Un espectáculo absolutamente bochornoso es el que esta presunta comedia sobre salir del armario nos ofrece. No es que se pudiera esperar gran cosa, pero lo lamentable de la propuesta supera con creces cualquier previsión, por pesimista que esta fuera.

No sóllo se trata de lo estúpido y cargante de los diálogos, sino que todo en ella rezuma buenismo infumable amén de tener el record mundial de tópicos por fotograma. Por no hablar de sus personajes y sus situaciones que hacen que "Pretty Woman" parezca digna del neorealismo italiano.

Heather Graham perpetrando una versión histérica de Bridget Jones lo que la hace doblemente odiosa, el hermanito con cara de empanao toda la peli, la Moynahan luciendo palmito, pero eso sí come de todo y no ha pisado un gimnasio, Alan Cumming que parece más gay que ningún otro de los personajes y para rematar la pobre Sissy Spacek perdiendo todo sentido de la dignad y la vergüenza realizando el papelón más lamentable de su carrera.

Por no hablar, de esa sociedad comprensiva y amable, esos amigos tan inn y liberales, esas aficiones elitistas y cargantes, esos restaurantes españoles donde hablan en mejicano y escuchan rancheras o los bistros franceses con su camarero naturalmente amanerado.

Total que si pretendían animar a salir a alguien del armario les felicito por lo noble de la causa, pero a mí heterosexual vulgaris, sólo me han entrado ganas de encerrarme dentro de él para no tener que aguantar más memeces como esta.

Lo mejor: Nada.
Lo peor: Sus estereotipos.