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Voto de SaintSinner:
8
Drama Un samurái pide permiso para practicarse el Seppuku (o Harakiri), ceremonia durante la cual se quitará la vida abriéndose el estómago al tiempo que otro samurái lo decapitará. Solicita también poder contar la historia que le ha llevado a tomar tan trágica decisión. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
He leído por ahí que "Harakiri" es la mejor película de samuráis de la historia. He de ser sincero, es mi primera incursión en el género, por lo que no tengo capacidad de discernir si esa categórica opinión es una realidad o no. Lo que sí tengo claro es que "Harakiri" es una gran película y que, además, no es simplemente "una película de samuráis", tal y como se podría entender de forma simple. Cierto es que hay algún que otro combate con espada (tampoco demasiados), pero la cinta de Masaki Kobayashi va mucho más allá de eso. De hecho, en realidad, la acción y la lucha quedan en un plano más que secundario y, si me apuras, siendo casi simplemente recursos estéticos y/o vehiculares para la verdadera trama.

La clave de la película radica en una trama inteligente y bien llevada, repleta además de una crítica social y humana elegante a la par que feroz. El sistema de clases, las erróneas prioridades en la vida de las personas, el honor mal entendido, el desprecio por los demás... el guion tiene espacio para diseccionar y buscar reflexión sobre multitud de comportamientos humanos bastante reprochables. Personalmente (y sin comentar de más para no hacer spoiler) me quedo con la reflexión que se hace en el final. O al menos con la interpretación que yo hago de ello: ese amargo "la historia la escriben los vencedores" cobrando forma en su máximo esplendor. Difícilmente sabremos la realidad de los sucesos si estos tienen dos bandos y nos lo cuenta uno. Incluso veo cierta relación y reivindicación en ello, por fechas, de lo ocurrido en la II Guerra Mundial. Quizá esto último sea ya hilar demasiado fina, casi desvariar.

En cuanto al plano técnico, dejando a un lado las obvias limitaciones de la época, se aprecia un brillante uso de diferentes planos y encuadres, incidiendo especialmente en las emociones y gestos de los protagonistas con muchos planos fijos y cercanos de sus rostros. El montaje se nota ágil y bien empastado, algo a destacar teniendo en cuenta que a lo largo de las dos horas de metraje hacen acto de presencia hasta tres líneas temporales (alguna más si nos ponemos puristas). Éstas se van dando paso una a la otra a través de flashbacks sin que el ritmo se haga pesado ni la trama excesivamente enrevasada en ningún momento. La banda sonora acompaña y cumple sin demasiados alardes, con sonidos típicamente asiáticos.
SaintSinner
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