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España España · Barcelona
Voto de LennyNero:
3
Acción. Aventuras. Drama En el año 180, el Imperio Romano domina todo el mundo conocido. Tras una gran victoria sobre los bárbaros del norte, el anciano emperador Marco Aurelio (Richard Harris) decide transferir el poder a Máximo (Russell Crowe), bravo general de sus ejércitos y hombre de inquebrantable lealtad al imperio. Pero su hijo Cómodo (Joaquin Phoenix), que aspiraba al trono, no lo acepta y trata de asesinar a Máximo. (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2008
27 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parecía en sus inicios que Ridley Scott iba a ser una de esos autores capaces de conseguir que viendo un solo fotograma de sus películas supieras inmediatamente que eran suyas. Así lo apuntaban la magnífica "Alien" y la sobrevalorada "Blade Runner".

Pasado el tiempo descubrimos que el único sello personal del cineasta sería el todo vale por la pasta. En sí, no es que sea algo malo, el cine es un negocio y como tal lo que importa es lo que recaudas, pero al menos hay que tener la decencia de ser como Michael Bay, es decir, crear engendros ultracomerciales sin más pretensión que entretener. Pero no, el Sr. Scott se las quiere dar de grande y nos quiere vender como si nada que sus películas son profundas y con contenido.

El claro ejemplo es "Gladiator". Vano intento de resucitar el peplum a lo grande y contarnos una de romanos con aires épicos de venganza. Lo que encontramos en cambio, es un producto palomitero con más errores que aciertos.

Empezando por su supuesto rigor histórico encontramos tribus germánicas que parecen neanderthales salidos de la cueva y un ejército romano que ya había descubierto el napalm. Posteriormente se demuestra la indocumentación del equipo técnico al mostrar Roma repleta de esculturas blancas cuando en la época se pintaba todo de colores. Pero lo más grande llega en el circo, con groupies a la caza de autógrafos, gladiadores dándose palmas al más puro estilo NBA y unas gradas a las que sólo les faltan vallas publicitarias.

Y aún hay más, no contento con esto Scott nos presenta un film irregular, con claros altibajos en su metraje y que presenta un flojo tratamiento de los personajes. Con un Joaquin Phoenix pasado de rosca, un Russell Crowe inexpresivo y una Connie Nielsen que gusta de calentar braguetas según sople el viento. Como no, tenemos al forzudo tontorrón pero noble, al negrito simpático y al maestro de turno que le enseñará a nuestro gladiador los caminos de la fuerza.

Todo ello en medio de un argumento a caballo entre el delirio y el tópico donde vemos venganzas, rebeliones y algo que como todo el mundo sabe era lo más típico de Roma, que el emperador bajase a luchar contra un gladiador cualquiera.

Para rematar la jugada, el film queda reforzado por una impersonal banda sonora de tintes épicos que consta de temas que se repiten hasta la naúsea durante todo el metraje, aunque hay que reconocer que tienen el mérito de ser polivalentes, ya que tanto valen para un espectáculo de patinaje sobre hielo como para vender Ferrero Roche.

Quizás si hay algo de rigor en todo esto después de todo, y es que Ridley Scott descubrió que no hay nada como dar pan y circo para tener engañado al espectador.
LennyNero
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