Tras un inicio un tanto particular, la película ha conseguido lo que hacía tiempo que ninguna otra conseguía, y es que me dejase llevar.. por el ritmo pausado pero constante, por los paisajes que inspiran paz interior en todo momento, por la música que tan pronto parecia propia de una fiesta como tan pronto se volvía profunda y melancólica, por los objetos y los sujetos, por las gafas de elijah, por el inefable sammy davis jr. jr., por los planos generales y los primeros planos, por la expresividad de los ancianos, especialmente la mirada del abuelo tras coger la mano de la anciana, una imagen vale más que mil palabras...