Una película con bajo presupuesto, planteada como un programa de preguntas de televisión y dispuesta en un único escenario que no trasciende mucho a películas predecesoras como Cube o Coherence pero que sin lugar a duda, hace que el tiempo pase volando y cual juego de mesa como Cluedo, intentamos hacer lotería para ver quién es el próximo en morir, a veces acertando, errando o sorprendiéndonos. Todo esto dentro de un juego casi escalonado y político de las prioridades de supervivencia en situación de crisis, sobre quién debe sobrevivir y bajo qué orden.

Artista del Maizal

Una propuesta comercial distinta, original (en parte) y que sobreexplota a la gallina de los huevos de oro de Marvel (Disney). Una serie que no logra encajar con el espíritu de la franquicia comercial hasta nuestros días, es decir, con el género de acción superheroico hasta bien entrado el final de la serie. Los episodios son breves y aburridos ofreciendo trama interesante a partir del cuarto o quinto episodio, algo muy tardío para enganchar al espectador. Igualmente posee mensajes provenientes de Disney típicos sobre la natalidad, la familia y las parejas disfrazado de crítica contemporánea que no funciona y desgasta el visionado. La serie es la historia de una pareja que no puede estar junta y cuyo trauma depara a la bruja escarlata a un conjunto de sucesos nefastos. De nuevo Disney, y concretamente dentro del marco de los superhéroes, se construyen tramas en torno a personajes principales con traumas, uno tras otro hasta el culmen como recurso argumental para despegar. En conclusión, la política disfrazada de la serie da que pensar, el recurso del trauma agota, la política feminista no se trabaja bien en la cinta, la trama no despega del guiño hasta el cuarto episodio (más o menos), las interpretaciones son medio-flojas (sobre todo los secundarios), la villana es muy pobre, etc... Los puntos positivos son, como en todo proyecto de estas características: los efectos especiales, el ritmo, la duración, la autoreferencialidad a series y el uso del metalenguaje por parte del guión (cosa que no es experimento porque se ha hecho anteriormente).

La serie posee muchos guionistas noveles que al final dan la sensación a la serie de no poseer un estilo propio, a excepción de Peter Cameron que es un escritor maduro. En cuanto a la dirección conjunta de Jac y Matt, es rara, Matt es un director con un gran recorrido y Jac posee un trabajo de dirección muy pequeño, algo que no se equilibra ni de broma en un rodaje y da como resultado episodios mejores y peores en la serie.

Película que resulta presuntuosa en su estética new retro 80´s, con demasiada profundidad en sus imágenes y secuencias, nula interpretación de los actores y un insostenible guion surrealista. Uno no sabe desde principio a final lo que realmente esta pasando, el film da la posibilidad de que reinventes la narrativa y juegues con ella, punto, que no es ni a favor ni en contra según la óptica que se tenga durante el visionado. Lo poco que nos dejan ver del argumento es: En una realidad alternativa de los años 80, hay una clínica muy avanzada tecnológicamente donde están experimentando con una chica (creación de los doctores del lugar). Dicha chica tiene poderes al parecer mentales muy poderosos que logran matar a su celadora. La protagonista cansada del lugar y de los experimentos psicológicos, decide abandonar el lugar, no sin antes enfrentarse al medico que la trataba, el cual muere de un traspiés, de una manera muy ridícula. Un estilo muy canadiense, musicalmente y estéticamente, gobiernan el film, que en definitiva es de lo que puede presumir.

Una historia desgarradora, real, cercana, un auténtico drama bastante salpicante de emociones duras, un rodaje y fotografía impolutos, unas sensacionales interpretaciones, una fabulosa pelicula y un guión bestial. La única pega que le veo es que se hace muy lenta, así como la interpretación de algunos personajes es bastante plana aunque justificada. Una de mis favoritas para los Oscar de 2017.

Alfonso J.Míllara Gómez

Una pelicula hecha para Scarlett Johansson. La pelicula tiene un ritmo lento que lo hace bello fotográficamente en cada plano pero que puede llegar a desesperar si uno quiere un ritmo argumental más dinámico para este género y no tanto, un ritmo existencialista. Una pelicula de silencios constantes que intenta ocultar una historia llena de incógnitas sin resolver o abiertas. Las escenas de desnudos de Johansson inundan la cinta algo que en lo personal no es desagradable. En resumen, una pelicula lenta, con buena fotografia, argumento simple y repetitivo, estética elaborada, Johansson por todas partes (en pelotas), banda sonora pobre con guiños hacia el mundo ciberpunk de Blade Runner.