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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
7
Drama Jerez de la Frontera, 2012. Rocío, una madre soltera y sin trabajo, no recibe ningún tipo de ayuda ni subsidio. Vive con a su hijo de ocho años en un piso cuyo alquiler no paga desde hace meses, de modo que el dueño la amenaza continuamente con echarla a la calle. Para hacer frente a los gastos de manutención y alquiler, realiza trabajos ocasionales mal pagados y vende en el top manta objetos encontrados. (FILMAFFINITY)
22 de abril de 2016
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más el cine al que me apunto, el cine como herramienta. El primer largometraje del jerezano Juan Miguel del Castillo ha resultado ser un arma de información, por si alguien aún no se había enterado; una lupa sobre la insostenible y acuciante realidad que condena a los pobres y desamparados a la calle y a los basureros. Techo y comida es un grito ahogado, de ahí el dolor que te aprieta el esternón, contra la ausencia de dignidad; que deja en evidencia el fracaso de una sociedad moderna, y retratados a los poderes que supuestamente velan para que se cumplan Constituciones y Cartas de Derechos Humanos.

La historia de Rocío y Adrián es la misma que nos encontramos de bruces todos los días: cuando acudimos al timbrazo y en el umbral hay una mujer que pide pan con un niño en brazos, cuando un hombre nervioso e inexperto te quiere vender un paquete de pañuelos de papel, cuando unos seres desaliñados hacen cola con una bolsa que contiene tuppers, cuando tras el "gorrilla" que te ayuda a aparcar no hay un yonqui si no un padre desesperado.... En el ajetreo del día a día intentamos resolver de manera rápida la situación y el encontronazo con el sufrimiento de los otros: argumentamos prisas, soltamos unas monedillas o lavamos nuestra conciencia con un cartón de leche; pero en la oscuridad de una sala de cine, la indecencia moral que entre todos hemos fabricado nos rodea, nos arrincona, nos deja sin escapatoria......... ¿Y ahora qué, por donde te escapas, de qué civilización hablabas esta mañana, de qué democracia, qué es eso de la "carta magna" y los "logros históricos"?

Este drama de indefensos gorrioncillos incomoda y por eso hay quienes sabiendo de qué va la cosa prefieren quedarse en casa por aquello de "ojos que no ven corazón que no siente". El individualismo, la falta de conciencia, el mirar para otro lado y el creer que nunca arrastraremos cuatro enseres bajo un puente, nos ha llevado a la situación en la que estamos, si no reaccionamos juntos mañana puede ser tarde y seremos un número más en las estadísticas, en las mismas que chapotean ya Adrián y Rocío.

Duele, claro que duele esta película pero el dolor tiene, tal vez, una única virtud: te hace saber que aún estás vivo.
Sinhué
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