La toxicidad regurgitada. Es un vómito de ansiedad. Un grito de autoconvencimiento. Reforzar el ego maltratado. Abrirse camino con máscaras de estabilidad. La soledad acecha y el abismo atrapa. Conciencia intranquila procurando calma cautiva.

Andrew Semans mantiene en equilibrio la historia dramática y la atmósfera opresiva. Echa mano del suspense y lo salpica de terror psicológico. La propuesta del director está resuelta con aciertos, pero se contiene a la hora de exponer la decadente morbosidad de la situación. Uno de los pilares más firmes de la obra son las interpretaciones, el otro el respeto con el que trata el drama que narra.

El gesto que resume la obra es ese puño disfrazado de beso. Un noqueo de amor con la mayor toxicidad del mundo.

Sintiendo la amargura de la esperanza. Una conversación interna. Una rebeldía de fé. Ruptura de miedos generacionales. Vivencias de comprensión y envidias. Abismos que desatan la curiosidad por vivir.

La realidad se sufre. Se sufre lo irreal. La oportunidad se aprovecha creando. Se vive sintiendo. Se aprende sufriendo. El yo interior debate con su alma para negarse al suicidio. El camino del infortunio buscando atajos hacia la dicha. La vida es una lágrima, un reguero de sangre, una pendiente embarrizada que se afronta con la esperanza que da el amor.

Goran Stolevski crea una poética obra sobre la vida y la desdicha. Es una esperanzadora reflexión de la existencia humana. Crítica evolutiva de la creencia tóxica. Derriba conceptos actuales reflejados en una mitología más real de lo que aparenta. Se consigue una armonía poderosa entre lo visual y lo sonoro. Nada destaca por encima de. Todo se equilibra. La reflexión en off es el lazarillo perfecto.

Es un homenaje a la lucha del frágil. Al sacrificio del alma. A la protección dañina. Al egoísmo que mata. Una heroica historia camuflada de susurro.

Torpe. Argumentalmente vaga. Estructura abrupta que encadena secuencias con escasa armonía. Pobre nivel actoral. Abusa de ciertos recursos narrativos con pomposidad religiosa. Repetitiva y alargada. Pretenciosa en el melodrama y cobarde en su discurso.

Abandera premisas conspiranoicas de extrema derecha estadounidense. Hombre blanco católico como salvador del mundo. Da lecciones de moral hipócrita y enfoca sus dramas con sesgo interesado. Premisas nobles que esconden intenciones ruines.

Un panfleto de target definido con populismo seductor.