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Voto de Richard Blaine:
10
Drama En Stockton, ciudad de California, un veterano púgil en decadencia (Stacy Keach), que sobrevive trabajando como jornalero agrícola, conoce a un muchacho que quiere ser boxeador (Jeff Bridges) y se lo recomienda a su antiguo mánager, otro perdedor. "Fat City" es una expresión de la jerga boxística que quiere decir "Paraíso en la Tierra". (FILMAFFINITY)
30 de noviembre de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decía el gran Groucho que nunca pertenecería a un club que lo aceptase como miembro.
Al club de los perdedores no se pertenece tanto por propia elección como por designación ajena. La sede central podríamos establecerla en Fat city. Pocos llegarían de buena voluntad, y menos tendrían la suerte de marcharse.
Basada en una novela del mismo titulo, y que no me he leído, de Leonard Gardner. En sus memorias John Huston, nos explica que es un término que los músicos de jazz utilizan para designar el éxito con una <<E>> mayúscula.
Un momento de gloria que te da calor, produce la resaca del recuerdo y que precede a la cuesta abajo del peor futuro.
La botella de la que bebemos es el boxeo, el vaso en el que los servimos me resulta corto, unos 96 minutos en la copia de New Columbia Classics. Me quedo con ganas de más. Veo el resto de los ingredientes, Stacy Keach, veterano boxeador, Jeff Bridges debutante con guantes y Susan Tyrrell siempre con la mano ocupada. Al primero lo recuerdo de su papel en la serie de Mike Hammer, siempre rodeado de mujeres neumáticas, de piel clara, inteligentes, con mucho pecho y laca, y ya no me puedo imaginar a la primera elección: Marlon Brando . Al segundo lo deberíamos acabar de ver el año anterior seduciendo a la adolescente Cybill Shepherd, la de Luz de luna, en “The last picture show “ (Peter Bogdanovich, 1971) y visto envejecer desde el “Gran Lebowski (Joel Coen 1998) al malo de Iron man (Jon Favreau, 2008). Y Susan Tyrrell consiguió el oscar a la actiz secundaria por este papel, el guión está firmado por el mismo autor de la novela. Su productor Ray Stark la consideraba su película favorita.
Sobre todo es una película de John Huston, y eso como una cerveza fría para un sediento, satisfacción garantizada. Esa forma de tratar cualquier historia de perdedores, en la que hace el bajar a tomarse una caña con unos amigos en la mejor noche del año, y una mirada en una declaración de amor.
Así comienza la película, con las imágenes de unos cuantos habitantes de Stockton y vecinos de edad de director, hablan, pasean, ríen, beben, viven. Tully (Keach) despierta en un sórdido hotel sin fuego con el que encender un cigarrillo que desayunar, y así encuentra una razón para dar inicio a un nuevo día, unos pasos de baile, de boxeo sobre la acera, e intentar otra vez más que todo vuelva a cambiar.
Un cruce de vidas, con el destino a la fidelidad a un sueño claro y limpio como el cielo de Fat Ciy, de una realidad sucia como un ideal olvidado en la barra de un oscuro bar. Una canción que terminara pero hemos de escuchar, vivir y terminar por bailarla. Eso es el carpe diem . Es Fat city
Richard Blaine
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