Una película que parecía, según su argumento, ser un buen thriller y que debido a su desarrollo tan lento y tan embarullado acaba siendo un film que acabará durmiendo el sueño de los justos en la historia del celuloide.
Lo único destacable de la cinta es el trabajo de Emily Mortimer, que raya a gran altura en su papel, Kingsley está correcto porque su personaje no da más de sí y Harrelson lo hace bien porque creo que no interpreta en absoluto, este tío es así de tonto; los demás mejor ni hablamos de ellos (bueno, decir que está especialmente horrible Noriega, uno de sus peores papeles, no abandona su cara de pánfilo en ningún momento).
El paisaje nevado de la Taiga rusa no ayuda mas que al agobio del espectador, hundiéndolo si cabe aún más en el sopor.
Cinta muy mediocre para las posibilidades que tenía, tanto por argumento como por casting.
Una lástima.