Como fan bastante friki de la saga, me había visto todas las pelis, pero a partir de la tercera había salido bastante enfadada del cine y no esperaba mucho de esta.

Sin embargo, la película (al contrario de su primera parte, lenta y aburrida) atrapó mi interés desde las primeras escenas en Gringotts. Durante dos horas, me hizo recordar toda mi infancia, todos esos míticos personajes y escenas (McGonagall, Neville, los Weasley, Hagrid, Lupin...).

No se deja detalles importantes no distorsiona demasiados libro. Incluso en ciertos aspectos lo mejora, teniendo en cuenta la escasa habilidad de Rowling para transmitir sentimientos, cosa que la película sí consigue (las escenas del pensadero son tan tiernas y tristes...).

Desde luego que el argumento es bastante tontorrón, con los rollos sentimentales de la virginal protagonista con dos chicos atractivos y bondadosos. Desde luego que intenta imitar el éxito de Crepúsculo y que si me da por volverla a ver en 10 años (bastante improbable) me provocará risa.

Pero con 16 añitos y en compañía de amigas, me ha hecho pasar una tarde entretenida, discutiendo cuál de los dos chicos es más guapo (Max Irons, qué adorable) y qué será de la protagonista.

Yo también vi esta película en el Festival de Cine de Gijón y me pareció una de esas joyitas que lamentablemente no se llegan a disfrutar en el circuito comercial (al menos aquí en Asturias).
Ya no la recuerdo muy bien, pero sé que me hizo reír y a la vez emocionarme con la relación entre ambos niños y sus problemas.