Este anime, que a fecha de hoy cuenta con una temporada de 25 capítulos y se encuentra a la espera de una nueva tanda de episodios, se sitúa en un mundo en el que han aparecido unos gigantes de apariencia humana que se comen a la gente, y por tanto, la humanidad se ve obligada a confinarse en el interior de tres grandes murallas: María, Rose y Sina. Cien años después, Eren, Mikasa y Armin, el joven trío protagonista, son testigos de como aparece un titán mucho más grande de lo normal y derriba una de las puertas del muro que protege su ciudad, permitiendo la entrada a los demás titanes y desatando una masacre. Este es el punto de arranque de la serie. Unos años después, los tres protagonistas se convierten en soldados dispuestos a defender a la humanidad de los titanes, contando con sofisticados artilugios para vencerles, además de con dos espadas.

Ataque a los Titanes cuenta con un dibujo y animación admirables, entre lo mejor que he podido ver, aparte de con una banda sonora a la altura, con mención de honor a los dos openings con los que cuenta la primera temporada. Las escenas de acción son impactantes, sin escatimar en sangre, desmembramientos y nucas de titanes rebanadas; y también son muy dinámicas, destacando los momentos en los que los soldados usan el equipo de maniobras tridimensionales, un artefacto que les permite moverse surcando las calles y los tejados al más puro estilo Spiderman, todo ello con una animación muy ágil y fluida.

La primera temporada se compone de dos arcos argumentales en los que se van presentando nuevos misterios y sorpresas a la temática de los titanes, y poco a poco se puede ver que también surgen conflictos y tensión entre los humanos. El avance de la serie es relativamente lento, teniendo en cuenta que la historia se divide en varias subtramas que abarcan varios capítulos, habiendo así episodios que se centran en un solo escenario o situación muy concreta, y contando con bastantes flashbacks que nos detallan un poco más ciertas situaciones o a los propios protagonistas. Aquí destaca el flashback que nos cuenta cierto evento de la infancia de Mikasa y que nos ayuda a entender el carácter frío de uno de los personajes más destacables. No obstante, la serie no se hace aburrida y siempre consigue mantener el interés, ya sea por la trepidante acción que se ve en algunos capítulos o por lo tenso de otros, en los que en general se pone al protagonista, Eren, en entredicho, teniendo que enfrentarse incluso a un juicio. Entre los personajes nos encontramos a algunos que destacan. En el trío protagonista, Eren por su determinación, Mikasa por su implacabilidad y Armin por su ágil mente. Luego entre los secundarios tenemos a algunos como Jean, Levi o la entrañable Hanji Zoe; y otros que están más de fondo, pese a que en los primeros episodios, en los que se ve el entrenamiento de los cadetes, se dibujaban algo sus personalidades, como pueden ser los casos de Annie o Sasha.

Aparte de por lo ya mencionado, este anime sobresale por otros motivos como su atractivo planteamiento inicial. Y es que además, la amenazante figura que son los titanes resulta bastante perturbadora: desnudos y casi siempre mostrando una siniestra sonrisa, incluso mientras se están comiendo a alguien, aunque también los hay con cara de enfadados. Por otro lado, los titanes "especiales" resultan imponentes e incluso más amenazantes. Podría decirse que estos gigantes constituyen una alternativa de lo más interesante a la figura del zombie, el gran caníbal de la ficción. Y es que también comparten con ellos su falta de inteligencia.

Creo que no me dejo nada en el tintero, más que recomendar esta genial serie a todo el mundo después de habérme visto los episodios producidos hasta el momento dos veces en menos de una semana. Atrapa con la fuerza de las fauces de un titán de clase 15. Esperando con ganas la segunda temporada para 2015, aunque no he podido evitar devorar de una tacada todos los números publicados hasta hoy del manga original para calmar las ansias, y cada vez se pone más interesante, por lo que puedo asegurar que la segunda temporada será incluso mejor.

Fantástica primera parte de la trilogía del hombre murciélago que acaba de ver su final hace unos días (20 de julio de 2012). Christopher Nolan nos cuenta los inicios de Bruce Wayne como Batman, su formación, sus motivaciones y sus miedos. Reconstruye la mitología de Batman bajo un prisma más cercano a nuestra realidad (solo hay que ver el diseño del vehículo que conduce el protagonista), y de paso la recupera del abismo en que había caído, cinematográficamente hablando, tras las dos películas de mediados de los noventa de Joel Schumacher. El guion se llena de profundidad -para algunos impostada, para otros acertada-, y a la trama y personajes se les da un tratamiento pocas veces visto en las llamadas películas de superhéroes, alejados del aire caricaturesco habitual.

Podríamos decir que creó escuela en varios aspectos, ya que desde su estreno se han ido sucediendo varios films que se centraban más que de costumbre en contar los orígenes del superhéroe de turno; y seguro que más de uno ha oído ya varios "clones" de la banda sonora que compusieron Hans Zimmer y James Newton Howard para la ocasión. Hablando de actores, Begins está llena de prestigiosos rostros, desde Christian Bale hasta Liam Neeson -alumno y maestro, respectivamente-, pasando por Morgan Freeman, Gary Oldman y Michael Cane, que interpretan a indispensables aliados y un (siempre) inquietante Cillian Murphy del lado contrario. Entre tal reparto desentona Katie Holmes, que no parece encajar demasiado con su personaje, quizá por su cara de eterna jovencita, quizá por su desgana delante de las cámaras, quizá porque la mujer no da más de sí.

Comparándola con sus secuelas, quizá sea más sencilla argumentalmente, menos emocionante o arriesgada, y podría echarse de menos algún enemigo más imponente; si bien la trama se desarrolla con fluidez y no hay ni rastro de lagunas, cosa de la que no pueden presumir tanto The Dark Knight y The Dark Knight Rises. Lo maravillosamente perfecto de la ejecución de los planes del Joker y Bane en ambas es... más que sospechoso, en mi opinión. También vemos una Gotham cercana al steampunk con sus calles oscuras llenas de alcantarillas humeantes y de ambientación decadente; algo que tampoco llega a disfrutarse en ninguna de las otras dos, aunque esté justificado argumentalmente.

Nolan lleva una trama sencilla dividida en dos mitades bien diferenciadas con elegancia, aunque no con maestría, y sabe manejarse con el recurso de alborotar la cámara en ciertas escenas de acción para transmitirnos la confusión que Batman pretende crear en sus enemigos. Bien jugado -y eso que no es un recurso que suela agradarme- pero quizá las cámaras sean el punto menos destacable de la producción; sin dejar de ser correcto. Las bien elegidas escenas de acción, varias frases para el recuerdo y esa escena final que nos deja frotándonos las manos para lo que vendría en The Dark Knight ponen la guinda al que fue uno de los estrenos más potentes de 2005.

No voy a excederme mucho porque tampoco es que la ocasión lo merezca.

Esta "película" no es más que un experimento hecho por Keiji Inafune, productor de Capcom, con el objetivo de promocionar la segunda parte del videojuego del mismo nombre: Dead Rising. No obstante, el videojuego es mejor película que esto, que se queda en mero panfleto publicitario en el que podemos reconocer varias señas de identidad de Dead Rising 2: el Zombrex, los psicópatas, la creación de armas uniendo varios objetos, los zombis y una mención a "Terror is Reality", escenario en el que comienza el juego; aparte de una aparición del propio videojuego (el protagonista aparece jugando en una escena). Ah, y otra cosa muy reconocible: la forma de morder de una mujer zombi cerca del final del metraje.

Por lo demás, nos encontramos con una historia presentada de forma cronológicamente desordenada, supongo que con propósito de darle algo de intriga al asunto, y grabada con muy pocos medios (y suponemos que aún menos pretensiones). No es un coñazo terrible, pero no tiene absolutamente nada que llame la atención, excepto el uso bastante frecuente de sensiblería y el insoportable personaje protagonista, que sin dudas repateará a alguno que otro por no saber tener la boca cerrada. Ni la trama, ni las situaciones, ni el maquillaje y efectos son dignos de cualquier producción media del mismo estilo. Para ver y olvidar. O directamente no ver.

Quizá "intrigante" no sea el adjetivo más adecuado para describir el final de la primera Resident Evil, película que captaba con acierto las características del videojuego para, a partir de ellas, crear una historia un tanto diferente. No obstante, aquel final dejaba con ganas de ver qué pasaba a continuación, y aquí lo tenemos.

Apocalypse comienza con un resumen de lo acontecido en Racoon City mientras Alice (Milla Jovovich) se encontraba en cuarentena en los laboratorios de Umbrella, para después volver al lado del personaje justo en el momento en que terminaba la primera parte y, a partir de aquí, seguir con su historia y a la vez introducir a nuevos personajes que la acompañarán en otros episodios de esta saga que comenzó con mucho mejor pie del que está llevando actualmente (en términos de calidad y coherencia, porque de taquilla... cada entrega supera a la anterior). Esta vez ya no solo se adapta, sino que se extraen ciertas cosas de los juegos, como son el escenario y algunos personajes, plasmados con más (Jill) o menos acierto (Carlos); y también escenas calcadas, como la del helicoptero disparando a la galería (sacado de CODE Veronica, 4ª entrega de la saga de videojuegos lanzada para DreamCast en el año 2000) y la principal amenaza, Nemesis, al que se le da una historia completamente diferente. Añadimos a los espacios cerrados los espacios abiertos, que son las calles de la ciudad, para hacer escenas más espectaculares, un personaje que obtiene superpoderes y una empresa controlada por unos malos muy malos y tenemos la acción servida.

La acción de la primera parte añade en Apocalypse un importante componente de 'flipamiento' que recorre las venas de la buena de Milla Jovovich escena a escena. Ella sabe a qué se enfrenta. Ella es la jefa. Los malos no la miran mal; ella mira mal a los malos. Quizá alguien creyó que así le cogeríamos algo parecido al cariño a su personaje, cosa que conmigo no consiguieron, pero en fin. Viendo los 'making of' se ve que la mujer le pone mucho empeño e ilusión, y aparte es maja. Por dónde íbamos... que me pierdo. Ah, sí, me pierdo, y no soy el único. Tras mordeduras, patadas, saltos, muertes y flipadas de todo tipo, llegamos al final, que es de lo más prometedor. Y aquí se perdieron los productores también, haciendo de forma que este intrigante desenlace no sirva para nada más que para hacer esperar al personal los 3 años que pasaron entre Apocalypse y Extinction, pelicula que se encarga de continuar lo que le parece de esta... Pero eso ya se comentará en la crítica correspondiente.

No tan directa ni contundente como la primera, Resident Evil Apocalypse deja buen sabor de boca, ganas de más acción y alguna que otra escena para el recuerdo. Una recomendable y entretenida opción.

Con uno de los episodios de arranque más increíbles que recuerdo, se ponía en marcha Tan muertos como yo. Humor negro, toques de drama equilibrados y a veces disfrazados de broma, y un elenco de personajes que se acaban haciendo de lo más familiar son algunos de los ingredientes principales de esta serie que tuvo que decir adiós al terminar su segunda temporada.

No todo era perfecto, ya que a veces nos topamos con episodios no demasiado inspirados (unos 3 o 4 en cada una de las dos temporadas) con poco movimiento en la trama de los personajes, algunos casos de rescate de almas no muy interesantes o muertes un tanto "forzadas"; pero la mayoría tienen muy buen nivel. También es negativo cierto punto de censura que se puede apreciar en algunos episodios, y es que mientras el piloto mostraba sin tapujos escenas un tanto macabras (el apartamento en el que entran los protagonistas para quedarse las llaves, por ejemplo), en muchos de los episodios siguientes no podemos ver nada parecido, ya que, en el mejor de los casos desenfocan las muertes y se ve el salpicón de sangre y, en el peor, se ve la muerte pero sin sangre, lo cual le quita autenticidad (y como he dicho antes, ayuda a que todo parezca en ocasiones muy forzado) y también le arranca ese toque de diversión insana que la serie llevaba por bandera.

Y por el resto, todo virtudes. Georgia, una chica de 18 años (creo que hasta hoy es el personaje cuya actitud más me ha recordado a mí mismo hace un tiempo) muere de forma bastante humillante, de hecho muchos la conocerán como la chica de la taza del váter. Su alma sale del cuerpo por obra y gracia de un aparecido y al poco tiempo se convierte en una de ellos (con una apariencia distinta a la que tenía en vida). Junto con sus colegas, un grupo de lo más variopinto, se encargará de recoger almas de otras personas para que puedan irse a... quién sabe dónde. Y esto mientras se hace pasar por una persona normal que tiene que vivir apartada de todo lo que conocía hasta el momento, teniendo que llevar un trabajo para buscarse la vida e incluso aprovechar los objetos que hayan dejado los muertos. Y hablando de trabajo, Georgia trabaja en una oficina con personajes y situaciones de lo más inolvidable, mención especial para Dolores y su "tiquismiquismo" y Crystal, que con las 10 frases que tiene en toda la serie consigue sacarte una sonrisa con solo mirar su inexpresivo rostro.

(Sigo en el spoiler)