En tiempos de estrenos de la nueva entrega, parece oportuno lanzar una mirada al pasado y ver que fue exactamente del fenómeno Indiana Jones, con los ojos que nos da la experiencia de la vida. Pues bueno, visto y revisto, creo que sin fanatismos ws una película más, que sin embargo puede subir muchos lugares en la escala de valoraciones individuales por la eficacia del duo Spielberg&Ford en sus buenos tiempos.

Hay que decir que Harrison Ford está genial en esta película, de hecho, él es la película, se convierte en un sensacional héroe, capaz de enfrentarse a un enemigo imposible y de sobrevivir milagrosamente a cualquier circunstancia adversa. Ford es creible dentro de lo increible, eso está claro y ese es su gran exito, pero también es evidente que eso sucede gracias a la mano del director y sus colaboradores, que saben crear un entorno propicio, si bien, ahí, la cosa ya se vuelve más irregular. Vaya por delante destacar el que técnicamente es una película muy lograda. Después de eso, son especialmente destacables las persecuciones con camiones, la pelea en el aeropuerto, las escenas del desierto, incluso la propia arca fascina.

Ahora bien, no es una película maravillosa, por algo. Su principal fallo es el hecho de que se concibe como algo para muchos públicos distintos, que vascula de la seriedad a la niñatería fácilmente. Los nazis de la película se resienten de eso, así como algunos excesos humorísticos, y el encasillamiento de la actriz acompañante en un papel absolutamente insufrible, que para desgracia de todos se rescata en la cuarta entrega. Y sobre todo se resiente un guión de no demasiadas neuronas y con la complejidad de una novela para preadolescentes.

Su principal mérito, en cualquier caso, es el taquillazo y el incluirse en la serie de películas claves que transformaron el cine para siempre, en forma de objeto banal, lo cual no es bueno, ni malo, sólo diferente. ¡El famoso cine palomitero!