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España España · Barcelona
Voto de alex:
6
Ciencia ficción. Acción Como en 2072 los asesinatos están terminantemente prohibidos, las víctimas son enviadas a través de una máquina del tiempo al pasado (2042), donde los Loopers, un grupo de asesinos a sueldo, se encargan de eliminarlas y deshacerse rápidamente de sus cuerpos. El problema surge cuando Joe (Gordon-Levitt), uno de los Loopers, recibe desde el futuro un encargo muy especial: eliminarse a sí mismo (Bruce Willis). (FILMAFFINITY)
15 de noviembre de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine estaba vacío, solo dos personas más aparte de mí, y acababa de apoquinar casi seis Euros en el día del espectador. ¡Esto se hunde! pensaba yo mientras esperaba, expectante por el montón de estrellas que le habían adjudicado los críticos, que se apagaran las luces en mi primera visita a un cine en bastantes meses (últimamente prefiero la comodidad de ver las pelis en Blu-Ray apalancado en el sofá).

Toda película u obra artística sobre viajes en el tiempo tiene grandes posibilidades de acabar, de un modo u otro, remitiéndose a la conocida paradoja que postula que si yo viajo al pasado y mato a mi madre (antes de que esta me haya parido), o bien me mato a mi mismo cuando era un niño, ¿cómo coño he podido envejecer y estar vivo para poder viajar hasta el pasado? La respuesta a esta pregunta suele pasar por la hipótesis algo confusa de la existencia de múltiples líneas temporales que se corresponden con otros tantos “universos paralelos”, en cada uno de los cuales existiría una versión diferente de uno mismo en consonancia con las diferentes concatenaciones y variables en el desarrollo de los acontecimientos. Estos supuestos se intuyen también en esta película, aunque los protagonistas (Bruce Willis maduro y Joseph Gordon-Levitt, su versión joven) se niegan a su discusión filosófica –o incluso práctica- alegando que sería demasiado aburrido y que necesitarían ponerse a dibujar intrincados diagramas. Tampoco a nadie en esta película se le ocurre cuestionar la más bien estúpida y nunca explicada premisa de por qué en el futuro no es posible el asesinato y por lo tanto haya que mandar a la gente al pasado para que un matón a sueldo les ejecute de un disparo. Y por qué en el caso de la enamorada china de Bruce Willis, los guionistas se hayan pasado esta premisa por el forro del culo.

En fin, me ha parecido una peli que prometía mucho más de lo que acaba dando y en la parte final me he descubierto mirando el reloj en un par de ocasiones y deseando por un instante que una maquina del tiempo me trasladara hora y media hacia atrás en el pasado, de modo que en vez de encaminarme al cine, hubiera tenido tiempo de rectificar y tomarme una sabrosa hamburguesa y una Coca cola en el Mc Donald´s contiguo del mismo centro comercial. Pero luego pensé que tampoco estaba tan mal, a pesar de lo planos y huecos que son los personajes (porque ese es el principal problema y no las incoherencias filosóficas o argumentales); lo cierto es que la impactante escena final te hace olvidar el bache narrativo de la última media hora en la granja.

Y mientras me dirigía a casa con mi moto en la fría noche, me puse a pensar en el extraño careto de Joseph Gordon-Levitt y en que iba demasiado maquillado o tal vez le habían metido mano los de efectos digitales; lo cierto es que ese careto como de figura del museo de cera o de muñeco “animatronics” con las espaldas demasiado estrechas tal vez sea el enigma más grande de esta película.
alex
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