Hay cosas que parece pecado decirlas; seguro que a la intelectualidad cinematográfica no le gustará que se ose criticar a los mitos, pero es que sinceramente no hay para tanto con esta película.

Sí hay que reconocer que dado el presupuesto Carpenter teje una magnífica atmósfera opresiva, que su manejo de referencias cinematográficas es excelente y que sabe dotar a sus personajes de carisma y personalidad. Pero esto no hace una gran película. Si acaso consigue una gran media hora final de film.

Porque lo que no hay que olvidar es que la acción en la comisaría tiene que tener unos motivos, es decir un hilo argumental que justifique el desarrollo posterior, y en esto fracasa absolutamente. La historia que precede al asalto es cuando menos floja, confusa a ratos y en su mayor parte del tiempo aburrida y trufada de diálogos horrendos. Sí, es serie B, pero el final también, así que no hay justificación para tan decepcionante planteamiento inicial.

Otra de las cosas que llama la atención, es el unánime aplauso de la crítica a la banda sonora. Está muy bien que se alabe la capacidad de un director por precuparse incluso de componer la música de sus propios films, pero tanta alabanza en este caso no tiene justificación. Lo siento mucho, pero decir que la BSO de este film es genial es algo que no puedo entender, máxime cuando no hay más que un organillo machacón cuya composición es simple y además repetitiva durante todo el metraje.

Lo que si hay que alabar es, como comentaba antes, la capacidad de Carpenter para hacer suyos todo tipo de referentes y así crear una mezcla explosiva de géneros; no sólo eso sino que con los años se ha visto que Carpenter no sólo explora territorios cinematográficos ajenos sino que indaga en los suyos propios hasta crear revisiones de títulos propios.

La conclusión es que nos hallamos ante una de esos referentes de género setentero que sobrevive en el tiempo más por su aura de film mítico que por su calidad intrínseca. De todos modos nunca está de más revisarla, puesto que aún con sus puntos débiles, sigue siendo mejor que el conjunto general de thrillers policiales actuales.

Lo mejor: Su ambiente malsano y casi apocalíptico.
Lo peor: Sus cimientos argumentales.