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Voto de Macarrones:
4
Thriller. Intriga. Drama Un joven escritor de Nueva York es enviado a la sureña localidad de Savannah para informar sobre la prestigiosa fiesta de Navidad de un adinerado y excéntrico personaje local llamado Jim Williams. Cuando éste se ve implicado en un turbio caso de asesinato, entonces el escritor decide investigar por su cuenta lo ocurrido, lo que le permitirá conocer a fondo el ambiente y los estrafalarios personajes del lugar. (FILMAFFINITY)
28 de enero de 2007
117 de 198 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Medianoche en bla bla bla" tiene cierto aire de película de época, como si estuviera dirigida por un William Wyler desganado (ya nos gustaría) y no se ambientara en los años 80 del siglo XX sino en los 50, con sus smokings, fiestas mundanas con muchos corrillos de conversaciones, casas victorianas de la alta sociedad americana, chachas negras, sexualidades ocultas o reprimidas, etcétera. La película es moderadamente entretenida (o, según se mire, medianamente aburrida) y quizá habría merecido por mi parte alguna estrella más si no estuviera tan mal contada e interpretada (los feligreses de Eastwood ya pueden pulsar el botón del "No" en la utilidad de la crítica, para qué seguir leyendo). Kevin Spacey pone la cara que gasta siempre en todas sus películas, medio de sorna, medio de alelamiento, pero más o menos cumple con su personaje y se le tolera. John Cusack se pasea por toda la película con cara de pasmo y la boca entreabierta, como si el muchacho no se hubiera leído el guión y todo le sorprendiera. Es tan falsa y monocorde su interpretación que supera a Ben Affleck en mi ranking particular de actores monolíticos, con menos recursos faciales que la esfinge de Giza. Hasta Jude Law está de pena en su papelito de chapero macarra (el bello Jude, sin embargo, gesticula mucho, se ve que estudió en otra academia de interpretación).

A mí la "Medianoche" esta me ha parecido falsa, mal hilada, mediocremente interpretada y dirigida sin poesía, ni inspiración, ni garra, sólo con oficio (algo es algo). La película oscila entre lo ridículo (la mendiga hechicera, esas escenitas en el cementerio, los escrúpulos de Cusack ante cualquier cosa que le dicen) y lo sosaina (todo lo demás). Al único actor que se le ve suelto es al abogado defensor, pero para ver pelis de juicios mejor elegir cualquier otra (por cierto, qué rapidez la de la justicia norteamericana, que a los cuatro o cinco días del asesinato ya lo ha juzgado: esto no se lo cree ni la mamá de Eastwood).
Macarrones
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