asesino legendario, los personajes insufribles que estás deseando que mueran lo antes posible, las historias en la fogata, la "scream queen" de manual... Una cosa es el homenaje, otra muy distinta es ofrecer lo mismo de siempre y sin novedad alguna. Para eso tiro de videoteca y me olvido. 

Está claro que los responsables han querido atrapar al nostálgico amante del terror (sobre todo de los slasher) y se han quedado tan anchos. Pues no, la serie se vuelve predecible, sosa y ni siquiera es divertida (que estoy seguro que era la intención).

El mismo responsable de esta (el señor Ryan Murphy) es el de "Glee" (mejor la dejamos comiendo aparte) y de "Scream Queens", que es una serie bastante desconocida fuera de USA, y que tuvo una primera temporada tan entretenida como divertida (esta si tenía gracia) pero cuya segunda entrega (un sinsentido) tiró todo por tierra, sepultando cualquier posible futuro para la interesante propuesta.

Pues bien, da la sensación de que Murphy ha querido hacer algo parecido en esta novena temporada de "American Horror", ya que se parece más a la nombrada (y fracasada) serie, que no a las anteriores, traicionando el (mediocre, eso sí) espíritu de su antología de terror. Vamos, que se queda en tierra de nadie porque quiere dar gracia y no la da, y porque no sigue el hilo dramático de las anteriores propuestas, como si se tratase de una serie diferente.

Del reparto sólo diré que Emma Roberts está demasiado comedida (estuvo genial en "Scream Queens"), que se agradece el cambio de registro de Billie Lourd (también protagonista en la mencionada serie) y que Matthew Morrison ("Glee") resulta sorprendente en semejante papel. Del resto, mejor no digo nada (sobre todo del robot de gimnasio).

En conclusión, estamos ante un primer episodio más que decepcionante y que no cumple con las pretensiones que tenía, ya que no ofrece nada novedoso y se limita a homenajear (o plagiar) productos más que conocidos (y que no hace falta ni nombrar), esperando que la gente aplauda hasta con las orejas. Los críticos han picado, un servidor no.

No obstante, como soy masoca, seguiré viendo los siguientes episodios, por curiosidad, pero se supone que en los pilotos ponen casi toda la carne en el asador. Si esto es lo mejor que tienen que ofrecer... apaga y vámonos. Y es que quizás ya es hora de dejar descansando a la serie. Es sólo una idea. 

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Javi McClane
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6
25 de setiembre de 2021
37 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mediterráneo es la nueva gran apuesta del cine español, notándose sus ambiciones y siendo una de las preseleccionadas para los Oscars, siendo más que segura alguna nominación a los Goya de este año. He asistido a un evento de Cinesa en el que se realizaba el preestreno de la película con la particularidad de que todo lo recaudado irá destinado a Open Arms. Tiene todo el sentido del mundo, porque precisamente la película nos cuenta la historia de su fundador y sus compañeros, los cuales iniciaron la popular ONG.

Obviamente es una película que no va a gustar a todo el mundo, teniendo unos objetivos claros, pero yo la he valorado como producción cinematográfica, y la verdad es que estamos ante un efectivo drama elevado por su espectacular reparto. No es ninguna maravilla y no estará entre lo mejor del año, pero cumple su cometido con creces.

El director es el mismo de 100 metros, otro drama (con tintes cómicos) con Dani Rovira que no dejaba de ser una cinta tan entretenida como convencional (todo sonaba a ya visto, a pesar de las buenas intenciones), con la intención de transmitir un mensaje al espectador. Aquí repite el realizador la misma jugada en un proyecto mucho más ambicioso, y la verdad es que el cineasta lo da todo en un drama que deja sin respiración en los momentos de rescate.

La película navega entre la tranquilidad y composición de unas escenas de desarrollo de personajes, y la efectividad de los instantes que buscan generar ansiedad en el espectador (y vaya si lo consigue). La cinta funciona en ambas facetas, no perdiendo el interés del espectador en sus ajustados cien minutos de duración (una delicia). No sé si es correcto decir que la película es entretenida, debido a sus características (no estamos aquí para disfrutar, precisamente), por lo que me limitaré a aclarar que no es aburrida. Seamos sinceros, podría haber caído en el error de ser lenta y soporífera, y afortunadamente no es el caso. Se agradece, ya que es importante conectar con el público, y más en una cinta que invita a la reflexión. Se consiguen ambas cosas, como debería ser siempre.

En cuanto a la historia, hay emotividad y desolación a partes iguales, no cayendo en el error de buscar la lágrima fácil como sí hacen otros dramas. La película quiere tocar el corazón, pero también hacerte pensar, y no rehúye la crudeza en ningún momento, siendo una propuesta que busca concienciar al espectador a toda costa. Quizás hay momentos que se notan prediseñados, pero tampoco veo manipulación ni falsedad en su mensaje. Al final hablamos de una cinta sobre unos socorristas que decidieron ir a Grecia (a cambio de nada) a salvar vidas. Las cosas como son, aunque no sé si los griegos van a quedar muy satisfechos con el retrato que se hace de algunos de ellos (especialmente la policía y la guardia costera).

Todos los personajes están muy bien dibujados, pero no serían lo mismo sin los actores que los interpretan. Eduard Fernández es el gran protagonista, y decir que está sublime es quedarse corto. Es otro de esos actores a los que da igual lo que les des, que te lo saca con nota, siendo un auténtico animal de la actuación. Aquí nos ofrece un registro comedido, intenso y cargado de matices, siendo un personaje complicado, pero que Fernández sabe gestionar sin problemas. Su nombre es sinónimo de calidad, y aquí vuelve a sacar sobresaliente. De lo mejor que tenemos en España.

Anna Castillo vuelve a confirmar que es una de las jóvenes promesas con más proyección en el cine español. Nunca decepciona y siempre se entrega a la causa, y esta película no es la excepción. La actriz derrocha naturalidad y buen hacer, y eso no es algo que todos los actores de su edad pueden decir.
No soy un gran fan de Dani Rovira, pero debo reconocer que me ha convencido en sus registros dramáticos, tanto en 100 metros como en el film que nos ocupa. Se nota que hay un esfuerzo por abandonar su faceta cómica y no chirriar en el género del drama, componiendo un personaje interesante y con el que te encariñas. No sería justo olvidarse de Sergi López (actor al que me da la sensación de que no se valora lo suficiente) o Àlex Monner, que va subiendo peldaños a medida que avanza la película. Todos forman un elenco actoral perfecto y sin fisuras. Lo mejor de la película.

En conclusión, estamos ante un efectivo drama, que cumple su cometido (entretener y concienciar) y que destaca por su sensacional reparto. No es perfecta, pero seguramente remueva conciencias. Y sólo por eso ya merece la pena.

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Javi McClane
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6
18 de agosto de 2020
6 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde de que se anunciase la nueva serie apadrinada por el temible Jordan Peele (director la insufrible Déjame Salir y la correcta, pero poco más, Us / Nosotros o productor de esa mediocridad que fue el regreso de Twilight Zone y la fallida Hunters), decidí que no iba a verla, más que nada porque había escarmentado con producciones del antaño cómico metido a cineasta de prestigio (que ya me dirás...).

Que el señor Peele está obsesionado con el tema del racismo (aunque luego declaró que jamás pondría a un blanco de protagonista en sus películas... ahí lo dejo) no es ningún secreto, aunque eso no supondría ningún problema si al menos ofreciese productos realmente interesantes y convincentes, aunque se le vean las costuras y de qué pie calza en apenas segundos. No, el problema es que ofrece caviar y entrega a cambio poco menos que hamburguesas... pero de microondas.

Y es que seguramente estemos ante uno de los cineastas y productores más sobrevalorados de la actualidad, ya que cualquier cosa que toca (que se puede entender como simplemente invertir dinero y poner su nombre en el cartel) es aplaudida con furor. Y claro, ha llegado su nueva serie (también como creador) y la crítica se ha postrado ante sus pies, calificándola de obra de arte (...) y con un nada desdeñable 97% en Rotten Tomatoes, que se dice pronto.

No voy a entrar en dar mi opinión sobre lo que está sucediendo en estos inquietantes tiempos, donde se sobrevaloran productos que todos habremos olvidado antes de lo esperado, como la decepcionante última película de Spike Lee o el interminable videoclip orquestado para engrandecer todavía más el ego de Beyoné. Pero como ya digo, mejor centrarnos en el producto que nos ocupa.

Porque sí, después de las (exageradamente) entusiastas críticas, he decidido darle una oportunidad al piloto de la cacareada serie, presentando una propuesta de misterio, terror y ciencia ficción que combina los relatos de H.P. Lovecraft con el racismo de los años 50. Por cierto, muy curioso que se haya usado el nombre de dicho autor y su mitología, ya que era un confeso racista, con un poema catalogado como el más racista de la historia. Cierto es que esto se nombra en el primer episodio, pero si tan racista era (que lo era, y mucho...), no entiendo la necesidad de lucrarse a costa de su nombre, por mucho que haya dardos al popular autor. 

Finalmente, me he encontrado con un primer episodio de una hora de duración (algo excesiva, pero es lo que se lleva ahora en las series, y no puedo estar más en desacuerdo), que tarda demasiado en arrancar (de ahí el fascinante prólogo, para que nadie pierda la atención), con unos personajes bien dibujados pero que tampoco fascinan (aunque quizás sea pronto para decirlo) y que da lo que promete en sus diez minutos finales, con un cierre que deja con ganas de más, aunque tampoco para volvernos locos como en otras series con mejores pilotos.

Creo que es indudable que la serie cumple su cometido de entretener y enganchar, con un par de escenas más que destacables (la persecución o el mencionado clímax), pero tampoco nada que la haga merecedora de elogios como obra de arte o producto imprescindible. Reincido en esto porque hay que tener mucho cuidado con los mensajes que se dan a los espectadores, que al final son los que de verdad importan, ya que luego se basan en esas reseñas y se topan con productos que no son lo que ellos creían.

La dirección del primer episodio cumple, con las escenas comentadas, dejando la sensación de que han cuidado los detalles (como la ambientación) y ha habido un generoso presupuesto (de ahí la incesante campaña de marketing, siendo uno de los grandes estrenos del verano de HBO, plataforma que se está quedando atrás a marchas forzadas). Los efectos especiales son llamativos, pero hay algunos instantes donde quizás pequen de demasiado obvios, aunque tampoco nada realmente reprochable. 

En cuanto al guion, el trío protagonista funciona (aunque resulta llamativo que sus personalidades sean más acordes a los tiempos actuales que no a la época en la que se supone que están), no pudiendo hablar todavía de ningún personaje estrella (suele ser secundario) que mueva la trama, aparte de que la historia es demasiado obvia en su denuncia del deplorable racismo de la época (y de la actualidad, ya que hay cosas que nunca cambian, por desgracia), brillando la sutilidad por su ausencia. Creo que Peele está más preocupado de este último punto que no de la parte fantástica de la obra, llegando su última producción en el momento justo.

Respecto al reparto, nada que reprochar, con un felizmente recuperado Courtney B. Vance (que se estaba encasillando últimamente en papeles secundarios de apenas cinco minutos), un convincente Jonathan Majors o una entregada Jurnee Smollett-Bell (vista en Birds of Prey / Aves de presa), formando un trío de protagonistas que cumple, sin más. 

En conclusión, estamos ante una propuesta tan interesante como entretenida, y que deja con ganas de más, pero que no es ni un piloto perfecto ni la octava maravilla del mundo. Que no os engañen. Yo me conformo con que el resto de episodios estén por lo menos al mismo nivel (pedir más sería absurdo), y que no nos encontremos ante otra serie que prometía demasiado y luego se quedó en una soberana decepción. Y sí, me refiero a Hunters, también de Peele. Y es que otra cosa no, pero el bueno de Jordan es un vendehumos de cuidado...

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Javi McClane
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5
3 de setiembre de 2021
7 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Advertencia: que ningún fan del clásico original, ya sea del de Disney o del cuento, se acerque a esta nueva versión. Yo ya he avisado. Dicho esto, empecemos con esta caótica versión del cuento. La nueva versión ha estado rodeada de polémicas, como la elección del Hada Madrina (interpretada por Billy Porter) o la promoción del film, con varios de sus protagonistas obstaculizando el tráfico. No sé muy bien quién fue el genio que creyó que eso era buena idea, pero lo que es seguro es que todos los palos se los ha llevado el cada vez más odiado James Corden, por cierto, productor de la película (además de secundario).

Sinceramente, me esperaba un absoluto desastre, y en cierta parte lo es, siendo una caótica actualización de la historia en la que, si te dejas llevar y dejas la vergüenza a un lado, seguramente disfrutes como lo que es, que no es otra cosa que un simpático pasatiempo diseñado para contentar al público de hoy en día, con todo lo que ello conlleva (LGBT y diversidad racial, para los despistados).

Técnicamente la película es una de cal y otra de arena, ya que los efectos visuales no desentonan y hay algún número musical curioso, pero no se puede decir lo mismo del resto de elementos, con un diseño de producción muy descuidado y un vestuario perezoso. Me dices que esta versión sucede en la actualidad, y me lo creo (de hecho creo que deberían haber apostado por ello). Quizás hayan querido jugar a eso, pero el experimento les ha salido un poco rana, ya que da la sensación de que han habido claras limitaciones presupuestarias, hasta el punto de que sus versiones anteriores (y hablo de los 90) lucen mucho mejor. Al final esto se asemeja más a una fiesta de disfraces rodada en un pueblo, que no a una gran producción, que creo que es lo que se pretende.

Sorprendente que el mismo director de la estupenda #Sexpact (Blockers), sea el responsable tras las cámaras, entre otras cosas porque la comedia con John Cena estuvo mucho más inspirada estéticamente. Aquí todo parece obra de un debutante. Jamás se me ocurriría insinuar que su trabajo es mediocre, pero se nota que sus responsables están más interesados en contentar a los adolescentes y ciertos colectivos que no en ofrecer un producto de calidad.

Y sí, estamos ante un musical, el cual combina canciones originales con éxitos pegadizos y conocidos por todos. La película es marchosa y dentro del género de la comedia musical llega a funcionar, pero algo me dice que sin la existencia de la estupenda Hamilton, esta nueva versión no existiría, por lo menos las partes rap. Es tan obvio que han pretendido darle un lavado de cara al ritmo de dicho estilo musical, que no voy a pararme mucho más en este punto. Y es que se le ven las costuras, porque no dejamos de estar ante una producción entretenida, pero tremendamente sencilla e inofensiva. Si llega a escandalizar será a los de siempre, pero si han investigado lo suficiente, seguramente puedan ignorarla y seguir viviendo en paz en sus respectivas cuevas.

La clave de este film es coger la historia clásica y adaptarla a los tiempos que corren, siendo una decisión que no le fue nada mal a producciones como Romeo + Julieta (la de DiCaprio) o Destino de caballero, y aquí se repite la jugada, aunque con resultados dispares. Por supuesto se abordan temas como el del feminismo (se coquetea con la temática LGBT, pero no se llega a ningún lado) de una forma interesante, con una subtrama de empoderamiento que le da un nuevo enfoque a la historia. Y oye, todo lo que sea intentar ser algo originales respecto al material original, bienvenido sea, por lo que ninguna queja.

En el reparto tenemos a una sorprendente Camila Cabello como gran protagonista. No me escondo, no tenía ni idea de quién era antes de ver la película, pero se ve que es una cantante mundialmente conocida, siendo este su debut en el cine. Pues lo hace infinitamente mejor que muchos otros actores y actrices, entregándose totalmente al personaje y con una vis cómica que ya quisieran muchos para sí mismos. A eso le añades que canta de forma espléndida, y ya tienes el trato hecho. Respecto al resto del reparto, y de la misma forma que Cabello, todos y cada uno de los intérpretes que aparecen en este festival se lo pasan pipa, abrazando la locura de la propuesta sin ningún tipo de vergüenza, como debe ser.

Destacar a unos geniales Nicholas Galitzine (también otra sorpresa), Billy Porter (que pide a gritos más minutos, siendo demasiado secundario para todo lo que se ha hablado de él) o los experimentados Minnie Driver y Pierce Brosnan. Por cierto, sobre este último, es fascinante la capacidad que tiene para reírse de sí mismo en referencia a las críticas que recibió por su intervención en la también inclasificable ‘Mamma Mia’. Porque sí, vuelve a atentar contra nuestros oídos, pero lo hace con la suficiente gracia como para que nos riamos con la broma.

También hay unos ratones, que no molestan cuando son animales, pero que se hacen algo pesados cuando se convierten en personas de carne y hueso, siendo cómicos que buscan desesperadamente la carcajada del espectador con gags ridículos y que ralentizan el devenir de los acontecimientos. Quizás tenga algo que ver que James Corden se haya reservado uno de los papeles (afortunadamente muy secundario) siendo bastante insufrible en cada una de sus apariciones. Creo que debería tomarse unas vacaciones, porque está comenzando a saturar al público, y eso nunca es buena señal.

Respecto al soundtrack, pues canciones populares que navegan entre éxitos de décadas pasadas y temas actuales, intentando congraciarse con todo tipo de público. No negaré que la mezcla queda curiosa, aunque destacaría los raps originales ofrecidos por la cinta.

Sigue en spoilers sin spoilers.

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Javi McClane
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5
16 de setiembre de 2021
40 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de comenzar la crítica, debo confesar que no he leído las novelas de Dune ni he visto la película de David Lynch (podría haberlo hecho, pero quería ir virgen al visionado de esta nueva versión), por lo que no sé si eso le va a dar más o menos valor a mi reseña (algo me dice que, para la mayoría, mucho menos), pero conviene dejar las cartas sobre la mesa antes de adentrarnos en este arenoso mundo (nunca mejor dicho). Una vez aclarado ese punto, es obvio que no esperaba demasiado de esta cacareada nueva adaptación, con las expectativas controladas y con unos adelantos que jamás me apasionaron. Quizás también haya tenido algo que ver la filmografía de Denis Villeneuve, director y guionista de la película que nos ocupa, y que tiene trabajos muy destacables, como la estupenda Prisioneros (para mí, la mejor), y otros directamente soporíferos, como La llegada, en cuyo visionado no me dormí por respeto al mundo del cine. No es un director sencillo, y es mejor informarse sobre su trayectoria antes de afrontar un nuevo proyecto suyo, y Dune no es la excepción.

La crítica ha quedado convencida (aunque no tanto como se podía prever, ya que hay variedad de opiniones), siendo una cinta de ciencia ficción que los fans de las novelas (y algunos del film de Lynch) esperaban como el gran estreno del año, que por otra parte es casi como se ha vendido por parte de Warner Bros. Yo me he acercado a la sala de cine sin ningún tipo de prejuicio (a pesar de que muchos hablaban de aburrimiento después de su visionado), y aunque no me ha parecido ningún desastre, tampoco he visto el clásico memorable que muchos se han aventurado a afirmar, siendo un blockbuster carente de garra y que estoy seguro de que no va a funcionar, ni en taquilla ni entre el público. Pero mejor vayamos por partes.

No se puede negar que Villeneuve es un director maravilloso, el cual nos suele regalar planos realmente fascinantes, aunque en esta ocasión se nota que busca la obra maestra de forma desesperada en cada escena, en especial con los interminables aterrizajes de naves (qué obsesión…). Es su sello personal, y no seré yo el que se lo reproche, pero lo que es seguro es que no sabe manejar presupuestos, porque no es posible que una película como Dune haya costado la friolera de 165 millones de dólares (más que casi cualquier blockbuster de Marvel), los cuales no lucen en ningún momento del film. ¿A dónde ha ido a parar ese dinero? Ni idea, ya que prácticamente no hay acción en la cinta, y si hace acto de presencia, no es nada deslumbrante (ojo al efecto de las explosiones…), dejándonos igual que estábamos. Creo que los grandes estudios deberían comenzar a plantearse si tiene sentido invertir esa ingente cantidad de dinero en productos tan complejos y carentes de entretenimiento como el que nos ocupa, porque son jugadas torpes y que seguramente les hagan perder mucho dinero. Y sí, me estoy adelantando, pero creo que la nueva Dune va a ser uno de los grandes fracasos del año.

¿Por qué hago una afirmación tan descarada? Sencillo, porque ya han habido otros ejemplos de películas demasiado complicadas para el espectador medio que no han funcionado. Ya os adelanto que no veréis a demasiados espectadores aplaudiendo una vez aparezcan los títulos de crédito o que la recomienden de forma entusiasta, porque parece más un producto diseñado para la crítica especializada (amante de los ritmos lentos) que no para un público que espera un gran espectáculo sci fi y que se sentirá engañado por la campaña de promoción. Si se la puede llamar blockbuster es por su desorbitado presupuesto, pero por nada más, porque los momentos entretenidos o de acción se pueden contar con tres o cuatro dedos. Sé que resulta mundano reconocer algo así, pero la transcendencia y profundidad de la historia y el mensaje jamás debe estar reñida con el espectáculo, y aquí directamente no se hablan. Alguien ha presentado los papeles del divorcio, y Warner tiene todas las papeletas, provocando el hastío entre los espectadores que acaben en una sala viendo Dune por puro despiste. Contentos no van a salir, eso seguro…

No me atrevería a decir que es una cinta aburrida, porque no lo creo, pero sí lenta y excesivamente larga, con dos horas y media que se hacen cuesta arriba, hasta el punto de que estaba deseando que saliesen los títulos de crédito, y cuando éstos aparecen, las sensaciones no pueden ser más agridulces, asistiendo a un escaparate demasiado caro y pretencioso, que no da lo que promete. Siempre suelo destacar el inicio y el final de las películas que he visto recientemente, quejándome del nudo. Pues bien, en esta ocasión sucede exactamente lo contrario, con un inicio que tarda mucho en arrancar y un desenlace anticlimático, siendo una osadía llamarlo final, porque no lo es. Sí, lo sé, es una primera parte, y vaya si se nota. Lo más interesante está en el ecuador de la cinta, y es una pena que nos arrebaten esos logros en pro de una densidad que quizás esta propuesta no necesitaba.

Sabes que algo no va bien cuando, de las dos horas y media que dura la película, una la dedican a explicarte las normas y características del mundo ideado por Frank Herbert. No le restaré valor a su obra, entre otras cosas porque no la he leído (lo recuerdo por los despistados…), pero quizás han querido ser demasiado fieles, presentando a infinidad de personajes, y cuando te descuidas, aparece otro (la mayoría relleno), ocupando demasiados minutos y logrando que todo se ralentice todavía más. ¿De verdad había que explicarlo todo? No lo sé, pero a cada minuto te informan de algo, para que te adentres en su mundo, como si esto fuese ‘La guía de Dune‘ en vez de una película en sí. Llega un momento que ya te han perdido, por mucho que intenten recuperarte con escenas de batalla y combate cuerpo a cuerpo que provocan la misma intensidad que una carrera de caracoles.

Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.

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Javi McClane
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